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Google hace una discreta demostración de Bard, su 'chatbot', 24 horas después de que Microsoft le lance un pulso con Prometeo. Tras su precipitada presentación, el buscador ya ha dicho que se andará con pies de plomo
Durante 2022, el sector tecnológico gastó mucho tiempo observando y juzgando la debacle en bolsa de la empresa antes conocida como Facebook por las dudas que suscita su apuesta del metaverso como próximo gran hito de la industria. Pero el punto caliente estaba en otro lado. No es que el empeño de Mark Zuckerberg fuese las ramas que impedían ver lo que ocurría en el interior de la arboleda. La realidad es que estaba ocurriendo todo en otro bosque: el de la inteligencia artificial. Y ha sido una empresa prácticamente desconocida hasta hace tres días, OpenAI, la que ha hecho estallar el polvorín con el lanzamiento hace apenas dos meses de ChatGPT.
A día de hoy, tienen más de 100 millones de usuarios únicos cada día. Ha sido la plataforma más rápida en alcanzar ese hito, superando a TikTok. Puede parecer una cantidad insignificante al lado de los miles de millones de personas que utilizan cada jornada los servicios de Google, pero eso no ha sido impedimento para que el gigante de Silicon Valley entre en pánico y haya acelerado el paso para recordar que en lo de organizar la información en internet ellos tienen la sartén por el mango lanzando su propio rival.
¿Por qué se han puesto tan nerviosos en Mountain View? ChatGPT es lo que se conoce como inteligencia artificial generativa. Puede charlar fluidamente contigo, escribirte código de programación, una canción o cantarte una receta de solomillo Wellington con cambio de ingredientes si se lo indicas. Solo hace falta hacer la pregunta para que elabore la respuesta. Es cierto que todavía no está conectado a internet, funciona en un entorno cerrado y la base de datos con la que se ha entrenado el sistema se limita a referencias de 2021. Pero eso le ha bastado para poner en jaque el modelo de búsquedas de Google. ¿Quién va a querer buscar en un directorio o en un listado cuando tiene un sistema que te da respuestas personalizadas?
Tres días frenéticos
Google cerró este miércoles en París una semana frenética que se ha saldado con la irrupción de dos nuevos ChatGPT, por llamarlos de alguna manera, en tan solo 48 horas. El primer disparo lo ejecutó el buscador el pasado lunes. A última hora del día en España anunció el alumbramiento de Bard, su inteligencia artificial generativa, mediante un comunicado de prensa. Teniendo en cuenta que tenía convocado un cónclave con los medios en apenas dos días, muchos creen que lo que se pretendía con este modus operandi era marcarle el paso a Microsoft.
El martes la empresa de Sadya Nadella hizo su primera aparición pública con Sam Altam, máximo responsable de OpenAI. Un matrimonio de conveniencia que se ha traducido en dos cosas. Por una parte, una jugosa inversión de 10.000 millones de dólares en la compañía, ahora valorada en casi 30.000 millones. Por otra, la creación de Prometeo, la adaptación de ChatGPT que la multinacional del software utilizará en Bing y en Edge. En su motor de búsqueda la intención es integrar un chatbot que funcione de forma similar al original aunque enriquecido. En el navegador la idea es incluir un botón que al pulsarlo da acceso a un menú que nos permita, por ejemplo, resumir un PDF o preparar un mensaje para LinkedIn fácilmente. Mientras tanto, Baidu, el mayor buscador de China, también se sumó al carrusel de anuncios: en marzo desvelará su propio desarrollo.
Y menos de 24 horas después de la demostración de fuerza de Nadella y Altam, Google volvió a subirse al escenario. Lo hizo para hablar de inteligencia artificial en productos y plataformas como su buscador, Maps o el traductor. Pero también para hacer la primera y breve demostración de las capacidades de Bard. "Nos ayudará a organizar información compleja y múltiples puntos de vista directamente en los resultados", dijo Prabhakar Raghavan, uno de los pesos pesados de Google, en un evento ante periodistas europeos al que acudió Teknautas.
Las preguntas que se le hicieron a Bard eran cosas como qué constelaciones es más oportuno buscar mientras se observan las estrellas, organizase un viaje en coche desde Santa Cruz a San Francisco o las ventajas y desventajas de comprarse un coche eléctrico. Una de las cosas en las que insistió Raghavan, que no concretó más fecha que "las próximas semanas" cuando le preguntaron repetidamente por la beta pública, fue en el modelo NORA que pretende implementar la compañía con Bard. Detrás de estas siglas se esconde la expresión inglesa, no one right answer, que en una traducción gruesa al español sería algo así como no hay una única respuesta.
Esto implica un golpe de pedal frente a otras propuestas, ya que se empeña en reflejar diferentes ángulos, puntos de vista o realidades a la hora de ejecutar la respuesta. Raghavan puntualizó que este chatbot servirá para "comprender la realidad general" y luego si se quiere, profundizar.
Preguntado por si la explosión de ChatGPT había acelerado sus planes o alterado su agenda respecto a Bard, el ejecutivo despachó la pregunta diciendo que se lleva trabajando en esto "varios años". Incluso recordó que algunos de sus desarrollos realizados por ellos en la pasada década en torno a modelos de aprendizaje y modelos de lenguaje es lo que había permitido a muchos rivales llegar "a este estado del arte".
Bard en realidad es un tentáculo de un modelo de IA generativa más grande y poderosa conocida por las siglas LaMDA, que Google anunció por primera vez en mayo de 2021. Ese modelo, LaMDA, fue objeto de una gran polémica después de que un ingeniero de la compañía dijese que había desarrollado la capacidad de sentir como un ser humano.
