- Desde un simulacro para ponerse en la piel de un refugiado sirio hasta “infames” fiestas nocturnas: todo lo que rodea al Foro Económico Mundial
La necesidad de una renta básica, el proteccionismo económico de Donald Trump, el impacto de los robots en el mundo del trabajo o la supuesta apuesta por el liderazgo femenino en el mundo de los negocios (a pesar de que apenas el 21% de los 2.500 asistentes sean mujeres”). Estos son algunos de los principales temas que compiten por ganar titulares en la edición de 2018 del Foro Económico Mundial que se celebra en Davos.
En realidad, nada de lo que no se hable en las múltiples conferencias económicas que se organizan cada día a lo largo de todo el planeta. Pero si el Foro Económico Mundial que se celebra cada año en Davos es importante no es solo por los temas de debate que se tratan en las 400 conferencias que, según la agenda oficial, se van a desarrollar en los próximos días.
Lo que realmente importa de Davos es todo aquello que está fuera de esa agenda. Cosas tan extravagantes como compartir durante 45 minutos la experiencia de los refugiados sirios. Un simulacro de experiencia real que desde hace unos años organiza la ONG Crossroads Internacional. No existen datos cuánto se remueven las conciencias de quienes pasan por ese evento, ni si aporta muchos progresos a la situación del país en conflicto. Pero lo que sí aseguran quienes han pasado por ella es que compartir sufrimiento, aunque sea por unos pocos minutos, une mucho y es toda una puerta abierta a estrechar relaciones que pueden culminar en suculentos negocios para sus participantes.
Las bebidas más caras del planeta y salpicadas de excesos, imprescindibles en las fiestas
Lo mismo que ocurre en las codiciadas y, según la revista Vanity Fair , “infames” fiestas que cada noche tiene lugar en los hoteles más prestigiosos de la zona regadas por las bebidas más caras del planeta y salpicadas de excesos. En las que las grandes multinacionales, desde Yahoo a las grandes corporaciones financieras pasando por la mítica Google no reparan en gastos.
Son estos encuentros fuera de agenda lo hace que año tras año los principales líderes económicos y políticos no duden en desembolsar los más 60.000 dólares que cuesta la cuota anual de ser miembro de este foro. Una cuota que se multiplica hasta los 140.000 dólares si lo que se pretende es enviar algún representante a la cita anual y que se dispara hasta los 500.000 dólares si lo que se quiere contar a una delegación (de máximo cinco representantes) que tenga tarjeta blanca. El blanco es el color vip de la insignia que da acceso libre a todos los actos del Foro incluidas las sesiones privadas de networking, esas en las que no hay ni cámaras, ni apenas ninguno de los 500 periodistas acreditados, pero que son el verdadero atractivo de este encuentro mundial. Un presupuesto que puede incrementarse, una media de 300 dólares por asistente, para tener acceso a algunas de las mencionadas fiestas vips nocturnas.
Otras fuentes de ingresos son la seguridad, las pernoctaciones en hoteles y los vuelos privados
Pero el negocio de Davos no termina aquí. Lo que ha convertido a este evento en una máquina de hacer dinero también es todo lo que esta cita mueve a su alrededor. Valgan de ejemplo algunos datos. Un despliegue de 4.500 soldados y policías suizos para velar por la seguridad de los asistentes cuyo coste superaría los siete millones de euros, atendiendo a las estimaciones que la prensa local hizo en anteriores ediciones. Habitaciones de hoteles de tres estrellas a 500 euros la noche o villas por más de 140.000 toda la semana. Vuelos privados que superan los 3.000 euros.
A falta de datos más recientes, un estudio encargado por el Foro Económico Mundial a la Universidad de St Gallen permitió saber que la edición de 2015 generó un volumen de negocios adicional de alrededor de 42 millones de euros en la economía de la zona de Davos y de más de 67 millones de euros en el resto de Suiza. Por otro lado, en el informe anual de 2015-2016 se asegura que los ingresos de 193 millones de euros registrados por la fundación organizadora se “destinaron a actividades que respaldan el compromiso en los ámbitos de la economía digital, la educación, la salud, las tecnologías de la información, la movilidad, el medio ambiente y la energía, entre otros.”
Lo que ni esos ni ningún otro documento hasta ahora ha sido capaz de medir son los beneficios derivados de los negocios que se firman en apenas tres días en torno al que, tal vez sea, el encuentro financiero más mediático del año.
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