viernes, 12 de septiembre de 2025

IMPACTO GEOPOLÍTICO: África es mucho más grande de lo que muestran los mapas: el motivo de esta distorsión y su lucha para corregirlo



Mapamundi. (Foto: iStock)



El continente ha lanzado una campaña internacional para corregir el mapamundi y recuperar su tamaño real, denunciando que la proyección de Mercator, vigente desde el siglo XVI, reduce drásticamente su dimensión



África vuelve al centro del debate cartográfico mundial a través de una campaña que exige corregir el mapamundi y devolver al continente su tamaño real. La iniciativa, respaldada por la Unión Africana (UA) y promovida por las organizaciones Africa No Filter y Speak Up Africa, denuncia que la proyección de Mercator, la más usada desde el siglo XVI, reduce de manera drástica la superficie africana. Según los cálculos, África tiene más de 30 millones de kilómetros cuadrados, es catorce veces mayor que Groenlandia y puede albergar en su extensión a Estados Unidos, China, Japón, México y buena parte de Europa. Sin embargo, en la mayoría de mapas aparece apenas un poco más grande que la isla nórdica.

El movimiento lleva por nombre 'Corregid el mapa' y se presenta como un acto de justicia visual e histórica. "Es inaceptable que generaciones sigan creciendo con mapas que minimizan la escala de África y, por consiguiente, su importancia. Corregir el mapa implica restaurar la verdad y la dignidad en la percepción de África y en la percepción que los africanos tienen de sí mismos", explicó Fara Ndiaye, cofundadora de Speak Up Africa a la agencia EFE. Una reivindicación que, además de señalar un error técnico, pone el foco en las consecuencias simbólicas y políticas de esa representación.



La distorsión no es menor. Mientras que África es el segundo continente más grande del planeta después de Asia y alberga a más de 1.500 millones de personas, su dimensión en la proyección de Mercator lo equipara a la de Groenlandia, con apenas 57.000 habitantes. La campaña pide sustituir este sistema, que exagera las latitudes del norte y achica las zonas ecuatoriales, por modelos más equitativos que permitan a estudiantes, instituciones y ciudadanía comprender las proporciones reales de los territorios.
Proyecciones cartográficas: de Mercator a Equal Earth

El mapa de Mercator fue ideado en 1569 por el cartógrafo flamenco Gerardus Mercator para facilitar la navegación marítima en rutas este-oeste. Su ventaja es que permite trazar trayectorias rectas en un plano, algo crucial para los barcos de la época. Sin embargo, ese diseño implicó una consecuencia: cuanto más lejos del ecuador, mayor es la distorsión. Así, regiones como Europa, Canadá o Siberia aparecen infladas, mientras que África o Sudamérica se muestran reducidas.

Frente a esa representación, investigadores como Tom Patterson, Bernhard Jenny y Bojan Šavrič crearon en 2018 la proyección Equal Earth, que trata de mantener la proporción real de los continentes. Este modelo conserva las formas y busca reducir las deformaciones extremas, ofreciendo una visión más equilibrada del planeta. Aunque no es perfecta —ya que toda proyección sobre un plano conlleva algún grado de distorsión—, se percibe como una alternativa más justa.



Los defensores de Equal Earth subrayan que permite a estudiantes y al público general visualizar el verdadero peso territorial de continentes como África, mientras que los críticos recuerdan que Mercator sigue siendo muy útil para ciertas aplicaciones técnicas, como la navegación. El debate, por tanto, no es solo académico: toca la forma en que la humanidad se ha representado a sí misma durante casi cinco siglos.


Impacto geopolítico y educativo

La dimensión política de los mapas es un punto central de la campaña. Para sus impulsores, la representación visual de África no es inocente: influye en cómo se percibe su importancia global. Tal y como apuntó Ndiaye, "la manera en que África se representa visualmente está relacionada con el trato institucional que recibe". Esto conecta con otras demandas africanas, como una mayor presencia en el Consejo de Seguridad de la ONU o una reforma de la arquitectura financiera internacional.

El terreno educativo es otro de los frentes de batalla. En muchos sistemas escolares —dentro y fuera de África—, la proyección de Mercator sigue presente en los manuales. Profesores como Sekou Otondi, en la Escuela Internacional de Kenia, muestran a sus alumnos diferentes mapas para evidenciar la distorsión histórica. Los recortes comparativos de Groenlandia y África suelen generar sorpresa entre los estudiantes, que descubren que el continente en el que viven es mucho más grande de lo que les han enseñado.

Mostrar a África en su tamaño real es, para sus defensores, un paso hacia la igualdad geográfica y política.

Más allá del aula, el efecto alcanza a la diplomacia y a la economía. Como señaló la agencia EFE, "esta distorsión (…) puede influir en la percepción global, la diplomacia e incluso las decisiones de inversión". De ahí que instituciones como la NASA o Google hayan empezado a sustituir la proyección clásica por modelos más equilibrados en sus plataformas. La campaña no solo reclama una corrección técnica, sino una relectura simbólica del mundo: mostrar a África en su tamaño real es, para sus defensores, un paso hacia la equidad geográfica y política.