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Una reunión de trabajo. (iStock)
El CEO de la empresa de software Otter.ai piensa que gasta mucho tiempo pensando en reuniones de trabajo a las que le gustaría dedicar menos horas, así que va a mandar a su bot de IA a ellas. Ya ha hecho pruebas
Un día te reunirás con tu jefe sin que esté tu jefe, sino un robot de tu jefe. Esto que parece de ciencia ficción acabará siendo una realidad. De hecho, el CEO de la empresa de software Otter.ai ya lo está probando, y dice estar encantado.
Sam Liang, consejero delegado de Otter.ai, cree que gasta mucho tiempo pensando en reuniones de trabajo a las que le gustaría dedicar menos horas atendiéndolas, al menos las que no son críticas o urgentes. Él apuesta porque otros ejecutivos sienten lo mismo, por eso cree haber encontrado la solución: Liang os presenta a "Sam-bot", su avatar de IA.
Según informa Bloomberg, Otter.ai está entrenando un robot de IA basado en lo que Liang ha dicho en miles de reuniones de trabajo y escrito en documentos desde que cofundó la empresa hace casi una década. "Tiene mi conocimiento, por lo que sabe cómo pienso", expresó Liang en una entrevista. "Puede inferir cómo respondería a una nueva pregunta basada en todas las interacciones pasadas".
El bot, con una voz sintetizada que suena como la suya, está diseñado para gestionar cerca del 90% de los detalles y problemas sencillos que surgen en la mayoría de las reuniones, lo que le permite a Liang dedicar más tiempo a desarrollar nuevos productos, atraer clientes potenciales y asesorar a sus compañeros. Puede parecer una mera trama de una película, pero nada más lejos: "No es ciencia ficción", asegura Leandro Harillo, CTO de la empresa de IA Subgen.ai.
Miguel Pereira, cofundador y presidente ejecutivo de la agencia Darwin&Verne, coincide en la expresión: "No es ciencia ficción; si acaso es ciencia anticipada. Lo que plantea el CEO de Otter.ai no es solo plausible, sino que ya está en marcha. Muchos ya usamos asistentes de IA que transcriben, resumen y analizan nuestras reuniones. La diferencia es que ahora se plantea un paso más: delegar no solo la escucha, sino también la voz. Un avatar que no solo tome notas, sino que represente tu punto de vista. ¿Funciona igual que un ser humano? No. ¿Puede ser útil en muchos contextos? Sin duda".
Harillo avisa que, aunque todavía sea poco frecuente, "las tecnologías necesarias ya están aquí". "Todos conocemos ChatGPT con su modo de voz en tiempo real, y los avatares hiperrealistas que parecen personas reales. Técnicamente, entrenar un agente de IA con nuestras preferencias, estilo de comunicación y conocimientos, y conectarlo a una videollamada, es perfectamente posible hoy. Ya estamos viendo casos reales: candidatos usando avatares con su rostro en entrevistas de trabajo, o asistentes virtuales tomando notas en reuniones".
"Es totalmente posible. Es técnicamente viable crear un avatar que clone mi rostro y mi voz, y además darle instrucciones precisas sobre cómo debe comportarse, qué objetivos debe cumplir, qué información tiene a disposición y qué puede compartir. Al proporcionarle la información adecuada, este avatar podría desempeñarse satisfactoriamente en reuniones", destaca Fernando Zabaleta, experto de la consultora de Big IA Consulting.
"No es ciencia ficción, es ciencia anticipada. Lo que plantea el CEO de Otter.ai no es solo plausible, sino que ya está en marcha"
En Otter.ai ya han hecho pruebas. El avatar de Liang se reunió recientemente con el director de gestión de productos Richard Tasker de Otter, donde Tasker interrogó al "Sam-bot" sobre los lanzamientos de nuevos productos y los recientes comentarios de los clientes.
Cuando el avatar se queda atascado, por ejemplo, con una decisión de contratación, puede hacer sonar la alarma con el jefe en tiempo real para obtener una respuesta. El bot incluso se puede personalizar para adoptar los gestos de los directivos a los que imita, como la frecuencia con la que hacen pausas mientras hablan, o con qué frecuencia interrumpen a otros. "Un directivo no puede asistir a todas las reuniones, pero si una IA bien entrenada puede contribuir a representar su punto de vista en determinadas situaciones (con transparencia), bienvenida sea", comenta Pereira.
"Opciones como la del avatar para asistir a reuniones serán cada vez más comunes"
Que en vez de tu jefe asista un robot tiene sus cosas buenas. "Las ventajas son evidentes y muy atractivas: multiplicar la productividad, recuperar horas de trabajo efectivo, eliminar barreras idiomáticas gracias a la traducción simultánea y superar las limitaciones de husos horarios. Imagina poder 'estar' en reuniones simultáneas en Nueva York, Madrid y Singapur. También permite optimizar reuniones rutinarias o informativas donde tu presencia no es crítica", indica Harillo. Para personas con movilidad reducida o en situaciones especiales, añade, puede ser una herramienta de inclusión laboral revolucionaria.
