"India se acerca hacia una política proteccionista y de subsidios peligrosa"
- "Buscan fomentar la producción interna con ciertos matices nacionalistas"
- "Esas políticas pueden terminar acabando con la destrucción creativa"
La economía de la India se ha convertido en la gran promesa a nivel global. Su fuerte crecimiento económico y demográfico ha colocado a este país como el futuro predecesor de China como motor del crecimiento global, además de aspirante a ocupar algún día el puesto número uno en el ranking de PIB mundial (aunque para esto queden décadas). Sin embargo, la India se enfrenta a múltiples obstáculos y una gran debilidad que pueden hacer descarrilar a esta economía en su camino hacia el trono mundial.
Nouriel Roubini, célebre economista y profesor de Finanzas en la Universidad de Nueva York, ha escrito un artículo en Project Syndicate destacando las fortalezas y debilidades de la economía de la India. "La India podría convertirse en el país más importante del mundo a medio plazo. Tiene la población más grande (que sigue creciendo), y con un PIB per cápita que es solo una cuarta parte del de China, su economía tiene un enorme margen para aumentar la productividad. Además, la importancia militar y geopolítica de la India no hará más que crecer", destaca el economista norteamericano.
La India ha logrado un crecimiento espectacular durante años apostando por grandes grupos empresariales. La economía de la India ha superado incluso a la de Reino Unido en 2022. Su modelo de 'éxito' es el que también llevó a Corea del Sur al éxito y, en parte, a China.
La apuesta por un modelo de pocas empresas, pero robustas y con una gran cuota de mercado interno, permite que estas empresas sean 'ganadoras' también a nivel global, puesto que tienen el suficiente músculo financiero y de tesorería para invertir y competir con las grandes empresas del resto del mundo, sobre todo en una economía globalizada. Sin embargo, esta misma política que ha llevado a la India a crecer con fuerza durante décadas puede ser su perdición.
"El lado oscuro de este sistema es que estos conglomerados han podido acercarse a los tentáculos de la política para beneficiarse a sí mismos. Esto ha tenido dos amplios efectos dañinos: está reprimiendo la innovación y matando efectivamente a las nuevas empresas en etapa inicial y a los participantes nacionales en industrias clave; y está transformando el programa del gobierno 'Fabricar en India' (make in India) en un esquema proteccionista y contraproducente", advierte Roubini. Esta es la gran debilidad de la India.
"Es posible que ahora estemos viendo estos efectos reflejados en el crecimiento potencial de la India, que parece haber disminuido en lugar de acelerarse recientemente", destaca Roubini. Otro obstáculo es la gran importancia de las castas, el riesgo de conflictos con Pakistán o con China y la propia corrupción.
Make in India tenía la intención de fortalecer el lado de los servicios y bienes transables de la economía, fomentando así la producción productos para la exportación, no solo para el mercado indio. Este programa/política ha funcionado durante años. Es más, muchas empresas globales que invertían en China se marcharon a la India para aprovechar las ventajas ofrecía y, todavía en parte, ofrece este país. Una fuerza laboral muy gran y joven es sinónimo de bajos costes laborales. Sin embargo, el make in India está mutando en un proteccionismo peligroso.
"En cambio, India se está moviendo hacia una sustitución de importaciones más proteccionista y subsidios a la producción nacional (con matices nacionalistas), los cuales aíslan a las industrias y conglomerados nacionales de la competencia global. Sus políticas arancelarias le impiden ser más competitivo en la exportación de bienes, y su resistencia a adherirse a acuerdos comerciales regionales impide su plena integración en las cadenas de suministro y valor mundiales", asegura Roubini.
Otro problema es que Make in India ha evolucionado para respaldar la producción en industrias intensivas en mano de obra, como automóviles, tractores, locomotoras, trenes, etc. Aunque es cierto que los sectores intensivos en mano de obra (que requieren muchos trabajadores para funcionar) es un factor importante en cualquier país con abundancia de mano de obra, "India debería centrarse en industrias en las que tiene una ventaja comparativa, como tecnología y TI, inteligencia artificial, servicios comerciales y fintech. Necesita menos scooters y más empresas emergentes de Internet de las cosas", explica Roubini.
El caso Adani
Aunque es cierto que el escándalo que rodea al imperio Adani no tiene visos de convertirse en un riesgo sistémico para el conjunto de la economía, "el caso tiene implicaciones macro para la solidez institucional de la India y las percepciones de los inversores globales sobre el país".
Lo ocurrido con este gran conglomerado puede demostrar la existencia de ciertas relaciones entre el gobierno y las grandes empresas que a largo plazo lastran la competitividad y desincentivan la inversión. El capitalismo de amiguetes solo funciona para unos pocos.
Roubini explica que "la crisis financiera asiática de la década de 1990 demostró que, con el tiempo, la 'captura' parcial de la política económica por parte de los conglomerados capitalistas compinches dañará el crecimiento de la productividad al obstaculizar la competencia, acabar la 'destrucción creativa' de Schumpeter y aumentar la desigualdad".
"El éxito a largo plazo de la India depende en última instancia de si puede fomentar y sostener un modelo de crecimiento que sea competitivo, dinámico, sostenible, inclusivo y justo", sentencia Roubini.