Google y sus pies de plomo
Este detalle sirve para entender por qué el buscador más conocido del planeta está andando con pies de plomo. Que la compañía prefiere mantener un perfil más discreto ha quedado patente este miércoles ya que ha evitado poner fechas ni concretar grandes aspectos. Mientras tanto, Microsoft, que está explotando esa incertidumbre, ya ha hablado de integraciones en otros productos y ha puesto una fecha más concreta. Esta cautela no se debe a motivos técnicos (ya manejan una infraestructura que da servicios a miles de millones de personas) ni a motivos tecnológicos, ya que llevan trabajando en la sombra muchos años a través de divisiones como DeepMind o Google Brain, la principal apuesta de la compañía. Es más, según The Information, OpenAI habría conseguido avanzar mucho fichando al menos a cinco investigadores e ingenieros de ese departamento.
Volviendo a Bard, cabe mencionar que en su corta vida pública ya ha cometido un error factual, no interpretativo, a ojos de todo el mundo. En un GIF compartido por la compañía se veía al chatbot atribuyendo al telescopio James Webb un logro que no le correspondía. Un astrofísico no tardó en contestarle y el error se viralizó.
Este miércoles las acciones de Google cayeron más de 8% tras conocerse el fallo. Se evaporaron 100.000 millones de capitalización. Teniendo en cuenta que tras el anuncio del lunes, los títulos repuntaron un 5%, el retroceso se puede achacar al error o a las múltiples preguntas que hay sobre la hoja de ruta de la compañía. También puede ser que esta primera demostración pública haya sabido a poco y los mercados hayan castigado a la compañía. Sea cual sea la respuesta, es un buen termómetro de cómo influirán estas noticias, sean buenas o malas, en el valor de la compañía. "Es un ejemplo de lo necesario que es ser rigurosos en los testeos", dijeron representantes de la compañía al ser preguntados por el error.
Los motivos para la prudencia de Google son dos principalmente. Por una parte la inclusión de un chatbot puede tener efectos secundarios en el buscador, que a día de hoy sigue siendo su principal negocio. "25 años después, sigue siendo nuestro principal moonshot", dijo Raghavan. En torno a su buscador han creado la mayor economía de publicidad digital del mundo. Microsoft en este sentido va más liberado, ya que las búsquedas y los anuncios son una parte ínfima de sus ingresos. También hay que señalar que tiene margen de actuación. Aunque llegue más tarde que otros, va a tener un canal preferencial gracias a Chrome, que es el navegador más utilizado del mundo.
Pero hay otra razón que tiene que ver con el propio funcionamiento de Bard. La compañía quiere utilizar datos y contenido reciente para alimentarlo, "para que ofrezca respuestas frescas y actualizadas". El problema de eso es que hay que reforzar el control y las auditorías, ya que los sistemas entrenados con datos extraídos de la web pueden caer en sesgos, por ejemplo racistas. Un error así puede pasar factura y generar una importante crisis. Además, hay que tener en cuenta que no siempre es fácil reeducar a estos desarrollos. No hay que olvidar que Meta desenchufó su IA Galactica solo tres días después de ponerla en marcha. "El cuello de botella para nosotros es llegar a un lugar donde podamos ofrecer la calidad en los resultados que queremos", dijo Raghavan.
Más IA en sus apps
Aunque la inteligencia artificial que está en boca de todos es la que genera contenido, Google ha presentado este miércoles nuevos servicios y funcionalidades basadas en IA en productos tan populares como su buscador, Google Lens o Google Maps. Por ejemplo, ahora ha introducido un concepto que se llama búsqueda mixta. Ves una foto de una cocina donde hay una silla que te gusta. Basta con apretar el botón de Lens para que la localice basándose en la imagen. Pero imaginen que esa silla es roja y usted la quiere en blanco. Pues basta con que indique el color que quiere junto a la foto para que haga esa búsqueda conjunta. Y todavía tiene una vuelta de tuerca más preparada. Dentro de poco empezará a funcionar esta búsqueda mixta con parámetros de cercanía.
En sus mapas, utilizarán el poder de la IA para construir un mapa 3D con todo lujo de detalles. Una imagen que te permitirá localizar los accesos, ver el tiempo con animaciones superpuestas o el estado del tráfico. Live View también ofrecerá vistas interiores para encontrar lo que se necesita en lugares como los aeropuertos. Esto, que se anunció hace varios meses, estará dentro de poco disponible en El Prat o en la T4 de Barajas. Esto se extenderá también a los restaurantes, que podrán tener en su tarjeta de información de Google una vista en 3D, construida por una IA con fotos normales y corrientes del local.
Respecto a Google Translate, este pronto ofrecerá opciones de traducción con más contexto, con descripciones y ejemplos en el idioma al que desees traducir. "Si te vas a comprar un jersey e intentas explicar que los prefieres muy largos de manga o si estás hablando de cómics y quieres decir que te gusta más el manga que el anime, tendrás el contexto necesario para traducir con precisión, utilizando los giros adecuados, los modismos locales o las palabras apropiadas según lo que pretendas. En las próximas semanas, esta función estará disponible en idiomas como inglés, español, francés, alemán y japonés", explicó la compañía.
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08/02/2023 - 22:14
www.elconfidencial.com/tecnologia/2023-02-08/google-bard-microsoft-prometeo-chatgpt_3572338/