Orgullo familiar Pete Buttigief y su esposo, Chastan Glezman, al lanzar el pasado día 14 su carrera a la Casa Blanca, desde la vieja fábrica Studebaker en South Bend (Indiana) (AFP)
Los candidatos demócratas tienen una vida privada tan variada como la de los estadounidenses
Las familias estadounidenses ya no son lo que eran. Lo han estudiado los sociólogos y lo demuestra la enorme diversidad de las vidas personales de los principales candidatos demócratas a las primarias presidenciales, reflejo de los cambios experimentados por la sociedad estadounidense en los últimos años. Hay divorciados, parejas en las que ella es la que lleva el pan a casa, un soltero y hasta un homosexual felizmente casado. No existe ya una típica familia norteamericana, no hay un modelo familiar dominante, y pocos entre los aspirantes presidenciales encajan en la categoría antes mayoritaria, el modelo tradicional en que la pareja está casada en primeras nupcias.
En la lista de 20 demócratas que hasta ahora han anunciado candidaturas a las primarias presidenciales hay, en primer lugar, muchos divorciados, en línea con los datos que indican que los estadounidenses rompen sus uniones más que en los años sesenta y ochenta. Por ejemplo, la senadora por Massachussets Elizabeth Warren, el exgobernador John Hickenlooper o la congresista Tulsi Gabbard, aunque en este terreno ya rompieron moldes los republicanos Donald Trump, que va por su tercer matrimonio, y Ronald Reagan. El senador Bernie Sanders ha estado casado en dos ocasiones y ha criado a varios hijos de sus parejas, además de los suyos propios.
Declive de la familia tradicional
Pocos aspirantes a la Casa Blanca están casados en primeras nupcias
Como un número creciente de estadounidenses, el senador Cory Booker, en cambio, no ha formalizado nunca ninguna relación aunque esto podría cambiar pronto. Tiene 50 años. Nada más anunciar su candidatura a la Casa Blanca, el representante de Nueva Jersey en el Senado hizo saber en marzo que está saliendo con la actriz Rosario Dawson. A estas alturas, hasta deja que suenen las campanas de boda. Booker es el único soltero entre los candidatos y, quizás por inercia, su estatus civil ha sido objeto de un (breve) debate en los medios.
Sólo dos presidentes se han mudado a la Casa Blanca solos. El último, Grover Cleveland, lo hizo en 1885 y se casó siendo presidente. Tradicionalmente, los votantes han visto el matrimonio, el compromiso, como un factor de credibilidad a la hora de valorar a los candidatos pero es posible que los cambios en el seno de la sociedad estadounidense le resten peso. En el 2017, el 45% de los estadounidenses estaban solteros, divorciados o viudos.
La familia eres tú
El 45% de los estadounidenses está soltero, divorciado o viudo
Quien sí está casada es la senadora Kamala Harris, representante de California, pero no cambió de estado civil hasta el 2014, recién cumplidos los 50 años, en línea con la tendencia de los estadounidenses a casarse cada vez más tarde. La media de edad al abandonar la soltería en Estados Unidos es de 29 años para ellos y 27 para ellas, seis años más tarde que en 1967 (37 y 34 años respectivamente en España, según el Instituto Nacional de Estadística, once años más tarde que en 1976). La senadora Harris no tiene hijos biológicos, pero con su marido venían dos en edad universitaria.
Quien hasta hace pocos años ni podría haberse casado con su pareja es Pete Buttigieg. No fue hasta junio del 2015 que el Tribunal Supremo de EE.UU. legalizó el matrimonio homosexual en todo el país, diez años más tarde que en España. Desde entonces, miles de personas se han beneficiado del reconocimiento, entre ellas Buttigieg, de 37 años y alcalde de South Bend, una localidad del conservador estado de Indiana. De allí procede también el vicepresidente Mike Pence, fervoroso evangélico, con quien ha tenido varias discusiones a distancia sobre la homosexualidad y la fe (Buttigieg es cristiano).
La homosexualidad
Buttigieg, gay y casado, tiene opciones de avanzar en el proceso de primarias
En lo que podría interpretarse como una señal de igualdad, algunos medios han empezado a llamar a su marido, Chasten, “el arma secreta” de la candidatura de Buttigieg. El hombre –un profesor de instituto de 29 años que en pocos meses se ha hecho con 300.000 seguidores en Twitter, donde se maneja con la soltura del millenial que es– se ha tomado una excedencia para ayudar a impulsar la candidatura de su esposo y recaudar fondos. Buttigieg no es el primer candidato presidencial estadounidense abiertamente gay. En el 2012 se presentó a las primarias republicanas Fred Karger, un activista de los derechos de los homosexuales natural de California. El alcalde Pete, como le llaman sus paisanos para evitar pronunciar el enrevesado apellido maltés Buttigieg, sí es el primero con posibilidades de avanzar en el proceso de selección del candidato, de acuerdo con los últimos sondeos.
La transformación en los modelos familiares se ha producido en paralelo a los cambios laborales. “Con más madres entrando en el mercado laboral, más se han convertido en un sostén económico de sus familias, en muchos casos, el principal sustento”, afirma un estudio del Pew Research Center. A la vista de sus declaraciones de intereses, este es el caso de las senadoras y aspirantes presidenciales Amy Klobuchar y Kirsten Gillibrand, de acuerdo con la cadena NBC. El marido de Warren, Bruce Mann, un profesor de Derecho de Harvard, ha reducido su actividad profesional los últimos años para respaldar la carrera política de su mujer. Es de los pocos maridos de a los que se ha visto de momento en campaña aunque, por ahora, sólo unos instantes, de pasada, en el videomensaje casero con el que Warren lanzó su campaña.
‘Beto’, único representante de la antigua familia tradicional
Beto O’Rourke encaja en la familia tradicional, con su esposa en segundo plano
La semana pasada entró también en la carrera el exvicepresidente Joe Biden, de 76 años. Enviudó a los 30 años como consecuencia de un accidente de tráfico en el que también perdió un hijo y está casado en segundas nupcias. Hay más candidatos que no están divorciados pero, aparte del veterano político demócrata, entre los principales aspirantes el único que encaja en el viejo modelo tradicional de la familia americana es Beto O’Rourke. El excongresista de Texas trató de bromear al respecto en su primer mitin diciendo que es más bien ella quien se ocupa de los niños pero tuvo tan poca gracia que se pasó los siguientes días disculpándose. En medio de un panorama tan diverso, la imagen de su mujer Amy asintiendo en silencio y sonriendo junto a O’Rourke en el vídeo de anuncio de su candidatura ya había parecido especialmente antigua.
Actualmente, menos de la mitad de los niños viven en lo que era la familia típica americana en los años setenta. Si en 1960, el 73% de los hijos vivían en familias compuestas por parejas casadas en primeras nupcias, en 1980 el porcentaje se redujo al 60% y en el 2015 había caído hasta el 46%, de acuerdo con datos del Pew Research Center. Casi el 40% de los nacimientos actuales en EE.UU. se produce en familias monoparentales o parejas en las que la madre no está casada. Es la única categoría familiar no representada entre los candidatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.