lunes, 30 de junio de 2025

¿Estamos solos en la galaxia? IA en la búsqueda de vida extraterrestre

 



No es una conspiración ni un relato de ficción. Es ciencia. En 2021, el Proyecto Galileo arrancó con un objetivo claro: observar el cielo usando inteligencia artificial para encontrar y estudiar objetos voladores no identificados. Pero ¿qué han descubierto en estos cuatro años?



No es una pregunta nueva. Se la han planteado desde Enrico Fermi hasta los gallegos de Siniestro Total: ¿estamos solos en la galaxia o acompañados? Científicos, filósofos y soñadores han buscado una respuesta, cada uno a su manera. Una de las formas más inteligentes y elegantes de abordar esta cuestión llegó de la mano de Frank Drake. En los años sesenta propuso una fórmula matemática para estimar cuántas civilizaciones inteligentes podrían existir en nuestra galaxia. No era una respuesta, sino una manera de pensar: una guía para saber qué investigar.

Cada nuevo hallazgo ha desplazado la aguja de la probabilidad. El descubrimiento de miles de exoplanetas, algunos potencialmente habitables, la aumenta. La mejora de nuestros instrumentos nos ha permitido mirar más lejos con mayor precisión. Todo parece apuntar en la misma dirección: la posibilidad de vida fuera de la Tierra no es remota. Al contrario, es plausible.

Pero en los últimos años, algo ha cambiado. En 2021, a petición del Congreso de EE. UU., la oficina del director de Inteligencia publicó un informe: Preliminary Assessment: Unidentified Aerial Phenomena. En él se analizaba 144 avistamientos ocurridos entre 2004 y 2021. De todos ellos solo uno tenía una explicación clara: un globo desinflado. El resto, sin respuesta.

No se encontró evidencia directa de origen extraterrestre, pero sí se llegó a una conclusión: había que investigar más. Por razones de seguridad nacional, sí, pero también por rigor científico. El informe recomendaba mejorar la captura de datos, promover el análisis técnico y fomentar la colaboración entre agencias gubernamentales y las universidades.

Décadas antes, Enrico Fermi ya había formulado una paradoja desconcertante: si el universo es tan vasto y antiguo, y la probabilidad de vida inteligente tan alta, ¿cómo es que no hemos detectado ninguna señal clara de su existencia?

Ahora, tras las revelaciones del Congreso americano, esa pregunta adquiere otro matiz: ¿y si no hemos encontrado nada… porque no estábamos mirando en la dirección adecuada?

En lugar de concentrarse en una pequeña porción del universo lejano, los científicos han empezado a observar lo que ocurre justo sobre nuestras cabezas. Más cerca, pero con un campo de visión más amplio. Y no buscan lo que debería estar ahí, sino formas y trayectorias que no son artefactos humanos o fenómenos naturales.

Esa nueva forma de mirar solo es posible gracias a la inteligencia artificial: modelos que aprenden, capaces de procesar miles de horas de imágenes y de estudiar cada trazo para señalar aquello que se sale del patrón, que no cuadra. Crear estos modelos desde cero es difícil, no hablamos de reconocer imágenes de gatos o coches, sino de objetos distantes en movimiento.

Esta es precisamente la razón por la que el catedrático de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, lanzó en 2021 el proyecto Galileo. Su objetivo: buscar evidencia científica de tecnología extraterrestre cerca de la Tierra. No se trata solo de escuchar señales en el vacío del espacio, sino de observar objetos físicos, reales, aquí mismo, en nuestra atmósfera.

El proyecto centra su investigación en dos ramas principales: una dedicada a los fenómenos aéreos no identificados (UAP), que investiga su posible procedencia extraterrestre mediante observaciones atmosféricas; y otra enfocada en el estudio de objetos interestelares (ISO), es decir, cuerpos atípicos procedentes del espacio, como ‘Oumuamua o el meteorito CNEOS 2014-01-08. Cada una de estas ramas de investigación cuenta con equipos especializados. Además, un tercer grupo analiza las posibles implicaciones sociales de sus hallazgos.

El proyecto cuenta con observatorios ubicados en Harvard, Pensilvania y Nevada, equipados con sensores ópticos, infrarrojos, de radio y de audio. Monitorean el cielo de forma continua, detectando y analizando toda la información. Hasta la fecha, han analizado más de un millón de objetos. Algunos pocos han mostrado trayectorias anómalas. No hay evidencia concluyente de tecnología extraterrestre. Pero el rastreo continúa: paciente, constante, sin presuposiciones.

A pesar de contar con financiación privada, el Proyecto Galileo es una iniciativa abierta: publica todos sus datos y colabora con una red internacional de científicos. A diferencia de muchas investigaciones impulsadas por entidades públicas, aquí no hay secretos ni documentos clasificados. Con una vocación claramente científica, el proyecto busca llevar el estudio de fenómenos anómalos a un terreno donde antes dominaban la especulación y la conjetura.

