La Ciudad de México vive una "contingencia ambiental" por mala calidad del aire.
Cuentan que en 1804, cuando Alexander von Humboldt vislumbró por primera vez la Ciudad de México incrustada en el Valle de Anáhuac, apenas pudo contener la emoción ante el espectáculo: el cielo, las nubes, los volcanes, el azul y el verde intenso, la luz...
"Viajero: has llegado a la región más transparente del aire", escribió en su diario.
Más de dos siglos después, la CDMX se ahoga en su propio vaho: una bruma densa de partículas contaminantes que lo envuelve y lo oscurece casi todo.
Los altos edificios que perfilan la ciudad se ocultan desde hace más de cuatro días en una nube oscura que apenas deja ver el sol y las imágenes y los videos que se publican parecen recordar el Día del Juicio.
Mientras, cientos de personas se quejan de sensaciones extrañas en la piel y los ojos, y las autoridades llaman a pasar el menor tiempo posible el aire libre.
El gobierno de la capital decretó en la mañana de este martes una "contingencia ambiental atmosférica extraordinaria", lo que indica que el nivel de partículas nocivas en el aire ha superado los estándares admitidos.
Luego, en horas de la tarde, anunciaron que a esa medida se sumaba otra "contingencia ambiental" por ozono, lo que llevará a reducir el número de vehículos que circulan por la urbe.
Es la quinta vez en lo que va de año que la CDMX necesita ponerse a resguardo por los altos índices de contaminación atmosférica.
Sin embargo, las autoridades aseguran que en esta ocasión han coincidido una serie de circunstancias "inusuales".
Según aseguró este martes la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, la principal causa detrás de los actuales niveles de contaminación son una serie de incendios que han afectado regiones cercanas a la capital desde el fin de semana.
¿Incendios?
Efectivamente, incendios. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales informó que desde inicios de mes se han reportado al menos 66 incendios en la capital y otros 130 en el Estado de México, que colinda con la CDMX.
De hecho, la NASA publicó esta foto ayer en la que se muestra cómo se ve el fuego desde el espacio.
Al parecer, la propia agencia espacial estadounidense quedó tan impresionada que la nombró "foto de la semana".
Pero de acuerdo con las autoridades, al humo y las partículas generados por el fuego se han unido también otras condiciones ambientales que han contribuido a empeorar la situación.
¿Qué condiciones ambientales?
Ricardo Prieto González, del Servicio Meteorológico Nacional, explicó este martes en una conferencia de prensa que varios factores meteorológicos reportados en los últimos tiempos no solo han generado los incendios, sino que también hacen que las partículas nocivas permanezcan más tiempo en la atmósfera.
Entre ellos mencionó:
- Temperaturas por encima del promedio
- Bajo nivel de precipitaciones y prolongada sequía
- Mayor radiación solar
- Un sistema de altas presión que evita la dispersión de contaminantes.
La cuestión geográfica
Pero además del incendio y las inusuales condiciones meteorológicas, está la cuestión geográfica.
Bernardo Bolaños, profesor de Derecho Ambiental de la Universidad Autónoma Metropolitana, explica a BBC Mundo que la ubicación de la CDMX es un factor que por años ha contribuido a la contaminación del aire.
"En la Ciudad de México vivimos en una cuenca rodeada de montañas, que es una especie de olla. Si a esto se suma que estamos a una altura considerable, se explica también por qué históricamente ha sido un lugar donde la contaminación queda atrapada", comenta.
Y, también, señala, están los volcanes.
Que aunque no hayan sido señalados en esta ocasión, hay que tener en cuenta que la frecuente actividad del Popocatépetl en el pasado ha sido relacionada por el gobierno con un aumento en los niveles de contaminación en la CDMX, como ya sucedió este año.
Entonces tenemos:los incendios, condiciones del tiempo inusuales y la geografía peculiar de la ciudad...
Algunos expertos, como Bolaños, también creen que una causa hay que buscarla en los carros. "Hay críticos que atribuyen también lo que pasa a errores humanos", señala.
¿Los carros?
Según Bolaño, actualmente hay más autos en circulación en la ciudad que el pasado año.
"La jefa de Gobierno en los cinco meses que lleva de gestión ha permitido circular 200.000 autos más a diario y esto ha tenido un impacto", agrega.
El académico explica que para que un carro pueda moverse por la CDMX, necesita pasar antes por un proceso de verificación que, en dependencia de la cantidad de contaminantes que expida, se le permitirá transitar en determinados días de la semana.
Sin embargo, en su criterio, nuevas reglas de verificación que entraron en vigencia este año han contribuido a que se relajen los controles y circulen más vehículos, algo que el gobierno de la ciudad niega.
Bolaños ganó a inicios de este mes un proceso legal por un aire limpio, que obliga al gobierno de la ciudad a implementar cambios en su proceso de verificación vehicular.
"Ahora queda ver si lo acata o tendremos que continuar las demandas a través de la Justicia", señala.
¿Cuán grave es la situación actual?
Según la Secretaría de Medio Ambiente, el Índice de Calidad de Aire era "muy malo", con una puntuación superior a los 150, aunque no alcanzaba los límites de 2016, cuando la ciudad vivió una de las peores crisis ambientales de su historia.
Pero pese a esto, también hay buenas noticias: la CDMX no es una de las ciudades más contaminada del mundo.
De hecho, no es ni la más contaminada de México.
"Ni siquiera está ya entre las más 15 contaminadas del América Latina. Pero ha habido tanto esfuerzo por controlar la contaminación que resulta escandaloso que tengamos algunos días esta contingencia", agrega Bolaños.
Según el experto, México tiene uno de los sistemas de vigilancia de la calidad del aire más desarrollados de la región.
"No solo es una ciudad contaminada, sino una ciudad vigilada, por eso existe la percepción de que la contaminación es mayor de lo que en la realidad es", señala.
¿Volverá a ser México "la región más transparente"?
Por ahora, lo que vio Humboldt en 1804 parece más distante y la CDMX más cercana a la que describió en 1917 Alfonso Reyes en su Visión de Anáhuac.
"¿Es esta la región más transparente del aire?, ¿qué habéis hecho, entonces, de mi alto valle metafísico?".
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