sábado, 14 de junio de 2025

"Los ricos también necesitan a Cristo". La nueva religión que se abre paso en Silicon Valley



Peter Thiel, cofundador de PayPal e inversor tecnológico. 
(Getty)



Los directivos de algunas de las tecnológicas más valiosas del mundo participan en encuentros religiosos privados para devolver la fe al lugar más escéptico del planeta. El 'networking' y la espiritualidad se dan la mano en la cuna tecnológica




Para Trae Stephens, cofundador de Anduril Industries —la empresa que fabrica drones y misiles de última generación para el Pentágono—, los trabajos se pueden dividir en cuatro categorías: los malos y fáciles (donde entraría algo como "diseñar juegos para móviles"), los malos y difíciles (como "crear el próximo cigarrillo electrónico"), los buenos y fáciles ("desarrollar apps de mensajería encriptada"), y los buenos y difíciles ("construir una colonia en Marte", por ejemplo). En esa última categoría es donde sitúa también lo que hace su propia empresa: diseñar tecnología militar para el Gobierno de Estados Unidos. No le caben dudas: "Trabajo complejo y correcto, situado donde Dios lo señala".

Este tipo de discursos se han convertido casi en una tradición para el empresario cuando se trata de amenizar las celebraciones de sus cumpleaños. En el último, el 40º, celebrado el pasado noviembre, escurría esta narrativa sobre las cabezas de un selecto grupo de inversores y multimillonarios de la Bahía de San Francisco. A su lado, Peter Thiel, fundador de PayPal, figura clave de la derecha estadounidense, y una de las voces más influyentes de Silicon Valley, le tomó el turno de palabra y acabó soltando una charla sobre milagros, perdón y Jesucristo. Para Thiel, quien lleva más de una década hablando de su cristianismo, el problema del mundo moderno no es la escasez de ideas, sino de fe: "El único modelo a seguir es Cristo. En una sociedad liberal y atea, sin un modelo trascendente, solo nos queda imitar a los demás. Es la locura de las masas".


placeholderPeter Thiel, exfundador de PayPal e inversor tecnológico, da un discurso frente a Trae Stephens, cofundador de Anduril. (Acts 17 Collective)
Peter Thiel, exfundador de PayPal e inversor tecnológico, da un discurso frente a Trae Stephens, cofundador de Anduril. (Acts 17 Collective)

Durante mucho tiempo, tanto Stephens como Thiel fueron una anomalía en Silicon Valley: abiertamente cristianos en un ecosistema dominado por la ciencia y el escepticismo. En el corazón de Silicon Valley, el código mandaba y cualquier tipo de creencia solía ser una rareza casi tabú de la que avergonzarse. Era el templo de las matemáticas, la informática y la física. Pero eso está cambiando. Mientras EEUU ha virado hacia el conservadurismo liderado por Donald Trump, un número cada vez más grande de empresarios, inversores y emprendedores de la meca tecnológica está abrazando, o al menos explorando, una forma de religiosidad que no reniega de la innovación ni del poder económico.

El año pasado, Stephens y su esposa fundaron ACTS 17 Collective, una asociación que organiza eventos megaprivados en los que pesos pesados del sector tech hablan de su fe. Reuniones que se presentan como una especie de networking espiritual y profesional. Para que no hubiera dudas sobre de qué iba la cosa, su primer evento, celebrado en la mansión de Garry Tan —CEO de YCombinator, la incubadora de startups más importante del mundo—, fue titulado Código y Cosmos. El orador principal, cómo no, Peter Thiel, quien habló otra vez sobre qué enseñanzas bíblicas lo guían en su vida pública y privada, cuáles de los Diez Mandamientos le resultan más importantes, y por qué cree que la teología puede ser una fuente legítima para repensar la política.

El nombre del grupo no es solo un acrónimo de "Reconociendo a Cristo en la Tecnología y la Sociedad", sino también un guiño al capítulo de la Biblia en el que el apóstol Pablo viaja a Atenas para predicar el Evangelio ante los líderes culturales de la época. Hoy, esa élite serían los multimillonarios de los que dependen los fondos de inversión más potentes de Silicon Valley. En la web del sitio se presentan vídeos de personas jóvenes y atractivas hablando mientras toman cocktails. Un texto superpuesto reza: "Reuniones íntimas promueven debates interesantes y conexiones valiosas que pueden impulsar tu carrera". En palabras de Stephens: "Nos enseñaron a servir a los marginados, pero los ricos también necesitan a Jesucristo".