Es posible que este proyecto nunca encuentre nada. Pero si logra reducir el número de fenómenos sin explicar, ya habrá conseguido algo importante. “Inteligencia artificial para descubrir inteligencia alienígena” suena a eslogan, pero hoy es, cada vez más, una posibilidad real. Y estamos solo al principio.


porFernando Maldonadohttps://retinatendencias.com/vida-digital/estamos-solos-en-la-galaxia-ia-en-la-busqueda-de-vida-extraterrestre/

¿Cuál es el origen científico de la risa? (y la enorme cantidad de especies animales que emiten sonidos similares)


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¿Alguna vez se ha puesto a reír con alguien que apenas conoce? Tal vez fue por una broma tonta o, incluso, por el simple hecho de oír el sonido de esa persona riendo.

No importa si es la primera vez que la vemos o si no compartimos intereses con ella, porque en ese momento estamos conectados por una simple y poderosa reacción: la risa.

La risa como reflejo biológico se confirma en diversos estudios que muestran que los bebés ya sonríen hacia el primer mes de vida y empiezan a reír alrededor de los tres meses, incluso antes de comprender las dinámicas sociales que los rodean.

De forma similar, las personas sordociegas, que nunca han visto ni oído una risa, también ríen de manera espontánea, lo que subraya el carácter innato de este comportamiento.

Sorprendentemente, la risa no es un rasgo exclusivo de nuestra especie.

Investigaciones recientes han descubierto que al menos 65 especies de animales -como vacas, loros, perros, delfines o urracas- emiten sonidos similares cuando juegan o incluso cuando les hacen cosquillas, como les ocurre a los simios y a las ratas.

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Al menos 65 especies de animales emiten sonidos similares a la risa cuando juegan o incluso cuando les hacen cosquillas.

Esto sugiere que la risa no es algo exclusivamente humano, sino que tiene raíces evolutivas muy antiguas, compartidas con otros animales.

De hecho, las carcajadas de los simios al jugar podrían ser el origen evolutivo de nuestra risa. A diferencia del habla, que requiere un lenguaje complejo, la risa es instintiva y contagiosa, lo cual refuerza el sentimiento de pertenencia al grupo.

Los científicos creen que esta función social surgió probablemente con el Homo ergaster hace unos dos millones de años, ya que generaba cohesión grupal sin necesidad del lenguaje.

Los tres factores clave del humor

Pero ¿por qué ciertos estímulos nos resultan graciosos? La gelotología, la ciencia que estudia la risa, lleva años buscando una respuesta a esta pregunta. Y pese a las más de veinte teorías que intentan explicarlo, no existe un consenso definitivo.

Sin embargo, la mayoría de los modelos actuales coinciden en tres factores clave: la percepción de una violación de expectativas (incongruencia), la evaluación de esa violación como inofensiva y la simultaneidad de ambos procesos.

Es decir, la risa aparece cuando algo desafía nuestras expectativas de forma repentina pero inofensiva, y lo procesamos de manera inmediata.

Por ejemplo, si alguien tropieza con una cáscara de plátano y se levanta riendo, nuestro cerebro registra la sorpresa ("¡qué inesperado!") y, al comprobar que no hay riesgo ("solo es una caída tonta"), libera esa tensión con una carcajada de alivio porque no existe una amenaza real.

Este mecanismo explica por qué un chiste fallido no causa gracia (falta sorpresa) o por qué un accidente real no es cómico (el suceso no es inofensivo).

Sin embargo, no todos los estímulos humorísticos son universales.

Las diferencias culturales, personales y contextuales afectan profundamente lo que se considera gracioso. Un mismo chiste puede resultar cómico en una cultura, ofensivo en otra o completamente irrelevante en una tercera.

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Los bebés empiezan a reír alrededor de los tres meses.

Resortes cerebrales de la risa

Pero ¿qué ocurre en nuestro cerebro desde que percibimos algo gracioso hasta que nos reímos?

Diversos estudios han demostrado que el procesamiento del humor involucra múltiples regiones. Así, mientras la incongruencia se detecta en la corteza prefrontal dorsolateral, la unión temporo-occipital evalúa su carácter inofensivo.

Una vez confirmada esta ausencia de riesgo, se producen cambios en la sustancia gris periacueductal y se activa el circuito de recompensa (liberando el neurotransmisor dopamina), lo que finalmente desencadena la risa.

Curiosamente, no todas las risas son iguales. La risa emocional ligada a un estado de placer genuino es innata y espontánea, activando principalmente estructuras cerebrales asociadas a la recompensa emocional, como el núcleo accumbens y la amígdala.

