Tras el incendio del pasado 15 de abril que destruyó la cubierta del siglo XIX realizada por Viollet-le-Duc en la catedral parisina, arquitectos de todo el mundo se han lanzado a publicar sus propuestas en las redes sociales, no todas con igual aceptación por parte de los ciudadanos
Como en toda situación de crisis, la catástrofe provocada por el incendio en Notre Dame ha llevado a escena un interesante acontecimiento que invita a estudiar y reflexionar sobre posibilidades que no parecía que se pudieran contemplar, estimulando, por tanto, el avance como sociedad. De forma espontánea, multitud de arquitectos y diseñadores comenzaron a compartir sus proyectos para intervenir sobre las ruinas, igual que aparecieron textos de pensadores volcando sus reflexiones al respecto de cuál sería la estrategia de actuación ideal después del incendio.
La mayoría de las propuestas vistas hasta el momento provienen de estudios franceses, tal vez porque para ellos el impacto emocional ha sido más fuerte, porque se sienten con mayor potestad para opinar sobre un elemento que les representa o bien porque han sentido la responsabilidad de pronunciarse en relación a un tema que está generando un intenso debate dentro de su país, social y políticamente. Ninguna de las propuestas presentadas es viable, al menos en este momento, ya que se están evaluando aún los años del incendio que destruyó la cubierta del templo hace un mes.
La respuesta ha sido inmediata. Tal vez demasiado rápida. Se aprecia en el resultado de las propuestas, y su corto desarrollo, generadas a partir de estrategias muy básicas de proyecto, para resolver con gestos únicos una situación de gran complejidad que obliga a pensar sobre las razones de la herencia arquitectónica y sobre temas como la restauración, la conservación del patrimonio o las técnicas de preservación.
Es muy interesante observar también la respuesta del público frente a este espectáculo que llegó sin previo aviso. Los ciudadanos están levantando la voz, empoderados y reclamando su derecho a opinar sobre algo que consideran que es suyo, un elemento que les representa, que es parte de su patrimonio. Tras cada una de las propuestas que los diseñadores comunican a través de sus redes, se desencadenan conversaciones infinitas de particulares dando su opinión, reflexionando sobre lo oportuno o no del proyecto, conversando y respondiéndose unos a otros desde su idea de lo que debería suceder.
El debate abierto rebota entre los partidarios de recuperar y reconstruir el monumento según sus formas, volúmenes y cualidades previas al incendio —si bien ese estado ya es fruto de intervenciones encadenadas a lo largo de los siglos que hacen que no haya un estado original de la catedral—, o dar paso a respuestas provenientes de las posibilidades de la técnica y la tecnología contemporáneas, así como del entendimiento de los espacios y las estéticas del momento actual. Mientras que una tercera vía aboga por que se conserve el edificio en el estado de ruina que quedó tras el incendio —que es en el que se encuentra ahora—, como monumento al presente y al cambio que debe venir en Europa —como apunta Andrés Jaque—, en un momento de transición de un mundo que acaba y otro que empieza, como dice Paul B. Preciado.
A continuación, una selección de algunas de las propuestas:
1. Vincent Callebaut - Centro 'eco-friendly' de producción agrícola
El arquitecto belga presenta la reconstrucción de la catedral como statementde su arquitectura, y considera que el proyecto puede ser utilizado como estandarte de las posibilidades ecológicas de la ingeniería a través de la tecnología o con estrategias de sostenibilidad. Propone así una cubierta que generará energía y contendrá una granja hidropónica (que utiliza disoluciones minerales en lugar de suelo agrícola para poder cultivar en contenedores, como sería en este caso la cubierta de Notre Dame), convirtiendo la catedral en un edifico eco-friendly que generaría más energía que la que consumiría.
La estructura sería resuelta con vigas de madera laminada en combinación con elementos de vidrio que captarían la luz y la transformarían en energía para albergar bajo ella unos huertos. En estas parcelas de cultivo crecerían alimentos que serían repartidos en la ciudad, incluso vendidos a los pies de la catedral. Un total de 25 kilos de vegetales calcula el arquitecto que serían producidos por metro cuadrado en estas instalaciones.
