Directivos tratan de hallar fórmulas para que los empleados vean más sentido a
su trabajo.
A la edad de 36 años, días después de graduarse en el Instituto
Tecnológico de Massachusetts (MIT), Joe Baolin Zhou estaba en cuidados
intensivos luchando por su vida.
Se había dañado la médula espinal mientras practicaba deporte, lo que derivó
en problemas en el sistema nervioso.
En ese momento pensó que si sobrevivía viviría su vida con un propósito, ya
que hasta entonces sintió que había vivido "yendo paso a paso, sin saber cuál
era el objetivo último".
Zhou sobrevivió, aunque paralizado de cuello para abajo y dependiente de una
silla de ruedas, e inició su misión para asegurarse de que otros no sufrieran,
como él, una vida sin sentido.
Desarrollo personal
Dos décadas después, es jefe ejecutivo del Bond Education Group, el
mayor servicio de enseñanza privada en el sur de China.
Además de dar clases, el grupo ofrece cursos de desarrollo personal para
ayudar a los niños a saber lo que quieren hacer en un futuro y mejorar sus
cualidades personales.
Para Zhou no es sólo un juego de niños. Cree que el no enfocarse en lo que a
menudo es considerado una debilidad contribuyó a la crisis financiera del
2008.
"Un montón de graduados de Wall Street de grandes escuelas de negocio. ¿Pero
qué hace a la gente ser tan ambiciosa? Me empecé a dar cuenta de que
probablemente no tenían los valores adecuados tanto para ellos mismos como para
el trabajo".
Para ejecutivos éste es un problema constante. Aunque muchas compañías han
definido una lista de valores en los que creen y a los que quieren que su
personal se adhiera, asegurarse de que son más que meras palabras sobre papel es
difícil.
Cuestión de valores
Los valores en grandes empresas como la productora de bebidas Diageo,
incluyen ser "apasionado" respecto a los clientes, darle a los empleados "la
libertad para tener éxito" y estar "orgullosos de lo que hacemos".
Para que esto sea más que retórica, el exjefe ejecutivo Paul Walsh dice que
la empresa enfatiza la herencia de su marca, diciéndoles que están "parados en
los hombros de gigantes".
En el caso del whisky Johnnie Walker, se les explicó la historia de su
fundador, quien empezó a vender la bebida en su tienda de alimentos en
Escocia.
Su hijo de 14 años tomó el negocio cuando murió, expandiéndolo y diseñando
las famosas botellas cuadradas que permiten almacenarlas más fácilmente en los
barcos para su exportación y con menos riesgo de que se rompan.
"Tenemos estas marcas en nuestras manos durante un breve periodo de tiempo en
el contexto de toda una vida. Tenemos que asegurarnos de que la entregamos en
mejor forma. Esto crea un sentido de propósito", dice Walsh.
Cuenta que la compañía también planea darle ascensos sólo a aquellos que
demuestran los valores de la compañía.
La satisfacción lleva al éxito
Chen Feng, jefe del conglomerado chino HNA, cuyo imperio se extiende desde la
aviación al sector inmobiliariario y servicios financieros, trata de asegurarse
de que su personal esté feliz dentro y fuera del trabajo.
Desde que fundó la compañía, dice que su valor clave no era hacer dinero sino
"beneficiar el progreso y felicidad de seres humanos", confiando en que un
personal satisfecho generaría mayores beneficios.
Aunque suena bastante vago, la compañía ha hecho algunas cosas concretas para
alcanzar estos valores, incluyendo construir y luego venderle casas más baratas
al personal.
El programa supone que los empleados pueden permitirse comprar una casa para
ellos y sus familias a pesar del aumento en el valor de las propiedades.
Chen dice que al seguir estos valores originales, su compañía ha logrado
crear una empresa con beneficios y socialmente responsable.
"Combinamos la economía virtual con la real. Esto es lo que podemos
desarrollar rápido y de forma saludable", concluye.
Katie Hope BBC Última actualización: Sábado, 3 de mayo de 2014
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