En cambio, la risa voluntaria es aprendida y funciona como una herramienta social para imitar o reforzar vínculos emocionales y depende de áreas cerebrales responsables de movimientos conscientes.

Así, cada tipo de risa refleja mecanismos neuronales distintos: lo automático frente a lo social.

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La risa aparece cuando algo desafía nuestras expectativas de forma repentina pero inofensiva, y lo procesamos de manera inmediata.

Además, se ha observado que los jóvenes tienden a mostrar una mayor activación en las zonas vinculadas al placer emocional, lo que refleja una experiencia más intensa y primaria del humor.

En cambio, en los adultos se encienden más aquellas áreas relacionadas con el procesamiento complejo, la reflexión asociativa y la memoria autobiográfica.

Esto explicaría cómo debido a la experiencia acumulada, los adultos contextualizan el humor mediante la memoria y prefieren estilos complejos (como el sarcasmo), mientras que los jóvenes, con menos experiencias vitales, buscan estímulos inmediatos (como el humor físico o absurdo).

Carcajadas terapéuticas

Más allá de su dimensión emocional y social, la risa tiene también un potente efecto terapéutico.

Cuando reímos, el sistema opioide endógeno -relacionado con sensaciones de placer y calma- se activa, promoviendo la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, sustancias clave en el bienestar psicológico y en la reducción del estrés.

Diversos estudios avalan la eficacia de la risa para mejorar la calidad de vida, especialmente en personas mayores, donde la frecuencia de la risa se asocia a menor riesgo de discapacidad funcional.

La llamada risoterapia ayuda a reducir niveles de cortisol (hormona del estrés), aliviar la depresión y la ansiedad, mejorar la calidad del sueño e incluso a aumentar la tolerancia al dolor.

Los efectos positivos de la risa se extienden también al ámbito hospitalario: en niños y adolescentes sometidos a procedimientos médicos, la presencia de payasos ha demostrado reducir significativamente la ansiedad, el dolor y el estrés.

En definitiva, la risa no es solo un pasatiempo agradable ni un lujo ocasional. Es un pilar fundamental en nuestra salud y en el bienestar social. Aprender a reír más, a buscar motivos de alegría en lo cotidiano, puede ser tan crucial para nuestra vida como cuidar la alimentación o hacer ejercicio físico.

La risa tiene la capacidad de transformar nuestra biología, nuestra mente y nuestras relaciones. Quizá el humorista Victor Borge (1909-2000) tenía razón cuando dijo que es la distancia más corta entre dos personas.

*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para ver la versión original.


  • Marta Calderón García
  • Título del autor,The Conversation*
  • 25/06/25
  • https://www.bbc.com/mundo/articles/cvg8prdyyqvo

Un lagarto al que (casi) le cayó encima el asteroide que mató a los dinosaurios sobrevivió: la ciencia intenta explicarlo



Recreación del impacto del asteroide que acabó con los dinosaurios (YouTube/@Quepasaria)



Un análisis de ADN ha revelado que la especie, que únicamente residía en el territorio que hoy es la península de Yucatán, logró prosperar a pesar de la cercanía del impacto



Un grupo de lagartos nocturnos logró sobrevivir al impacto del asteroide que marcó el fin del periodo Cretácico, pese a encontrarse a escasa distancia del lugar de colisión, en la actual península de Yucatán. Según una nueva investigación, estas especies no solo resistieron el cataclismo, sino que permanecen activas en la misma región hasta hoy.

Un estudio publicado en la revista Biology Letters y liderado por Chase Brownstein, investigador de la Universidad de Yale, ha revelado que los xantusíidos (una familia de reptiles de hábitos nocturnos) habitaron el entorno del Golfo de México tanto antes como después del impacto del asteroide de hace 66 millones de años, responsable de la extinción de aproximadamente el 75 % de las especies vivas del planeta.



Mediante técnicas de datación molecular y análisis de mutaciones genéticas, los científicos determinaron que el ancestro común de los actuales géneros Xantusia, Lepidophyma y Cricosaura vivió hace unos 90 millones de años. Estas criaturas de pequeño tamaño, secretas y con metabolismo lento, lograron sobrevivir en entornos protegidos como grietas, cortezas y vegetación densa.

Lo sorprendente, según los autores del estudio, es que estos vertebrados terrestres no solo sobrevivieron al impacto, sino que continuaron siendo endémicos de América Central y América del Norte desde entonces. Esto los convierte en un caso único entre las especies que convivieron con los dinosaurios y lograron superar el evento de extinción masiva.


