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Foto: iStock.
Analizamos el impacto de las ideas feministas en el país asiático y cómo se han retroalimentado con Occidente, modificando a su vez la percepción que tiene el género femenino heterosexual de la soltería
Ni hijos, ni citas, ni sexo, ni matrimonio. Bajo estos cuatro principios para las mujeres nació el movimiento 4B en una nación tan tradicional en lo que a roles de género se refiere como la surcoreana. A mediados de la pasada década, diversos sucesos de violencia machista conmocionaron al país, provocando una ola de indignación y respuesta feminista inédita en las calles de las principales ciudades. Todo comenzó en 2016, cuando un hombre asesinó a una mujer en una estación de Seúl por ser rechazado. Este crimen incel motivó varias protestas por todo el país, haciendo por fin visible la lucha feminista.
Así nació el movimiento 4B, el cual derivó en un anhelo social no solo de derribar las desigualdades de género más pronunciadas y socialmente visibles (Corea del Sur tiene la brecha salarial de género más amplia entre las naciones de la OCDE), sino también los prejuicios y discriminaciones más arraigadas en la sociedad. Entre ellos, la necesidad de encontrar un marido o el imperativo de traer hijos al mundo para poder vivir una vida adecuada a los roles de género. Sin embargo, lejos de haberse convertido en una lucha más o menos consensuada y aceptada por la mayor parte de la sociedad, como sí ha ocurrido en mayor medida en los países occidentales, el propio concepto de "feminismo" se ha criminalizado, viéndose casi como un insulto, según testimonian diversos medios internacionales.
"A diferencia de la larga historia de Occidente en lo que a movimientos feministas se refiere, Corea del Sur está experimentando estos cambios de forma muy condensada", analiza Gowoon Jung, profesor adjunto de sociología en la Universidad de Corea, en un artículo reciente de The Guardian. "Esto ha llevado a muchos a contemplar solo el feminismo en su versión más radical". De hecho, como se menciona en el rotativo británico, el presidente Yoon Suk-yeol, de corte autoritario y que en enero de 2025 fue detenido por la propia policía tras proclamar la ley marcial, fue el más votado en parte gracias a su propaganda antifeminista.
Esta criminalización del movimiento por parte de los grandes poderes públicos ha llevado a los y las feministas del país a expresar sus opiniones y denuncias de manera subliminal, teniendo en cuenta que Corea del Sur es uno de los países más avanzados en lo que se refiere a alta tecnología empleada para el control de grandes masas sociales. El apoyo mayoritario de la sociedad que no encontraron en su propio país lo han encontrado a nivel global, sobre todo después de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2024. Desde entonces, el movimiento 4B, que de manera integral lucha contra esos preceptos machistas afincados en la sociedad coreana, se ha extendido por distintas partes del globo, a través de TikTok y demás redes sociales, como ya sucedió con otros movimientos como el #MeToo o las manifestaciones contra la imposición del velo en Irán.
Ni hijos
Hay que tener en cuenta que la tasa de natalidad en Corea del Sur es una de las más bajas del mundo y eso es una fuente de preocupación demográfica para el gobierno. De ahí que se hayan promovido diversas medidas desde los poderes públicos para remontar esta baja tasa, como subvenciones para recién casados o incentivos fiscales para familias que traten de fomentar el matrimonio y la maternidad.
Hasta ahí todo bien, pero como cuenta Ming Gao, investigador de Género e Historia de la Mujer de la Universidad Católica Australiana en un artículo de The Conversation, al gobierno surcoreano se le fue de las manos cuando decidió lanzar un mapa virtual que visualizaba el número de mujeres en edad reproductiva de cada distrito de Seúl. Esto desató una ola de indignación en la sociedad, con manifestaciones que fueron reprimidas y en las que se leían lemas como: "Una mujer no es solo una máquina de bebés". Por ello, el movimiento 4B está radicalmente en contra de toda política reproductiva a gran escala.
Ni citas, ni sexo
La lucha del movimiento 4B fue más allá, impulsada también por la influencia del feminismo en los países occidentales. El hecho de ser percibidas por parte de las instituciones públicas como meros vientres para hacer niños forzó también una lectura mucho más crítica con las relaciones heterosexuales. Las mujeres surcoreanas comprendieron que estaban atadas a una trayectoria vital muy estricta y delimitada, como es la de casarse y tener hijos. Pero, sobre todo, sospecharon del deseo masculino, el principio de toda esa reproducción social.
