"No tengo miedo de decirle al mundo quién soy. Soy Michael Sam:
graduado universitario. Soy afroamericano y soy gay".
Así hablaba en una entrevista ofrecida a dos medios de comunicación en
Estados Unidos –ESPN y The New York Times- el jugador de fútbol
americano Michael Sam en el mes de febrero.
Este sábado, Sam, de 24 años, fue seleccionado por los Carneros de San Luis
para jugar en la Liga Profesional del Fútbol Americano, la NFL. Con esto se ha
convertido en el primer jugador abiertamente gay activo en la poderosa NFL.
"Comprendo cuán grande es esto", reconoció el jugador cuando salió
públicamente del clóset. "Es algo grande. Nadie lo ha hecho antes. Y es un
proceso un poco nervioso, pero sé lo que quiero ser... quiero ser un jugador de
la NFL".
El fichaje de Sam por un equipo de la NFL ha sido recibido con entusiasmo
general y no han faltado las felcitaciones en las redes sociales, tanto al
jugador como al equipo que ha dado el paso de incorporarlo a sus filas.
Pero, ¿está preparado el fútbol americano profesional -y el universo que lo
rodea- para aceptar al primer jugador que se declara gay?
"Deporte de hombres"
Desde la NFL, pareciera que sí. "Admiramos la honestidad y coraje de Michael
Sam", señaló el vicepresidente de comunicaciones de la organización, Greg
Aiello, en un comunicado emitido en febrero, cuando la noticia saltó a la
luz.
"Michael es un jugador de fútbol americano. Cualquier jugador con habilidad y
determinación puede tener éxito en la NFL. Ansiamos la oportunidad de dar la
bienvenida y apoyar a Michael Sam en 2014".
Sin embargo, en condición de anonimato, varios ejecutivos de la NFL
expresaron su recelo a la revista deportiva Sports Illustrated.
Consideran que la orientación sexual de Michael Sam será un obstáculo y supondrá
una "distracción".
Algunos de los tuits que circularon en aquel momento por las redes sociales
reforzaban esta visión. Si bien, en general, los jugadores de la NFL mostraron
su admiración y respeto por el gesto de Sam, los que se atrevieron a expresar
sus reticiencias, se centraron en lo delicada que puede ser la situación en el
vestuario.
@DraytonFlorence, por ejemplo, escribió: "Sin comentarios, pero puede ser una
distracción en el vestuario" aunque añadió: "Al menos es sincero sobre el tema,
mucho respeto".
Días antes de conocerse la declaración de Michael Sam, el jugador de los
Santos de Nueva Orleans Jonathan Vilma manifestó su recelo ante la presencia de
compañeros gays en el vestuario: "No creo que fuera algo tan aceptado como se
puede pensar en un principio. Y no es porque seamos homófobos, Pero a la hora de
desvestirnos o ir a la ducha, si el compañero de al lado es gay, ¿qué vamos a
pensar?".
"En las próximas décadas será aceptable pero, en este momento, sigue siendo
un deporte de hombres", le dijo a Sports Illustrated un ejecutivo que
no quiso ser identificado.
En este sentido, desde Athlete Ally, una organización que aboga por erradicar
la homofobia y transfobia en el deporte, reconocen que hay mucho trabajo que
hacer.
"Especialmente en el fútbol americano, en el que la masculinidad es tan
importante y se hace tanto hincapié en ser 'un hombre, un verdadero hombre', es
muy común que se recurra a insultos sobre la sexualidad de una persona para
descalificarla", le dijo a BBC Mundo Sam Marchiano, directora de participación
de Athelte Ally.
La reacción de la grada
Cabe preguntarse tambíén cuál puede ser la reacción de los espectadores,
seguidores de un deporte que aparece tan vinculado a la hombría de sus
protagonistas.
"Hay una cuestión con los fans", sostiene Marchiano. "El fútbol americano es,
de lejos, el deporte más popular en EE.UU. y sus seguidores son muy diversos,
con opiniones y puntos de vista variados.
"Habrá fans incluyentes e ilusionados con esta noticia y otros que estén al
otro lado del espectro".
De momento, los seguidores del equipo colegial de la Universidad de Misuri
donde Sam jugó hasta ahora, y donde fue elegido jugador más valioso por sus
propios compañeros, no dejaron de mostrarle su apoyo, también después de conocer
su orientación sexual.
"Los fans que lo han visto en el campo y han sido testigos de lo buen jugador
que es están emocionados y felices", explica Marchiano.
Motivo de orgullo
El caso de Michael Sam recordó a otro deportista que se declaró gay el año
pasado y a quien le costó tiempo poder volver a las canchas de juego.
Se trata de Jason Collins, jugador con 12 años de experiencia en la
asociación nacional de baloncesto, NBA, que en abril de 2013 se proclamó
homosexual en una carta publicada en la revista Sports Illustrated.
En aquel momento, Collins –exjugador de los Wizards de Washington- no
militaba en las filas de ningún equipo, era un agente libre. Tardó casi un año
en ser fichado por un equipo, finalmente entró a formar parte de los Nets de
Brooklyn.
En el caso de Michael Sam, joven, designado defensa del año en 2013 por la
prestigiosa Southereastern Conference –SEC, la principal liga del
fútbol americano colegial- y con un futuro prometedor, habría sido más difícil
justificar que ningún equipo lo seleccionara en el draft de mayo que ha
concluido este sábado.
Y ahí radica la clave.
"Más allá de toda las respuestas positivas que está recibiendo, que son
maravillosas, Michael Sam tiene que aterrizar en un equipo de la NFL para que
esto se pueda considerar un punto de inflexión", decía Sam Marchiano, de Athlete
Ally, el pasado febrero.
Ahora, la noticia ha llenado de orgullo a la organización que integra
Marchiano.
Así lo expresó este mismo sábado Akil Patterson, líder del programa juvenil
de Athlete Ally: “La capacidad de Michael de ser un orgulloso jugador negro y
gay de la liga profesional de fútbol americano ilustra que hoy en día todo es
posible en la NFL.
"Admiro el valor de Michael y el liderazgo de la directiva de la NFL. Estoy
emocionado por el talento que Michael traerá al campo de juego esta temporada y
por el impacto que tendrá en el fútbol y las vidas de toda la gente de este
entorno.
"Vivir la verdad de vida de uno es algo irremplazable y Michael ha probado
hoy que esto es así”.
"He tenido problemas más graves"
Nacido en Hitchcock, un pueblo del estado de Texas, este
joven de 24 años asegura haber vivido experiencias mucho más dolorosas de lo que
se le puede avecinar ahora que se ha declarado gay.
Creció con la incertidumbre sobre su orientación sexual,
en principio pensó que era bisexual. Sus padres le dieron todo su apoyo y lo
mismo espera recibir en su comunidad local.
Sam ha sufrido la pérdida de varios hermanos. Uno murió
por arma de fuego, una hermana mayor falleció cuando él era bebé y un tercer
hermano desapareció en 1998.
Otros dos de los hermanos entran y salen de la cárcel con
relativa regularidad.
"Decirle al mundo que soy gay no es nada comparado con
eso", enfatiza.
Redacción BBC Mundo 11/05/2014
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