Un linaje resistente al cataclismo

La capacidad de los lagartos nocturnos para resistir largos periodos sin alimentarse, debido a su bajo ritmo metabólico, pudo haber sido determinante en un entorno devastado. Mientras otras especies desaparecieron, dos linajes de estos reptiles persistieron: uno dio lugar a las especies actuales distribuidas entre el suroeste de Estados Unidos y México; el otro, al lagarto nocturno cubano, cuya única especie vive hoy en Cuba.

"Estaban en el borde mismo del impacto del asteroide", explicó Brownstein. A pesar de que otros grupos de reptiles podrían haber sobrevivido inicialmente, solo los xantusíidos permanecieron en la región. "Lo interesante es que los xantusíidos han persistido", añadió el investigador, destacando la singularidad de este linaje en el registro evolutivo.

Este hallazgo proporciona una nueva perspectiva sobre cómo ciertas especies lograron superar condiciones extremas que exterminaron a la mayoría de los seres vivos. Su presencia actual en zonas cercanas al cráter de Chicxulub convierte a estos lagartos en testigos evolutivos excepcionales de uno de los episodios más violentos de la historia de la Tierra.


domingo, 29 de junio de 2025

El Congreso de EEUU prohíbe a sus empleados tener WhatsApp instalado por riesgos de ciberseguridad


Un teléfono con la aplicación de WhatsApp abierta. Foto: Dreamstime


  • Llega cuatro días después de que lo hiciera Irán
  • Alerta de una "ausencia de cifrado de datos almacenados"


Una de las principales características que anuncia Meta para su aplicación de mensajería WhatsApp es su cifrado de extremo a extremo, que hace imposible que alguien ajeno a la conversación pueda leerla. Pero a la Cámara de Representantes de EEUU no parece haberle bastado ese mecanismo: el Congreso acaba de prohibir que todos sus empleados, desde diputados a ujieres, tengan instalada esa aplicación, apuntando a su "falta de transparencia" y otras debilidades.

Según un documento interno al que han tenido acceso Reuters y Axios, la Oficina de Ciberseguridad del Congreso asegura que "WhatsApp representa un alto riesgo para los usuarios debido a la falta de transparencia en la forma en que protege los datos de los usuarios, la ausencia de cifrado de datos almacenados y los posibles riesgos de seguridad relacionados con su uso".

Hace cuatro días, el Gobierno de Irán pidió a sus ciudadanos que borraran esta aplicación, alegando que la inteligencia israelí había accedido al sistema de Meta y lo estaba usando para planificar ataques. La compañía ha desmentido estas acusaciones, pero el Congreso de EEUU parece estar lo suficientemente preocupado por la posibilidad de un acceso irregular de una potencia extranjera como para prohibirlo.

WhatsApp se suma a otra serie de aplicaciones prohibidas por motivos de seguridad en el Legislativo estadounidense. El Congreso ya ha bloqueado DeepSeek, TikTok y Microsoft Copilot, y ha aconsejado a sus empleados que solo usen la versión de pago de ChatGPT, ante el miedo de que las aplicaciones de IA utilicen conversaciones confidenciales para entrenar a sus modelos.


elEconomista.es

José Manuel Felices, radiólogo y científico, habla claro sobre este error tan común: “Nunca te duches después de hacer deporte”


El doctor José Manuel Felices impartiendo una clase a sus alumnos 
(Redes Sociales)



Ducharse justo después de hacer deporte es una costumbre muy extendida, pero podría ser un error. Un reconocido médico advierte de sus riesgos y recomienda esperar antes de meterse bajo el agua



Después de una sesión intensa de entrenamiento, el gesto más habitual es dirigirse directamente a la ducha. Ya sea tras levantar pesas, salir a correr, hacer spinning o jugar un partido de pádel, la rutina se repite: sudamos, terminamos... y al agua. Es una práctica tan común que apenas se cuestiona, casi tan automática como atarse las zapatillas antes de empezar. Sin embargo, hay voces que advierten de que este hábito podría no ser el más adecuado.

La sudoración que acompaña al ejercicio no es un simple proceso del cuerpo que puede resultar desagradable. Se trata de un mecanismo vital del cuerpo para regular la temperatura interna, eliminar toxinas y proteger la piel. Por eso, ese instante en que aún resbalan gotas por la frente o la espalda no debería verse como una molestia a eliminar cuanto antes, sino como parte del proceso fisiológico que se activa cuando nos ejercitamos. Ignorarlo puede tener consecuencias, según algunos expertos.

Una ducha inmediata podría interrumpir funciones corporales que aún están en marcha. Desde el punto de vista médico, hay razones para esperar unos minutos. Y así lo defiende con firmeza el doctor José Manuel Felices, especialista en radiología y divulgador sanitario, cuya advertencia ha generado debate en redes sociales: no debemos ducharnos justo al acabar de hacer deporte.


