sábado, 7 de junio de 2025

La primera persona en vivir eternamente podría nacer durante tu vida



(REUTERS - Jason Lee)



Pasar nuestra mente a una computadora para vivir eternamente es teóricamente posible. Estos son los avances tecnológicos y descubrimientos neurológicos que necesitamos para lograrlo



El concepto, apasionante aunque quizá un poco aterrador, se conoce como transferencia mental. Imagínatelo como una forma de crear una copia de tu cerebro, una transmisión de tu mente y consciencia a una computadora. Allí vivirías digitalmente, quizás para siempre. Tendrías consciencia de ti mismo, conservarías tus recuerdos y seguirías sintiéndote como tú. Pero no tendrías un cuerpo.

En ese entorno simulado, podrías hacer todo lo que haces en la vida real: comer, conducir, practicar deportes. También podrías hacer cosas imposibles en el mundo real, como atravesar paredes, volar como un pájaro o viajar a otros planetas. El único límite es lo que la ciencia puede simular de forma realista.

¿Es factible? En teoría, la transferencia de información debería ser posible, aun así, quizás te preguntes cómo se puede llevar a cabo. Después de todo, los investigadores apenas han empezado a comprender el funcionamiento del cerebro.

Sin embargo, la ciencia tiene por costumbre convertir posibilidades teóricas en realidad. Que un concepto parezca tremendamente difícil no significa que sea imposible. Pensemos que la ciencia ha llevado a la humanidad a la Luna, ha secuenciado el genoma humano y ha erradicado la viruela. Estas cosas también se consideraron improbables en su momento.

Como científico del cerebro que estudia la percepción, espero plenamente que la transferencia de información mental se haga realidad en algún momento. Pero, a día de hoy, todavía estamos muy lejos.


Vivir en una computadora portátil

A menudo se considera que el cerebro es el objeto más complejo del universo conocido. Replicar toda esa complejidad será extraordinariamente difícil.

Un requisito: el cerebro conectado necesita las mismas entradas que siempre ha tenido. En otras palabras, el mundo externo debe estar disponible para él. Incluso encerrado en una computadora, necesitaría una simulación de sus sentidos, una reproducción de la capacidad de ver, oír, oler, tocar, sentir, además de moverse, parpadear, detectar su ritmo cardíaco, establecer su ritmo circadiano y hacer miles de cosas más.

¿Pero por qué? ¿No podrías simplemente existir en una burbuja mental pura, dentro de la computadora, sin información sensorial?

Privar a las personas de sus sentidos, como ponerlas en oscuridad total o en una habitación sin sonido, se conoce como privación sensorial, y se considera una forma de tortura. Las personas que tienen dificultad para percibir las señales corporales (sed, hambre, dolor, picazón) a menudo tienen problemas de salud mental.

Por eso, para que la carga mental funcione, la simulación de tus sentidos y del entorno digital en el que te encuentras debe ser excepcionalmente precisa. Incluso las distorsiones más pequeñas podrían tener graves consecuencias mentales.

Por ahora, los investigadores no tienen el poder computacional, y mucho menos el conocimiento científico, para realizar tales simulaciones.


Escaneando miles de millones de cabezas de alfiler

La primera tarea para una transferencia mental exitosa: escanear y luego mapear la estructura 3D completa del cerebro humano. Esto requiere el equivalente a una máquina de resonancia magnética extraordinariamente sofisticada que podría mostrar el cerebro de forma detallada. Por el momento, los científicos se encuentran apenas en las primeras etapas del mapeo cerebral. Por ahora han conseguido visualizar todo el cerebro de una mosca y pequeñas porciones de un cerebro de ratón.


En unas décadas, un mapa completo del cerebro humano puede ser posible. Sin embargo, incluso capturando las identidades de los 86 mil millones de neuronas, todas más pequeñas que la cabeza de un alfiler, además de sus billones de conexiones, aún no es suficiente. Subir esta información por sí sola a un ordenador no valdrá para mucho. Esto se debe a que cada neurona ajusta constantemente su funcionamiento, y eso también tiene que ser modelado.

Es difícil saber cuántos niveles deben descender los investigadores para que el cerebro simulado funcione. ¿Basta con detenerse en el nivel molecular? Actualmente, nadie lo sabe.


¿2045? ¿2145? ¿O después?

Saber cómo el cerebro calcula las cosas podría proporcionar un atajo. Esto permitiría a los investigadores simular solo las partes esenciales del cerebro, y no todas las idiosincrasias biológicas. Es más fácil fabricar un coche nuevo sabiendo cómo funciona, que intentar escanear y replicar un coche existente sin conocer su funcionamiento interno.

Sin embargo, este enfoque requiere que los científicos descubran cómo el cerebro crea pensamientos: cómo conjuntos de miles a millones de neuronas se unen para realizar los cálculos que dan vida a la mente humana. Es difícil expresar lo lejos que estamos de lograrlo.

Aquí hay otra opción: reemplazar las 86 mil millones de neuronas reales con neuronas artificiales, una a una. Este enfoque facilitaría mucho la transferencia de información mental. Sin embargo, actualmente, los científicos no pueden reemplazar ni una sola neurona real con una artificial.

Sin embargo, el ritmo de la tecnología se está acelerando exponencialmente. Es razonable esperar mejoras espectaculares en la potencia informática y la inteligencia artificial en las próximas décadas.

Otra cosa es segura: la transferencia de información mental no tendrá problemas para encontrar financiación. Hay muchos multimillonarios contentos de desprenderse de gran parte de su dinero para tener la oportunidad de vivir para siempre.

Aunque los desafíos son enormes y el camino a seguir incierto, creo que algún día la transferencia de información mental será una realidad. Los pronósticos más optimistas señalan el año 2045, dentro de solo 20 años. Otros dicen que a finales de este siglo.

Pero, en mi opinión, ambas predicciones son probablemente demasiado optimistas. Me sorprendería que la transferencia de información mental funcionara en los próximos 100 años. Pero podría ocurrir en 200, lo que significa que la primera persona en vivir eternamente podría nacer durante tu vida.