Aunque los líderes de China hacen gala de su compromiso con las reformas, hay
señales de que la reciente recuperación de la economía del gigante asiático
depende de políticas tradicionales de endeudarse y construir, lo que plantea
dudas sobre la duración y solidez del repunte.
Durante los últimos dos meses, la economía china recobró impulso: la
producción industrial y de electricidad, y las exportaciones registraron fuertes
avances.
El gobierno sostiene que el hecho de que la mayor parte de las mejoras se
produjo sin grandes medidas de estímulo marca un importante cambio de políticas.
"Cuando la economía se desacelera, usar un estímulo a corto plazo para
impulsar el crecimiento es un método, pero creemos que eso no ayuda a solucionar
problemas estructurales", indicó el miércoles el primer ministro chino, Li
Keqiang, en el marco del Foro Económico Mundial en Dalian. "Así que elegimos una
estrategia que es buena hoy, y tiene beneficios a largo plazo, manteniendo la
estabilidad de la política macroeconómica".
Pero algunos economistas y líderes empresariales dicen que parece que China
está usando los mismos métodos de crédito e inversión que usó para generar
crecimiento en el pasado, aunque un desfase entre el aumento del crédito y un
crecimiento débil muestra que ese enfoque está surtiendo menos efecto que antes.
Los observadores temen que el crecimiento actual pueda desvanecerse luego de uno
o dos trimestres, lo cual dificultará aún más la solución de los problemas a
largo plazo.
"Mientras el auge de crédito siga su marcha, es probable que la hora de la
verdad siga retrasándose", indicó Charlene Chu, analista de Fitch Ratings.
En una muestra de la afición de China por construir en exceso, cuando el
primer ministro Li les dijo a ejecutivos en Dalian que el gobierno se mantendría
alejado de los estímulos y que las reformas estaban comenzando a dar sus frutos,
lo hizo en un flamante centro de conferencias que reemplazó otro lugar de última
generación usado sólo dos años antes.
El enorme gasto en proyectos para conseguir prestigio —como nuevos centros
para realizar conferencias internacionales— sostiene un crecimiento a corto
plazo, pero hace poco para apuntalar los proyectos del país a largo plazo,
indican los economistas.
En los últimos meses, parecía que China estaba decidida a ponerle un límite
al persistente auge del crédito: una crisis de liquidez en junio alcanzó niveles
que alarmaron a los inversionistas globales y las tasas de interés a corto plazo
se acercaron a 30% cuando el banco central buscó frenar el exceso de crédito.
Sin embargo, hasta el primer semestre del año, los niveles de préstamos son
marcadamente superiores a los del año pasado.
Esos fondos ahora se están filtrando para ayudar a generar algunas de las
recientes señales de un repunte en la economía.
Chu, la analista de Fitch, indicó que los avances recientes fueron impulsados
por un aumento de alrededor de 20% en el crédito en el último año, a menudo a
través de las llamadas instituciones de financiación en las sombras, que
canalizan fondos a proyectos de gobiernos locales y de empresas de bienes raíces
que los reguladores consideran demasiado riesgosos para los bancos
comerciales.
"Quien piense que China está a punto de solucionar sus problemas de crédito
está equivocado", afirmó Chu el jueves.
Este año, el crédito total en China ha crecido a cerca de 200% del Producto
Interno Bruto, frente a alrededor de 125% en 2008.
Una alta tasa de endeudamiento en otros países, como EE.UU., Japón y Corea de
Sur, resultaron en desastres financieros y muchos años de crecimiento lento,
conforme hogares y empresas salían de sus deudas.
Claro, hay algunas personas que ven un cambio real en las políticas chinas.
Zhu Min, un ex alto funcionario chino que ahora es subdirector gerente del Fondo
Monetario Internacional, elogió a Li por reiterar que no usarán políticas de
estímulo.
"No harán grandes (proyectos) de infraestructura u otras cosas, pero
invertirán en áreas nuevas, como tecnología de la información y eficiencia
energética", dijo.
Varias empresas afirman que no cuentan con un repunte duradero del
crecimiento en China. Y un alza moderada del crecimiento de las ventas
minoristas en agosto no impulsó la confianza de las compañías en un cambio hacia
un mayor gasto de los hogares.
"En general, nuestra perspectiva sigue siendo de desaceleración", indicó Han
Weiwen, socio de la división en Shanghai de la consultora Bain & Co. y
explicó que factores que impulsan el consumo, como el crecimiento del ingreso
disponible, se habían debilitado frente a años previos.
Funcionarios del gobierno sostienen que realizaron cambios importantes, como
eliminar un control sobre las tasas para préstamos bancarios que redujo los
costos de endeudamiento.
Pero en el último repunte del crecimiento es difícil ver señales de que un
cambio en el modelo económico está tomando impulso.
En cambio, Nomura señala que los mayores avances mensuales en la producción
industrial de agosto provinieron de las industrias pesadas, que ya funcionan con
un exceso de capacidad.
El gasto en infraestructura también está en auge otra vez, conforme los
gobiernos locales toman medidas para ayudar a reforzar el crecimiento.
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