“Nunca te duches después de hacer deporte”

El doctor Felices lo dice sin rodeos: “Nunca te duches después de hacer deporte”. Así comienza un vídeo en el que desmonta uno de los hábitos más extendidos entre quienes hacen ejercicio. Su mensaje ha alcanzado a miles de usuarios, muchos de ellos sorprendidos por el razonamiento científico que respalda esta afirmación.




Felices explica que “mientras entrenamos, los músculos queman energía y eso produce calor, lo que eleva la temperatura de tu cuerpo. Para compensarlo, los vasos sanguíneos se dilatan y se facilita la sudoración que baña y se evapora en la piel, disminuyendo la temperatura”. El experto advierte que “si terminamos el entrenamiento y nos vamos corriendo a la ducha, interrumpimos el proceso natural de regulación de la temperatura y puede dar lugar a mareos e incluso a síncopes”.

Pero hay más. El sudor también cumple una función depurativa: “el sudor también arrastra toxinas que salen a la superficie de la piel. Si nos duchamos enseguida, no permitimos al cuerpo que termine de excretar esas toxinas, dejando una sensación de que no se haya completado la limpieza, incluso como si siguiésemos sudando después de ducharnos”, explica.

"El sudor tiene un pH ligeramente ácido, lo que protege a la piel de bacterias y agresiones externas mientras hacemos ejercicio. Si te duchas muy rápido, rompes ese equilibrio y tu piel queda más indefensa, pudiendo irritarse o secarse", afirma Felices


Además, el sudor genera una película protectora sobre la piel. “El sudor tiene un pH ligeramente ácido, lo que protege a la piel de bacterias y agresiones externas mientras hacemos ejercicio. Si te duchas muy rápido, sobre todo con jabones alcalinos, rompes ese equilibrio y tu piel queda más indefensa, pudiendo irritarse o secarse”. Por eso, el consejo final del doctor Felices es claro: “La ciencia apoya que estos procesos duran unos 15 minutos después de acabar la actividad. Hidrátate, socializa con tus compañeros o reflexiona sobre lo bien que lo has hecho y entonces date esa merecida y necesaria ducha”.


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Si la pregunta es por qué TikTok muestra ciertos vídeos, esta es la lógica del algoritmo



Logo de TikTok en un dispositivo móvil. 
(iStock)



Es un sistema avanzado de inteligencia artificial que personaliza la experiencia del usuario cuando usa la plataforma



TikTok es una red social que entró fuerte en España en la época del Covid y que desde entonces ha enganchado tanto a las nuevas generaciones como a los más mayores. Su formato en vídeo vertical, la facilidad de pasar de un vídeo a otro con un simple toque y la cantidad de vídeos que se suben en la plataforma a diario, hace que para muchos sea irresistible e incluso adictiva.

Esta última parte se debe en gran parte a su algoritmo, que parece que hace magia mostrando vídeos de temáticas que nos gustan o con temas relacionados. Este algoritmo de TikTok es un sistema avanzado de inteligencia artificial que personaliza la experiencia del usuario cuando usa la plataforma.

Este funciona cuando muestra vídeos en el apartado de ‘Para ti’ de cada usuario, por lo que cada persona tiene uno personalizado que se ha ido creando con sus interacciones, gustos y preferencias.

En cuanto a las interacciones, tiene en cuenta los vídeos que te han gustado, los que has comentado o has buscado. También se tiene en cuenta la información del vídeo con las descripciones o hashtags; los detalles técnicos del dispositivo y la red del usuario, como sus seguidores o personas que sigue.

Al principio era una incógnita saber cómo clasificaba TikTok el contenido pero más tarde lo hizo público. Se tiene en cuenta el comportamiento del usuario, teniendo en cuenta a que le ha dado like, que ha compartido o a que cuentas sigue.

El algoritmo tiene en cuenta la interacción del usuario, por eso le muestra publicaciones con las que interactuar. Si has visto una cuenta o has visto sus vídeos completos, pues es más probable que te vuelvan a aparecer. Si permaneces viendo un vídeo y muestras tu atención, te saldrá en ‘Para ti’ en el futuro. Finalizar un vídeo es un indicador al que TikTok le da mucha importancia.

La información del vídeo es otro aspecto clave. Esto se refiere a detalles como la descripción del vídeo, subtítulos, sonidos o hashtags. Otro factor que influye en el algoritmo es la configuración de la cuenta, como la ubicación, la preferencia de idioma o el tipo de dispositivo.


sábado, 28 de junio de 2025

¿Nacemos contaminados? Los químicos y microplásticos alteran la salud de los humanos desde el embarazo



Los investigadores advierten de los efectos en la salud pública de los disruptores endocrinos.
Henar de Pedro



"Niños expuestos en el embarazo tienden a ser más depresivos", cuenta Marciel Maffini, experta en seguridad química.
Los disruptores endocrinos están en alimentos y envases que pueden alterar las funciones hormonales.



