Papa Francisco visita Kinshasa. (EFE / Ciro Fusco)
El mayor crecimiento de la población católica será en el continente africano, y eso va a afectar a la iglesia, incluidas sus posturas más conservadoras
"África está siendo explotada. Es terrible. Tras el colonialismo político ha venido el colonialismo económico. Este país está siendo robado. Basta ya de sofocar al Congo. Basta ya de sofocar a África". Las primeras palabras del Papa Francisco en su viaje de cinco días a República Democrática del Congo y Sudán del Sur se perdían entre los vítores del público en Kinshasa: "África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear. ¡Que África sea dueña de su propio destino!", continuó.
El lugar y el momento de la visita y sus palabras no son casualidad. R.D. Congo explota doce de los minerales más valiosos del mundo: cobre, cobalto, plata, uranio, plomo, zinc, cadmio, diamante, oro, estaño, tungsteno, manganeso y el más codiciado de todos, el coltán. El país centroafricano tiene hasta el 80% de las reservas de este mineral necesario para fabricar teléfonos móviles y ordenadores.
Se estima que el valor de todos estos minerales es de 24 billones de dólares y a pesar de ello, R.D. Congo es uno de los cinco países más pobres del mundo, con 60 millones de personas, dos de cada tres congoleños, viviendo con menos de dos dólares al día. El presidente congoleño lleva dos años buscando renegociar los contratos mineros firmados por su predecesor con empresas extranjeras, sobre todo chinas.
"El Papa Francisco atrae a los jóvenes por su mensaje de la soberanía africana. Su discurso les habla al alma, a los jóvenes africanos que se están ahogando en Mediterráneo y muriendo en el Sáhara", asegura el sacerdote nigeriano Stan Chu Ilo, doctor en teología e investigador en la Universidad DePaul de Chicago. "Él le dice que no es la voluntad de Dios que sufran. No busca solventar los problemas, sino hacer saber que ellos pueden hacerlo y les está apoyando", añade.
El pontífice debía haber viajado en julio del año pasado, pero no pudo por sus problemas de rodilla. A pesar de su dificultad de movimiento, no ha querido perderse la visita. Esta llega en un momento vital para el catolicismo, inmerso en el Proceso Sinodal, dos años de consulta pública que finalizarán este octubre, los más claves desde el Concilio Vaticano Segundo en 1965 y que definirán los valores sobre los que se asentará la Iglesia Católica de cara al futuro.
El catolicismo tendrá cada vez menos caras blancas y esta visita viene a cimentar años de trabajo para acercar a la Iglesia a África y viceversa.
El crecimiento de África como centro del catolicismo
El Vaticano reside en Roma, pero la Iglesia Católica la conforman en su mayoría personas que viven a miles de kilómetros en países en desarrollo. Para 2050, la población católica total crecerá un 146% en África, frente al 63% en Asia, 42% en América Latina y 38% en América del Norte, además de un descenso del 6% en Europa. Tres de cada cuatro católicos vivirá más allá del mundo occidental, según el cual se han formado los usos y costumbres de la Iglesia Católica en los últimos años.
Gran parte vendrán de África, cuyo crecimiento demográfico hará que represente a un tercio de la población mundial, y la religión no es ajena a ello. El número de católicos africanos crece a un ritmo mayor que en ningún otro lugar del mundo, con un incremento del 2,1% anual. Si a principios de siglo XX había tan solo 1,9 millones de católicos en África, hoy en día ya son 213 millones y representan a uno de cada cinco personas que forman la Iglesia. No hay cálculos exactos de qué porcentaje puede ser en el futuro, pero si sigue la tendencia de crecimiento pasada serán mayoría: mientras que la población de África aumentó en la segunda mitad del siglo XX en un 313%, la población católica aumentó en un 708%.
El continente africano será el centro del catolicismo mundial y el Papa Francisco quiere respetar y promover la agenda propia africana en un intento de acercar el Evangelio a la realidad de quienes la conforman. "Ya en el Concilio Vaticano II se exploró el asunto de los ritos africanos, la conocida como misa del Zaire, el rito litúrgico en el que la eucaristía se celebró con todos los símbolos, danzas y cantos a los ancestros en el sentido africano", dice Mario Aguilar, profesor chileno de la Universidad de St. Andrews en Escocia y asesor del Papa Francisco, de quien ha escrito dos libros.
En 1969, el Papa Pablo VI se convierte en el primer pontífice en visitar el continente y asegura que allí deben promover un "cristianismo africano" en concordancia con la cultura local. Sin embargo, esta tesis duró poco, concretamente nueve años. "Los dos últimos Papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI, apostaron más por un tipo de Iglesia eurocéntrica. Aunque dijeran que es más católica, es en realidad una forma sutil de decir una Iglesia que se pareciera más a cualquier otra, más a Roma", asegura Chu Ilo. "Los africanos se quedaron sin su rito porque había un alemán que no había visitado ningún otro lugar y un polaco con la experiencia de la Unión Soviética invadiendo su país y estábamos en una época de Guerra Fría con el comunismo apoyándose en África", añade Aguilar.