Sandra Moreno, responsable del sector de Talento y Organización de la tecnológica Accenture en España y Portugal, expresa, por su parte, que "la IA puede ser una herramienta muy relevante para asistir a un CEO. En una reunión puede darle toda la información y análisis que necesita en tiempo real para hacer más efectiva y eficiente la toma de decisiones. Las ventajas tienen más que ver con la eficiencia, la escalabilidad (es como si tuviéramos clonado al CEO y pudiera estar en varias reuniones al mismo tiempo), o el acceso a datos en tiempo real para argumentar las decisiones".
"Estoy convencido de que el uso de la IA se extenderá notablemente para mejorar la productividad y liberar tiempo para otras tareas importantes. Opciones como la del avatar para asistir a reuniones serán cada vez más comunes", vaticina Zabaleta.
Riesgos de un jefe robot
Cuando Liang probó su avatar, no todo fue como se esperaba. Según cuenta la agencia estadounidense, las respuestas del avatar de Liang a veces eran repetitivas y cuando el director de gestión lo interrumpía con una nueva pregunta, aunque la IA lo interpretó como una "interrupción técnica" y se disculpó por ello al final de la llamada.
El prototipo debe perfeccionar ciertos asuntos como la voz del bot, que es notablemente forzada y podría resultar desconcertante para la gente. "Estamos haciendo muchos progresos, pero aún no están pulidos, aún no hemos podido publicarlo", dijo Liang. "Cuando lo probamos internamente funciona bastante bien. Pero el emocional... esta parte es un poco difícil de evaluar".
"Uno de los posibles fallos es la representación limitada: una IA aún no capta matices emocionales o los silencios incómodos"
Pereira resalta este punto: "Uno de los posibles fallos es la representación limitada: una IA aún no capta matices emocionales, silencios incómodos o cambios de tono que para un líder humano son reveladores".
Moreno, en este sentido, opina que "la inteligencia emocional que se necesita para manejar situaciones complejas o la confianza que genera tener a una persona física que da su compromiso personal, nada de eso es sustituible por la IA. La IA no podrá sustituir 100% a un CEO, porque el componente humano, el emocional o el ético no se reducen a algoritmos".
Estos robots pueden cometer fallos y los problemas de la voz pueden ser menores comparados con otros. "El riesgo principal es grave: los errores que cometa el avatar. Como directivo, sé que puedes delegar tareas, pero nunca la responsabilidad. Si tu avatar malinterpreta algo, se compromete a plazos irreales o toma una decisión equivocada, el responsable legal y reputacional eres tú", dice Harillo.
"Hay que ser muy cautelosos. Confiar decisiones empresariales a estos agentes es extremadamente arriesgado. Piénsalo como dejar un coche en piloto automático total, pero con una complejidad muchísimo mayor: las decisiones en una reunión de negocios son infinitamente más complejas y matizadas que conducir. Lo que no debemos olvidar es que la responsabilidad legal y ética sigue siendo nuestra. Si el avatar comete un error o hace una promesa inadecuada, las consecuencias recaen sobre nosotros", continúa.
Asimismo, Pereira añade como un inconveniente esencial la desconexión que puede producir entre directivo y empleados. Si se abusa del uso de avatares, los equipos pueden sentir ausencia de liderazgo real.
¿Habrá muchas empresas con jefes de IA?
Debido a los asuntos que quedan por pulir, Liang todavía no está seguro de cuánto cobraría por el 'jefe avatar', pero, si se corrigen a tiempo, prevé que harán una demostración del "Sam-bot" a los clientes existentes a finales de año para que sus superiores también puedan enviar avatares a las reuniones en su lugar.
Su idea es atender a los directores ejecutivos con cada vez más trabajos complejos que dicen que están demasiado ocupados para poder tacharlos. ¿Tendrá éxito? Harillo afirma que introducir el avatar IA "será una adopción gradual pero sorprendentemente rápida. Para entender la velocidad, comparamos: la transformación digital con los PC en los 80 y 90 tardó dos décadas en generalizarse. Internet en los 2000 necesitó otra década para ser imprescindible. Pero esta revolución de la IA será diferente: en apenas 5 años será evidente e irreversible. ¿Por qué tan rápido? Porque la infraestructura ya existe".
En España, comenta Harillo, vemos que las empresas del Ibex empezaron a experimentar en 2023-2024, y prevemos que para 2028 será una práctica común incluso en empresas medianas.
"Las empresas del Ibex empezaron a experimentar en 2023-2024, y para 2028 será una práctica común en firmas medianas"
Pereira, en cambio, cree que será algo más gradual. "Seguramente se unan las empresas más innovadoras y abiertas a experimentar. Pero como siempre en tecnología, la curva de adopción será progresiva. Es posible que lo veamos primero en empresas tecnológicas, consultoras o en compañías internacionales muy distribuidas geográficamente. Después, si se demuestra útil, se extenderá al resto".
Y Moreno, por su parte, considera que las compañías que se atrevan a introducirlo, será en un contexto de reuniones muy operativas, que no implican negociación o que sean más informativas. Eso permitiría a los responsables focalizarse en acciones más estratégicas para la compañía o más humanas en su naturaleza.
En cualquier caso, habrá compañías, españolas incluidas, que implantarían el bot ejecutivo. El 'jefe avatar' podría ser útil en reuniones operativas o rutinarias donde tu presencia no aporta un gran valor diferencial o en reuniones internacionales a horas intempestivas. Pero no se toman decisiones estratégicas o emocionales. Como cita Pereira, "no se trata de reemplazar al jefe, sino de aumentarlo".