Los microplásticos y sustancias químicas están presentes ya en casi cualquier lugar. Envases, alimentos, fármacos, cosméticos, ropa, pintura y hasta en el polvo, la tierra y el aire. Los científicos llevan tiempo advirtiendo de esta contaminación generalizada que, según los estudios, habría pasado también al cuerpo de los animales… y de los humanos. Los denominados disruptores endocrinos generan consecuencias en la salud que, en el caso de los fetos, son para toda la vida. La cantidad de químicos que desprenden los envases, por ejemplo, es pequeña, pero los efectos biológicos que producen a nivel hormonal son muy grandes y el impacto es especialmente grave en embarazos, ya que afectan a todo el proceso de desarrollo del bebé.

La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) advirtió sobre esta problemática en su último congreso, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria, donde incidió en la necesidad de reducir la exposición a esos disruptores endocrinos "para proteger nuestra salud y la de las generaciones futuras". Este fue, de hecho, el tema principal de una de las mesas redondas organizadas, en la que participó Marciel Maffini, una científica experta internacional en seguridad química y salud ambiental, especializada en cáncer y disrupción endocrina.

"Estamos desfavoreciendo a los futuros niños, a toda una generación que va a tener menos funciones", cuenta la investigadora estadounidense en una entrevista para 20minutos. Según detalla, hay ya varios estudios que han hallado partículas de microplásticos en órganos de cadáveres e incluso en placentas de mujeres que han dado a luz. Se han llegado a detectar hasta 40 químicos industriales en la sangre del cordón umbilical. "El hecho es que no sabemos bien realmente cómo entran, qué hacen, si se quedan en un órgano o se desplazan… Así que todavía queda mucho por averiguar", añade.

Lo que sí se sabe es que los más de 2.000 disruptores endocrinos que existen —ftalatos, parabenos, pesticidas, etc.— pueden imitar, bloquear o alterar las funciones de hormonas naturales, causando efectos adversos en la salud, que van desde problemas reproductivos a alteraciones metabólicas (como obesidad o diabetes tipo 2), neurológicas, e incluso ciertos tipos de cáncer (como mama, próstata o testículos). "Los niños tienen ahora diabetes tipo 2, que en verdad es una enfermedad de adulto. Y eso al final es una cadena, porque posiblemente pueda tener otras implicaciones, como el hígado graso", señala Maffini.

El problema se agrava en casos de embarazos, ya que durante la gestación se producen los nuevos sistemas, se forman los órganos, las conexiones neuronales y las células, que inevitablemente acaban viéndose afectados por esos disruptores neuronales. "Si algo le pasa al cerebro mientras se están generando las conexiones neuronales, no se puede volver atrás", indica. Cuenta la experta que ya son varias las investigaciones que advierten de los efectos a largo plazo que tiene esa exposición durante el embarazo, ya no solo a la hora de contraer enfermedades crónicas, sino que también influyen en el propio desarrollo cerebral y conductual de los menores de edad, provocando alteraciones en el procesamiento cognitivo de niños cuyas madres estuvieron expuestas durante el embarazo.

"La prevención va más allá del cigarrillo y el alcohol. Todo lo que entra al cuerpo de la madre, va al feto"

"Se ha visto que chicos que fueron expuestos durante la gestación tienden a ser más depresivos o a tener un comportamiento más violento o hiperactivo", incide la científica. Lo importante, asegura, es incrementar las precauciones durante el embarazo, evitando los químicos que hay en ciertos envases de plástico, alimentos, maquillajes, etc. "La prevención va más allá del cigarrillo y el alcohol. Hay que empezar a aumentar esa lista de precauciones, porque eso que entra en tu piel va al bebé. Todo lo que entra al cuerpo de la madre va al feto. La mayoría de las cosas pasan a la placenta, así que van directamente al bebé", reitera.

Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia y del centro de fertilidad Next Fertility Murcia halló microplásticos en muestras seminales y ováricas: politetrafluoroetileno (31%), poliestireno (7%), tereftalato de polietileno (9%), poliamida (5%), polipropileno (28%) y poliuretano (PU).


Un pan de molde, 35 contaminantes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años advirtiendo de la amenaza global" que suponen estas sustancias, tanto para la salud humana como para el medioambiente. La Unión Europea (UE) aprobó varios reglamentos para identificar y limitar la fabricación y uso de sustancias químicas, pero muchas siguen presentes en productos importados o en el medioambiente.