El pasado martes, en su segundo día de visita, el Papa Francisco celebró una de las misas más multitudinarias de su mandato con más de un millón de personas escuchándolo en la explanada del aeropuerto de Ndolo. En ella, reintrodujo el rito zaireño del Misal Romano aprobado en el Concilio Vaticano II y promovido por Pablo VI, jesuita como él. "La tensión actual es si la Iglesia Católica en África se convertirá en una Iglesia Católica africana que abrace las culturas africanas, el contexto político local y que coseche la espiritualidad que está arraigada en el continente", comenta Chu Ilo. "Una Iglesia que esté descolonizada, no controlada por Roma o ningún otro lugar occidental", añade el párroco.
El Papa Francisco está sentando las bases de una Iglesia Católica con un modelo descentralizado basado en la diversidad, donde cada liturgia respete las tradiciones locales allá y esté alejada de una homogeneidad asociada a Roma. En su visita a R.D. Congo, el pontífice hace también un gesto sobre sus preferibles para sucederle en el poder. "La siguiente pregunta es: quienes son los 'papaíbles' de África. Burkina Faso, Congo, Mali, todos tienen cardenales que no existían antes, sobre todo el de Kinshasa", entrevé Aguilar. El Papa Francisco nombró en 2020 al arzobispo de Kinshasa, Fridolin Ambongo Besungu, a su Consejo de Cardenales.
La Iglesia Católica africana es conocida por ser conservadora y la visita a R.D. Congo denota la preferencia del Papa Francisco por una nueva hornada de cardenales en contra de otros perfiles más nombrados, como el del cardenal ghanés Peter Turkson, de carácter conservador, al igual que retirado cardenal Robert Sarah. Sin embargo, el continente sigue siendo muy conservador y las posturas progresistas del pontífice con respecto a los derechos de los homosexuales o la mujer le alejan de África.
Demasiado progresista para un continente conservador
"Ser homosexual no es ningún delito", recordó el Papa Francisco antes de embarcarse en su viaje a África. En Sudán del Sur, donde estará poco más de un día, no quieren ni oír hablar de ello. Allí la homosexualidad acarrea hasta 14 años de prisión y en algunos países africanos como Nigeria puede llevar a la pena de muerte por lapidación. En todo el continente, solo Sudáfrica ofrece un amparo constitucional a la comunidad LGTBIQ.
"Lo que el Papa Francisco hace en sus visitas es ablandar a la periferia, que es totalmente conservadora. Va a ser importante para explicar su posición: que Dios ama a todos los seres humanos", afirma Aguilar.
"Creo que estas declaraciones del Papa Francisco están dificultando que los pastores locales en África puedan llevar la conversación a cualquier nivel"
Sin embargo, su posición resulta incómoda para los propios obispos africanos. "Creo que estas declaraciones del Papa Francisco están dificultando que los pastores locales en África puedan llevar la conversación a cualquier nivel. Puede llevarnos mucho tiempo: la solución a la presencia LGTBQ en África podría no ser el matrimonio entre personas del mismo sexo, sino permitir que lo sean y punto", propone Chu Ilo. "Aunque no lo pretenda, esto es capaz de alinearle de algunas de las voces católicas más influyentes e incluso de los musulmanes, porque el Islam es más severo".
Uno de los grandes retos del continente africano a futuro es evitar los conflictos religiosos. En 2015, el Papa Francisco visitó una mezquita en la República Centroafricana para pedir la paz en una guerra civil con un fuerte componente religioso con milicias católicas y musulmanas enfrentadas. El conflicto religioso entre los cristianos al sur y los musulmanes al norte dio pie a la separación de Sudán del Sur en 2011 y una década después las luchas religiosas se expanden en otros países como Nigeria o Mozambique conforme crecen ambas religiones.
El párroco nigeriano considera que la convivencia religiosa será el gran reto del continente, pero está convencido de que la gran lección de África es que sin la religión el continente ya habría sucumbido a los conflictos: "¡Qué sería la vida para nosotros sin fe! Estaríamos todos muertos de depresión y las tasas de suicidio estarían por las nubes. Lo más importante que África puede ofrecer al mundo es decir: mirad cómo la fe nos ayuda".
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03/02/2023 - 20:08
www.elconfidencial.com/mundo/2023-02-03/africa-sera-el-centro-de-la-iglesia-catolica-y-el-papa-francisco-lo-sabe_3568900/