2. Mathieu Lehanneur - La llama
El diseñador francés ha recurrido a su pieza Fireplace aplicándole un gran cambio de escala para rendir su homenaje al monumento (y como recuerdo del propio incendio). Su diseño, la simulación de una llama de fuego hecha en piedra de lava y con acabado dorado, le sirve para proponer lo que él considera una solución que responde tanto a los partidarios de devolver la catedral a su estado original, como a los que defienden una intervención coherente con el momento actual. Sobre cómo se habitaría ese espacio no tenemos información, ya que, como muchas de estas propuestas urgentes, se quedan en una fase muy inicial de planteamiento.
3. Fuksas - La fragilidad de la historia en cristal de Baccarat
La pareja italiana que forma el estudio Fuksas Architects —Massimiliano y Doriana Fuksas— se suma a la cantidad de propuestas que se deciden por la vía del cristal, y propone la reproducción de una nueva aguja a imitación de la anterior y cubiertas en este material (en las redes sociales ya ha surgido una resistencia en contra de estas propuestas por no ser amigables con las aves). Ellos han elegido cristal de Baccarat, la región francesa próxima a Estrasburgo, y entienden este material como símbolo de la fragilidad de la historia y la espiritualidad, empleando la luz como representación de lo inmaterial, según enuncian en sus redes.
Su nueva cubierta es una de las que reproduce de forma más literal las formas previas al incendio, pero con este acabado de vidrio y luz con el que buscan establecer un diálogo de lo nuevo con la huella anterior. Tanto la cubierta como la aguja podrían ser iluminadas desde dentro para convertirse en una suerte de linterna o faro en las noches parisinas.
4. Studio NAB - Un criadero de abejas en la aguja
Studio NAB también viste de cristal su intervención para convertir la cubierta de la catedral en el invernadero que pretenden construir. La propuesta quiere respetar la silueta original de la iglesia pero vincularla al tiempo actual, respondiendo a necesidades y asuntos del contexto en el que nos encontramos, como son el correcto uso de los recursos naturales y el empleo de energías renovables. Así, bajo el vidrio habría huertos y espacios para talleres sobre ecología, mientras que la aguja, lejos de reproducir su pasado gótico, se convertirá en un criadero de abejas, con múltiples niveles que sostienen numerosas colmenas, y a los que se accedería por una escalera central.
5. David Deroo - La mejor aceptada por los ciudadanos en redes sociales
El arquitecto y artista francés David Deroo también apuesta por una solución intermedia o equilibrada entre revisitar la historia pasada del edificio e incorporar las nuevas posibilidades técnicas de nuestro tiempo. Es, junto a la del estudio Fuksas, una de las propuestas más fieles a las formas originales de la iglesia, y de alguna manera también la más discreta, aunque no entra en especificaciones técnicas ni da información sobre los materiales. Según declara Deroo en su cuenta de Instagram, preocupado por los posibles efectos de un concurso internacional de ideas para reconstruir Notre Dame, tiene "la esperanza de que le proyecto final que se lleve a cabo sea humilde pero innovador, delicado, bello y comprometido, creado por gente altamente preparada alrededor de una mesa común".
Esta propuesta es la que tiene mayor aprobación del público atendiendo a las respuestas que recibe en su red social. Parece que los ciudadanos —al menos, los usuarios de redes sociales— no se sienten todavía haber llegado al momento de superar el peso de la historia y permitir su intervención, o tal vez, simplemente, las propuestas que rompen con lo anterior no han sido lo suficientemente atractivas para lograr su aprobación.
6. Álex Nerovnya - Belleza 'millennial'
De nuevo un proyecto que apuesta por una reproducción en vidrio de la cubierta. El argumento que expone en sus redes sociales, donde se abrió un intenso debate a partir de las imágenes que fue compartiendo, es que todo cambia; que la propia catedral ya ha experimentado sucesivas transformaciones a lo largo de los siglos, y que, por tanto, no importa lo buena que sea la restauración, nunca se volverá a un mismo estado anterior.
Por ello, continúa, no se debe tener miedo a plantear algo diferente, aunque su propuesta sea similar a tantas de las que hemos podido ir viendo estos días. El arquitecto ruso concluye en su última intervención asegurando que "París espera un nuevo diamante que debe ser diseñado para enfatizar la belleza millennial".