En 2018, jóvenes coreanas empezaron a publicar vídeos destruyendo maquillaje o cortándose el pelo para protestar contra los cánones de belleza
Así, como cuenta Gao, sus principios se fueron radicalizando en muy poco tiempo, y pronto sus defensoras empezaron a ser tachadas de egoístas y antisociales. Incluso, "el hecho de renunciar a los hombres como forma de protesta contra esas estructuras patriarcales y normas matrimoniales se interpretó erróneamente como un apoyo implícito al lesbianismo". De ahí que comenzaran a ser muy críticas con la búsqueda de pareja masculina o la necesidad de satisfacer sexualmente al marido, lo que produjo un gran rechazo por parte de la cultura hegemónica coreana.
Paralelamente, otra de las motivaciones para acabar con esa exigencia de tener que buscar pareja o estar sexualmente disponibles para los hombres fue la gran cantidad de delitos sexuales digitales que hubo desde 2016 hasta ahora. En Corea del Sur ha habido diversos escándalos relacionados con la filtración de grabaciones con cámaras ocultas en baños o vestuarios, así como también un aumento de la pornografía deepfake generada por inteligencia artificial. Por ello, el descontento ha ido a más con el paso de los años. En 2018, algunas jóvenes empezaron a publicar vídeos en redes sociales destruyendo productos de maquillaje o cortándose el pelo, en un movimiento viral que se bautizó como "escapar del corsé".
Ni matrimonio
El movimiento 4B no solo se ha visto influenciado por otros en el resto del mundo, como el #MeToo, sino que también ha influido a la hora de generar una nueva ola de respuesta feminista, sobre todo en Estados Unidos al calor de la victoria presidencial de Donald Trump. Como afirma Jung en el rotativo británico, las redes sociales han visibilizado esta lucha feminista en Occidente, pero también en países más próximos como China, que también peca de ser uno de los más autoritarios en lo que se refiere a políticas demográficas y control social.
Las mujeres tienden a vivir una soltería más feliz debido a que ahora tienen una mayor red de apoyo social, incluidos familiares y amigos
Un estudio reciente realizado por Elaine Hoan y Geoff MacDonald, ambos de la Universidad de Toronto, concluyó que la percepción de la soltería ha comenzado a diferir mucho entre hombres y mujeres. Cuando en el pasado se ejercía más presión sobre ellas a la hora de encontrar pareja (con insultos como "solterona", mientras que al hombre soltero era percibido como un "vividor"), ahora muchas más mujeres del mundo occidental escogen activamente vivir una vida al margen de un marido o pareja masculina, encontrando mayor satisfacción en otras áreas de su vida, como el trabajo o los amigos. En una encuesta realizada en casi 6.000 solteros de Estados Unidos, México, Reino Unido y Polonia de todas las edades, un 32% de las mujeres aseguraban ser más felices con su vida en general (sobre todo afectiva y sexualmente) estando solteras, en contraposición a tan solo un 20% de los hombres. Hoan y MacDonald citan el movimiento 4B como precursor y aliciente de este cambio cultural en la visión de una mujer que rechaza casarse o tener hijos.
"Históricamente, las mujeres se han enfrentado a expectativas estrictas en lo que respecta a sus relaciones románticas", explican los investigadores, en un artículo reciente de la revista Aeon. "En muchas culturas, el valor social percibido por las mujeres ha dependido de su deseo y capacidad para casarse, mientras que el valor de los hombres se ha basado más en su capacidad para cosechar éxito económico. Una posible razón por la que las mujeres tienden a vivir una soltería más feliz se relaciona con que ahora tienen una mayor red de apoyo social, incluidos familiares y amigos".
Esto contrasta con el mundo emocional de los hombres, el cual es mucho más receloso a compartir sus sentimientos entre ellos, como también mencionan los autores. "Investigaciones recientes apuntan a que los hombres tienden a pasar tiempo juntos a través de actividades, mientras que las mujeres son más dadas a participar en conversaciones íntimas en tiempos de calidad con sus amigos o amigas". Sin duda, todavía queda mucho para que los viejos complejos sobre estar soltero o soltera queden atrás; la encuesta aclara que al final son las mujeres y hombres casados los que más índices de felicidad y bienestar reportan. Lo que está claro es que el movimiento feminista tiene largo recorrido y alcance, incluso en países donde no está tan aceptado en el discurso social.