Estudios científicos han desmitificado la creencia que establece que el colesterol de los huevos es perjudicial para la salud. Te explicamos por qué
Diversas investigaciones han desmentido la creencia que establece que el colesterol del huevo es perjudicial para la salud. Organismos como la Fundación Española de la Nutrición o la Fundación Hipercolesterolemia Familiar inciden en que no existe relación entre el consumo de este tipo de alimentos y el aumento del colesterol sanguíneo. De hecho, la Fundación Española del Corazón recomienda que estos alimentos formen parte de una dieta equilibrada sin limitación en cantidad, siempre y cuando no se abuse de ellos. Al igual que ocurre con otros alimentos de origen animal, como el pollo o el pescado, entre otros.
Es cierto que los huevos tienen colesterol, pero este no es nocivo. “El huevo tiene sustancias que dificultan que su propio colesterol sea absorbido por nuestro cuerpo. Aunque parezca mentira, los huevos contienen lecitina y ácidos grasos insaturados de manera natural que cumplen dicha función. Consumir huevos enriquecidos en Omega 3 puede contribuir a reducir los triglicéridos, disminuir los riesgos asociados a enfermedades cardiovasculares y arterosclerosis”, explica Eider Sánchez, nutricionista en Policlínica Gipuzkoa.
Durante décadas, se ha recomendado limitar el consumo de huevo. Sin embargo, que el colesterol en sangre aumente no depende de la cantidad de huevos consumidos en una semana, sino de que se lleve una dieta controlada en grasas saturadas, presente en los embutidos, alimentos grasos, cortes grasos de origen animal, mantequilla, queso y bollería industrial.
Tras diferentes estudios científicos realizados, se ha demostrado que el colesterol incluido en los alimentos no es determinante a la hora de sufrir colesterol en el organismo. De este modo, el colesterol plasmático (presente en la sangre) aumenta por la descompensación en la ingesta de grasas saturadas e insaturadas presentes en los alimentos y de los niveles de colesterol HDL ('colesterol bueno') y LDL ('colesterol malo'). Asimismo, otros factores como una alimentación no equilibrada y saludable, el tabaco, la falta de ejercicio, el consumo de bebidas alcohólicas, la acumulación de grasa a nivel visceral o la obesidad inciden a la hora de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Cómo mantener los niveles
Si se quiere mantener el colesterol a raya, se debe, por un lado, evitar los alimentos ricos en grasas saturadas y, por otro, consumir mayor cantidad de grasas insaturadas. Las primeras están presentes en alimentos grasos de origen animal o partes grasas como pueden ser embutidos o las costillas, pero también en el queso curado. Estas grasas también se encuentran en otras de origen vegetal de mala calidad que se utilizan en pastelería, bollería o galletería.
Por ello, es necesario aumentar el consumo de alimentos ricos en grasas insaturadas, como pueden ser semillas, frutos secos, aguacate o aceites vegetales de calidad —aceite de oliva, girasol o colza—, así como alimentos de origen animal marino, como pescados azules y blancos.
Que el colesterol en sangre aumente no depende de la cantidad de huevos consumidos, sino de que se lleve una dieta controlada en grasas saturadas
Además, es importante tener en cuenta el origen de los alimentos que se consumen. La doctora Sánchez apunta que "no todos los huevos son iguales". "La mayoría de los que encontramos en los supermercados provienen de gallinas que han crecido en criaderos y han sido alimentadas a base de cereales. No obstante, los huevos más sanos son aquellos enriquecidos con Omega 3 o los que provienen de gallinas que han sido alimentadas con piensos o semillas ricas en ácidos grasos insaturados como chia, aceite de lino y colza”, concluye la especialista.
El consumo adecuado de huevos será, por ende, el que permita combinarlos con alimentos de origen vegetal y con otros alimentos proteicos. Eider Sánchez recuerda, eso sí, que "es fundamental romper el huevo en un recipiente distinto al que se usa para cocinarlo, además de que no debe lavarse con agua. De esta manera, evitaremos problemas gastrointestinales como la salmonela".
AUTOR
EC BRANDS 17/04/2019
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