- La cultura maorí y la impresionante naturaleza son sus mejores atractivos
Nueva Zelanda significa ‘la tierra de la gran nube blanca’ en maorí. Se dice que los maoríes llegaron aquí hace más de 1.000 años desde su mítica tierra natal Hawaiki en la Polinesia. Aún existen leyendas que hablan de cómo sus antepasados llegaron a estas tierras cruzando el océano en siete canoas que darían lugar a las siete tribus originarias.
Un pueblo orgulloso de sus tradiciones y su cultura, que tiene bien presente sus raíces: así dibujan su cuerpo con Ta Moko (tatuajes), bailan ancestrales hakas (danzas guerreras), y unen su frente y su nariz con la otra persona al saludarse para intercambiar el ha (el aliento vital).
El país está formado por dos grandes islas: la isla Norte y la isla Sur (separadas por el estrecho de Cook), junto a otras muchísimas islas menores que, además de estar habitada por gente acogedora, posee espectaculares paisajes naturales de montañas imponentes, glaciares, lagos, géiseres, playas desérticas, bosques húmedos y campos verdes donde pastan libremente las ovejas.
Isla Norte
Los maoríes se refieren a la isla Norte como Te Ika-a-Māui, el pez de Maui. Disfruta de un clima subtropical: húmedo, cálido y soleado.
El recorrido empieza en cabo Reinga, el punto más septentrional, y el lugar donde los espíritus maoríes comienzan su último viaje. Aquí se encuentra un faro muy popular muy visitado por los turistas. Muy cerca la localidad de Kaitaia es famosa por sus viñedos y por la elaboración de vinos de excelente intensidad, sabor y color.
Continuamos hacia Matakana a sólo 65 km de Auckland. Rodeada de exóticas playas de arena blanca son famosos sus espectaculares paisajes de colinas verdes y viñedos en los que realizar un tour para probar estos caldos.
De allí a Auckland, la gran urbe multicultural de Nueva Zelanda. Ésta se encuentra cerca de hermosas playas, senderos de excursionismo, y posee lo que cualquier otra gran ciudad: tiendas, cafeterías, restaurantes, una gran oferta de ocio y un puerto fantástico.
Siguiendo hacia el sur hay que realizar una parada enRotorua, una localidad situada sobre una meseta volcánica, un enclave geotermal sobre el Cinturón de Fuego del Pacífico.
Tiene muchas atracciones, pero lo más sorprendente es el enorme campo geotermal llamada Wai-O-Tapu (agua sagrada en maorí). Aquí se encuentra el Champagne Pool que ocupa un cráter de 65 metros de diámetro y 62 de profundidad, y la temperatura del agua es de unos 75°C.
Más al sur, el pequeño pueblo de Waitomo, donde se encuentran las famosas cuevas des Glowworm, es un asombroso complejo de cuevas, cañones y ríos subterráneos que perforan las paredes calizas donde se asoman impresionantes estalactitas y estalagmitas, y en la oscuridad de las cuevas aparecen brillantes luciérnagas.
La forma más fácil de conocer las cuevas es a través de un tour a pie o en bote, aunque también se puede hacer rafting o rápel.
No hay que perderse las cuevas de Ruakuri y Aranui; la primera, con una entrada en espiral y varias cascadas internas; la segunda con una fantástica exhibición de estalactitas y estalagmitas.
Vale la pena acercarse al parque nacional Egmont que comprende el enorme volcán Taranaki (todavía venerado por el pueblo maorí), cascadas exuberantes, selvas, bosques y pantanos. Hay una extensa red de senderos cortos y largos para conocer la zona.
Otra parada imprescindible es el parque nacional Tongariro, en el centro de la isla, que fue declarado patrimonio mundial de la humanidad con tres volcanes principales: el Ruapehu, el Ngauruhoe y el Tongariro . La imagen es de ciencia ficción.
Para terminar, en el extremo sur, la capital del país, Wellington. Una urbe moderna y divertida, con museos, galerías, teatros y eventos importantes, rodeada de un espectacular entorno natural.
Un buen lugar para probar una especialidad maorí, el hangique consiste en cocinar la comida bajo tierra, en un hoyo con piedras calientes encima, se tapa el agujero con tierra y se deja cocinar durante horas.
Para cruzar el estrecho de Cook se utiliza un ferry que llevan al puerto de Picton.
Isla Sur
La isla Sur se llama en maorí Te wai pounamu, aguas de piedra verde o Te Waka o Aoraki , la canoa de Aoraki. Empezaremos por Picton que se ubican en el extremo de un profundo fiordo. Un barco flotante, el Edwin Fox, es el noveno barco más antiguo del mundo y un museo que se encuentra anclado en esta localidad.
También es el punto de partida para explorar los estrechos de Marlborough Sounds, un conjunto de antiguos valles fluviales sumergidos bajo las aguas del océano Pacífico, o la reserva marina Long Island-Kokomohua.
Nos dirigiremos hacia Chirstchurch, la principal ciudad de la isla sur, para encontrarnos con los Alpes del Sur, una gran cordillera que atraviesa el lado occidental de la isla y que cuenta con los picos más altos del país, 16 de ellos superan los 3.000 metros. El más alto es el monte Cook, conocido en lengua maorí como el Aoraki, con 3.724 metros.
Cerca se encuentra el pueblo de Fox Glacier en el que se puede realizar una excursión para ver el glaciar Franz Josef y glaciar Fox, un paraíso de cuevas, grutas y cascadas de hielo.
Aquí se encuentran varios parques nacionales: Aoraki/Mt. Cook, Fiordland, Mt. Aspiring y Westland que conforman el área Te Wahipounamu que tienen una extensión de 26.000 kilómetros cuadrados de: bosques, montañas, escarpados valle, glaciares y fiordos costeros.
Fiordland es el parque más grande y espectacular, con cascadas impresionantes que caen sobre profundos fiordos, como el Milford Sound, y la cascada más espectacular es la de Sutherland. Se pueden realizar cruceros panorámicos para ver de cerca estas maravillas.
También encontramos el sendero Milford Track , el más famoso del país, y una ruta para ver el espectacular glaciar Tasman, el mayor del lugar con 27 km de largo.
El camino sigue hacia Queenstown, famosa como la “capital mundial de la aventura”. Está ubicada a orillas del gran lago Wakatipu, que se puede recorrer en el histórico TSS Earnslaw un barco a vapor de 1912.
A unos 50 km se encuentra el bonito pueblos Glennorchy, un verdadero paraíso para los amantes del aire libre en la que realizar gran cantidad de excursiones.
Y terminaremos en Bahía Curio donde se puede ver un bosque petrificado que data del periodo jurásico, y al lado está Slope Point, el lugar más meridional de la isla Sur. Se accede por una caminata de 20 minutos a través de terreno privado. El paisaje es fascinante ya que el viento golpea con fuerza la zona y hace que los árboles se doblen espectacularmente.
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