jueves, 18 de septiembre de 2025

Todd Alan, experto en joyas: "No, los diamantes no son raros de encontrar. Han creado campañas gigantes de marketing"



Fuente: YouTube


Asegura que lo que marcó la diferencia fue la forma en que se presentó al mercado: una piedra asociada al amor, al compromiso y al estatus social



Los diamantes, esas piedras que durante décadas han sido sinónimo de amor eterno y lujo exclusivo, no son tan escasos como se ha hecho creer. Así lo explica Todd Alan, experto en joyería y creador de contenido en TikTok, que asegura que "los diamantes no son raros, todo fue una campaña de márketing" para generar deseo y mantener precios altos.

Según Alan, la clave estuvo en la compañía De Beers, fundada en Inglaterra, que comenzó a comprar minas de diamantes a nivel global hasta controlar la oferta. Una vez logrado ese dominio, la empresa impulsó un sistema de clasificación de las gemas que ayudó a consolidar la idea de exclusividad. "Crearon todo el sistema de graduación de diamantes para dar esa sensación de valor", afirma el experto.




El éxito, sostiene, no estuvo en la rareza de la piedra, sino en la estrategia comercial. Campañas publicitarias masivas convencieron al mundo de que el diamante debía ser la elección perfecta para un anillo de compromiso. El mensaje era simple: si realmente amas a alguien, la mejor prueba era regalarle uno de estos brillantes.

En su vídeo, Todd Alan recuerda que, en realidad, los diamantes son relativamente comunes y que “hay suficientes para que cada persona en el planeta tenga uno”. Lo que marcó la diferencia fue la forma en que se presentó al mercado: una piedra asociada al amor, al compromiso y al estatus social.

Aunque De Beers ya no tiene el mismo control que en el pasado, el mito sigue vivo. Los diamantes continúan considerándose una joya imprescindible, aunque Alan recuerda que existen gemas mucho más raras y valiosas que pasan desapercibidas frente a la fuerza del marketing histórico que rodea a esta piedra.

Con esta explicación, el experto busca derribar la idea romántica y casi mística que envuelve a los diamantes, señalando que, más allá de su brillo, lo que los hace especiales es la narrativa creada en torno a ellos.


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