Maffini quiso averiguar hasta qué punto estamos expuestos a esas sustancias y para ello partió de una base de datos del Ministerio de Agricultura de Estados Unidos, en la que tienen un listado de casi medio millón de productos alimenticios que se ofertan en los supermercados y escogió varios de ellos para analizarlos. "Una bebida deportiva isotónica tenía 20 ingredientes químicos o más entre sus componentes, y eso sin contar con los que ya vienen en el propio envasado y los de la materia prima con la que se elaboró la bebida", explica. En un pan de molde industrial encontró otros 35 contaminantes. "Imagínate que te tomas una bebida isotónica, te vas a hacer deporte, y vuelves y meriendas un sándwich. Ya solo con eso estás ingiriendo una gran cantidad de químicos", sostiene la científica, que recuerda que esa exposición se dispara con la ingesta de animales, que también están contaminados.

Hay varias regiones de Estados Unidos que han advertido del consumo de ciertos pescados, como la carpa, la anguila o la lubina, por la presencia de mercurio, bifenilos policlorados (PCBs) y sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS). Un estudio publicado por la revista Environmental Research calculó que comerse un pescado de un río o un lago de EEUU equivale a haber ingerido agua contaminada con productos químicos como el teflón durante un mes.

Otro estudio realizado en Canadá averiguó que productos frescos, como pimientos y tomates, estaban altamente contaminados de talatos. "Parece que era porque las cajas donde estaban almacenadas venían pintadas con un dibujo, que pasaba al cartón y se pegaban luego en los productos naturales. Todo puede tener compuestos fluorinados, porque los residuos del agua que se recoge de las casas, se seca y se vende como fertilizante para los campos y jardines. Entonces, aunque siembres y plantes en tu caso, está contaminado, porque tu jardín, tu suelo, también lo estará", asevera.


Cambiar el chip

"Nos hemos centrado en la salud pública en medidas para bajar peso, hacer ejercicio, vacunaciones.... y, sin embargo, existen otras medidas que no conocemos tanto, como el envasado de alimentos o incluso de los fármacos", expuso en el 31º Congreso de la SEMG Jonatan Alonso Mortez, miembro de los Grupos de Trabajo de Endocrinología y Nutrición, Estilo de Vida y Salud Pública. Alonso Mortez instó a intensificar la investigación y las políticas y a intentar fomentar el uso del vidrio como alternativa. "Tiene un gran reconocimiento científico y regulatorio por su energía química, estabilidad, flexibilidad... y bajo impacto ambiental", defendió.

"Hay que cambiarlo absolutamente todo. Hasta ahora, todo lo que usábamos era estos materiales contaminados. Hay que cambiar el chip. Nos va a llevar tiempo, pero hay que hacerlo. Y la responsabilidad no es solo del consumidor. Si no de las agencias que regulan los químicos y de los gobiernos. Hay que decirle a los gobiernos, con el voto, y a las empresas, con la cartera, que esto no es lo que queremos", zanja Maffini.




NOTICIA22.06.2025 - 08:09h
https://www.20minutos.es/noticia/5723636/0/nacemos-contaminados-los-quimicos-microplasticos-alteran-salud-los-humanos-desde-embarazo/

Un frenazo en seco de la natalidad provocaría nuestra extinción total en menos de un siglo



Fotograma de El Cuento de la Criada. 
(MGM Television)



Incluso si todos los nacimientos cesaran repentinamente, el descenso de población comenzaría lentamente y dentro de 70 u 80 años no quedaría mucha gente



Muy Pocas personas viven más de un siglo. Por lo que, si ya no hubiera bebés, probablemente no quedarían humanos en la Tierra dentro de 100 años. Pero primero, la población disminuiría a medida que las personas mayores murieran y no naciera nadie.

Incluso si todos los nacimientos cesaran repentinamente, este declive comenzaría lentamente.

Con el tiempo, no habría suficientes jóvenes que alcanzaran la mayoría de edad para realizar trabajos esenciales, lo que provocaría un rápido desmoronamiento de las sociedades de todo el mundo. Algunos de estos fallos afectarían la capacidad de la humanidad para producir alimentos, brindar atención médica y realizar todo lo demás de lo que todos dependemos.

Los alimentos escasearían, aunque habría menos gente a la que alimentar.

Como profesor de antropología que ha dedicado su carrera al estudio del comportamiento humano, la biología y las culturas, admito sin reservas que este no sería un panorama muy alentador. Con el tiempo, la civilización se desmoronaría. Es probable que no quede mucha gente dentro de 70 u 80 años, en lugar de 100, debido a la escasez de alimentos, agua potable, medicamentos recetados y todo lo que hoy se puede comprar fácilmente y se necesita para sobrevivir.