7. Vizum Atelier - 'Neo-neogótico': Conectar el cielo con la tierra
La propuesta de los eslovenos de Vizum Atelier continúa la idea que perseguían los arquitectos de las iglesias góticas de alcanzar el cielo con sus construcciones. En esta búsqueda, el estudio plantea una intervención que se concentra en el cruce de las naves —la cubierta la reconstruyen según el estado previo al incendio—, para elevar una aguja que, construida hasta una altura, continúa luego su camino hacia el infinito en un haz de luz que "conecta el cielo con la tierra", según enuncian los arquitectos.
8. Kiss the architect - Una 'atontada locura' escultórica
El estudio asentado en el Reino Unido y fundado por el chipriota Dakis Panayiotou presenta una imagen que no puede llegar a interpretarse como una propuesta consistente, sino que más bien podemos considerarla un guiño u homenaje a este gran monumento. Resuelven la composición colocando un pabellón suyo anterior, A foolish folly (una atontada locura), en el lugar de la antigua aguja. Los arcos y bolas de esta construcción cambian de escala y adquieren de pronto un significado más escultórico u ornamental, componiendo lo que puede ser una de las imágenes más oníricas que hemos visto al respecto.
9. AJ6 Studio - Juegos de luz y color
Este estudio de São Paulo se ha centrado en uno de los elementos más emblemáticos de la catedral, el rosetón, para desarrollar su propuesta a partir del vidrio tintado del que está compuesto. De esta manera, con un gesto bastante simplista proponen una cubierta y aguja conformadas en su totalidad a partir de este material. Un cierto juego de color provocado por el paso de la luz a través del vidrio podría ser interesante en esta propuesta que se queda en un planteamiento confuso, sin revisar adecuadamente la tradición barroca ni proponer un gesto desde la contemporaneidad.
10. Tara Sovtho - Una cubierta nacida de la costilla rusa
A partir de una postura algo inocente, el diseñador ruso lanza una propuesta desprendida de todo prejuicio. Siguiendo el mismo ritmo generado por los pilares y arbotantes de la parte conservada de la catedral, el diseño de Sovtho (Taras Zheltyshev) se relaciona con lo existente a través una serie de costillas que se unen en la crujía, para después ascender hacia lo que sería la aguja actual, fuertemente inspirada en las formas de la tradición arquitectónica rusa.
11. Miysis - Esto sí es un bosque
Valiéndose de nuevo del cristal como elemento para incorporar la contemporaneidad en la propuesta, pero reproduciendo las formas y volúmenes previos al incendio como estrategia para dialogar con su historia, el estudio belga Miysis 3D ofrece un diseño que ya no sorprende. Un aspecto que sí hace particular esta propuesta es la forma en la que plantean recuperar la experiencia del "bosque" —apodo con el que ya se conocía el ático de la catedral que Viollet-le-Duc proyectó en el siglo XIX como un bosque de vigas y pilares de madera—, empleando grandes elementos estructurales de madera en combinación con árboles reales, que serían plantados en los ejes centrales de las naves.
12. Ulf Mejergren Architects - Una piscina para la contemplación
Dotar a la catedral de un uso complementario al del asombroso interior ha sido la decisión del estudio sueco Ulf Mejergren Architects. Para ello, proponen esta gran piscina concebida como un nuevo espacio público para la contemplación, que invitase a la meditación y la reflexión que desencadena un espacio como el de Notre Dame.
No hay aguja ni cubierta reconstruida, los arquitectos recuperan las estatuas de los apóstoles que habían sido retiradas durante la restauración —y sobrevivieron al fuego—, y que ahora actuarán como guardianes de la gran piscina pública. La catedral, enuncian los arquitectos, no debería ser una isla en el tejido urbano sino un espacio que pertenece a la ciudad y a la gente. No solo por su sugerente función, sino por la potencia de la imagen que construye y el diálogo del pasado con situaciones del presente, podría considerarse una de las propuestas más rompedoras y exitosas hasta el momento.
(*) María Buey es arquitecta por la ETSAM, comunicadora y cofundadora de la agencia Bwelke. Ha trabajado en diversos estudios internacionales, como OSS -Office for Strategical Spaces-, o Elemental. Sus últimos trabajos se enfocan más a la investigación y la divulgación de arquitectura y pertenece a la mesa de dirección de PAPER/Architectural Histamine.
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