Tanto él como su mujer conocen bien ese mundillo. Después de trabajar en el gobierno, fue reclutado por Thiel para unirse a Founders Fund, uno de los fondos de inversión más grandes del país. Cofundó Anduril, que hoy está valorada en casi 30.000 millones de dólares, y su esposa, una emprendedora del ámbito de la salud digital, también ha consolidado su carrera en el campo de las startups. Ahora han materializado su carrera y sus creencias en ACTS 17, que cada vez gana más adeptos, como Pat Gelsinger, anterior CEO de Intel y practicante, quien está previsto que sea uno de los próximos invitados, o Ayaan Hirsi Ali, escritora, expolítica y exmusulmana convertida al cristianismo, que se ha vuelto un referente para ciertos círculos conservadores. A finales de 2024, ACTS 17 llegó a organizar dos eventos en los Emiratos Árabes Unidos: uno sobre cómo la fe puede orientar tu carrera laboral y otra sobre cómo Dios moldea la IA.


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Trae Stephens, cofundador de Anduril. (Georgetown SFS)

No se trata de los únicos gurús de la tecnología que han empezado a hablar públicamente de su fe. Figuras como Elon Musk, que en otro tiempo habrían evitado cualquier etiqueta religiosa, se han sumado a este movimiento: "Creo que las enseñanzas de Jesús son buenas y sabias. El ateísmo dejó un vacío y quizás la religión no sea tan mala como para evitar la tristeza", le dijo a Jordan Peterson en una entrevista. Joe Rogan, otro ídolo de la nueva derecha mediática y uno de los podcasters más populares del mundo a la cabeza de las listas en Spotify, ha hablado de cómo la muerte de su abuelo lo empujó hacia la fe, y ha llegado a cuestionar que creer en la teoría del Big Bang sea más racional que creer en Jesús: "Con el paso del tiempo, la gente comprenderá la necesidad de algún tipo de estructura divina".

Si bien ACTS 17 niega tener una "afiliación política", es un aspecto que no puede ignorarse cuando Thiel, uno de los primeros empresarios en apoyar a Trump en 2016, y el vicepresidente J.D. Vance se encuentran entre sus acólitos. El número de estadounidenses que se identifican como cristianos ha disminuido de forma constante durante años, pero esa caída muestra signos de desaceleración desde que el republicano volvió a la Casa Blanca, según el Pew Research Center. Por otro lado, aproximadamente 11 millones más de estadounidenses están leyendo la Biblia este año en comparación con 2024, un aumento especialmente pronunciado entre los millennials y los varones, según la American Bible Society.

Datos que nos llevan irremediablemente de vuelta a Garry Tan, presidente y CEO de YCombinator, la poderosa incubadora de startups de Silicon Valley, que ha parido miles de empresas tecnológicas con una valoración combinada de más de 600.000 millones de dólares. Tan ha celebrado eventos en su mansión (que es una iglesia reconvertida) sobre cómo los campos de la ciencia y la tecnología pueden converger con la Biblia. Según comentaba en una entrevista con Vanity Fair, hubo una época en la que reuniones así serían "repudiadas en San Francisco". Pero según él, siempre ha habido cristianos en Silicon Valley, solo que se escondían.


placeholderGarry Tan, CEO de YCombinator, durante un evento sobre religión en su mansión. (ACTS 17 Collective)
Garry Tan, CEO de YCombinator, durante un evento sobre religión en su mansión. (ACTS 17 Collective)

Su círculo ahora ha empezado a comprar las enseñanzas de René Girard, un filósofo francés popular en ciertos círculos tecnológicos de tendencia libertaria que ha reflexionado sobre la conexión entre el cristianismo y la innovación. Girard fue mentor de Thiel en los años de universidad en Stanford y ha sido mencionado en alguna ocasión por el vicepresidente JD Vance en discursos. Sus libros teorizan sobre formas de vencer los vicios que ahora, según sus pupilos, se ven exacerbados por las redes sociales y el progresismo. Recientemente, Alex Karp, otro de los 'jinetes' de Trump y CEO de la empresa de vigilancia Palantir, arremetió contra lo que él denomina la "religión pagana, débil, corrosiva y cancerosa que infecta nuestras universidades".

Pero no todo el mundo compra este relato. Algunos piensan que este despertar religioso tiene algo de interés oculto. Que declararse cristiano hoy en Silicon Valley puede ser una estrategia, un atajo para acercarse a gente influyente. Hace dos décadas, el chaval de 19 años que programaba por las noches y abandonaba Stanford porque había lanzado una app era la perita en dulce de los sabuesos inversores. Hoy en día parece que decir que has crecido yendo a la iglesia y te uniste al ejército, puede garantizarte los talegos. Lo resumía bien un emprendedor anónimo de YCombinator en este otro reportaje del Times: "Te garantizo que hay gente que está aprovechando la religión para codearse con Peter Thiel".