Un cambio repentino podría seguir a una catástrofe

Sin duda, una interrupción abrupta de los nacimientos es muy improbable a menos que se produzca una catástrofe global. He aquí un posible escenario, que el escritor Kurt Vonnegut exploró en su novela Galápagos: Una enfermedad altamente contagiosa podría dejar a todas las personas en edad reproductiva infértiles, lo que significa que ya nadie sería capaz de tener hijos.


Muchas de estas obras son ciencia ficción que involucran numerosos viajes espaciales. Otras buscan predecir un futuro terrestre menos fantasioso donde la gente ya no pueda reproducirse fácilmente, lo que provoca desesperación colectiva y la pérdida de la libertad personal para quienes sí pueden tener hijos.

Dos de mis libros favoritos en esta línea son El cuento de la criada, de la escritora canadiense Margaret Atwood, y Los hijos de los hombres, del escritor británico P.D. James. Son historias distópicas, es decir, que transcurren en un futuro inhóspito con mucho sufrimiento y desorden. Ambas se han convertido en la base de series de televisión y películas.

En las décadas de 1960 y 1970, muchas personas también estaban preocupadas de que habría demasiada gente en la Tierra, lo que causaría diferentes tipos de catástrofes. Esos escenarios también se convirtieron en el foco de libros y películas distópicas.


Hacia los 10 mil millones de personas

Sin duda, el número de personas en el mundo sigue creciendo, aunque el ritmo de ese crecimiento se ha desacelerado. Los expertos que estudian los cambios demográficos predicen que el pico de 10 mil millones llegará en la década de 2080, frente a los ocho mil millones actuales y los cuatro mil millones en 1974.

Si tomamos el ejemplo de EEUU, su población es actualmente de 342 millones. Eso representa unos 200 millones de personas más que las que había aquí cuando nací, en la década de 1930. Es mucha gente, pero tanto a nivel mundial como en Estados Unidos, estas cifras podrían disminuir gradualmente si mueren más personas de las que nacen.

Alrededor de 3,6 millones de bebés nacieron en los EEUU en 2024, por debajo de los 4,1 millones en 2004. Mientras tanto, aproximadamente 3,3 millones de personas murieron en 2022, frente a los 2,4 millones de 20 años antes.

Un aspecto importante a medida que estos patrones cambien es si existe un equilibrio viable entre jóvenes y mayores. Esto se debe a que los jóvenes suelen ser el motor de la sociedad. Tienden a ser quienes implementan nuevas ideas y producen todo lo que usamos.

Además, muchas personas mayores necesitan ayuda de personas más jóvenes con actividades básicas, como cocinar y vestirse. Y una amplia gama de trabajos son más apropiados para personas menores de 65 años que para quienes han alcanzado la edad típica de jubilación.


Disminución de las tasas de natalidad

En muchos países, las mujeres tienen menos hijos a lo largo de su vida reproductiva que antes. Esta reducción es más marcada en varios países, entre ellos India y Corea del Sur.

La disminución de la natalidad que se produce hoy en día se debe en gran medida a que las personas deciden no tener hijos o no tener tantos como sus padres. Ese tipo de disminución de la población puede controlarse mediante la inmigración de otros países, pero las preocupaciones culturales y políticas a menudo impiden que eso ocurra.

Al mismo tiempo, muchos hombres se están volviendo menos capaces de tener hijos debido a problemas de fertilidad. Si esa situación empeora mucho, podría contribuir a una disminución pronunciada de la población.


Los neandertales se extinguieron

Nuestra especie, el Homo sapiens, ha existido durante al menos 200.000 años. Es mucho tiempo, pero como todos los animales de la Tierra, corremos el riesgo de extinguirnos.

Pensemos en lo que pasó con los neandertales, un pariente cercano del Homo sapiens que apareció por primera vez hace al menos 400.000 años. Nuestros ancestros humanos modernos coincidieron durante un tiempo con los neandertales, cuya población disminuyó gradualmente hasta extinguirse hace unos 40.000 años.

Algunos científicos han encontrado evidencia de que los humanos modernos tuvieron más éxito en reproducir nuestra población que los neandertales. Esto ocurrió cuando los Homo sapiens tuvieron más éxito proporcionando alimentos a sus familias y también teniendo más bebés que los neandertales.

La extinción de los humanos podría abrir oportunidades para que otros animales prosperaran en la Tierra. Por otro lado, sería triste que desaparecieran porque perderíamos todos los grandes logros que la humanidad ha alcanzado, incluyendo las artes y la ciencia.

En mi opinión, debemos tomar ciertas medidas para garantizar un futuro duradero en nuestro planeta. Estas incluyen: controlar el cambio climático y evitar guerras. Además, debemos valorar el hecho de que tener una amplia gama de animales y plantas hace que el planeta sea saludable para todas las criaturas, incluida nuestra propia especie.