Dos mujeres bajo una palmera en una playa en las Islas Andamán (India). ALAMY
¿Qué situaciones podrían acarrear una anulación del viaje? ¿En qué se debe centrar la atención a la hora de asegurar el equipaje? Resuelve estas y otras dudas
Si estás pensando en contratar un seguro de viajes para tus vacaciones, tienes que conocer la letra pequeña. En la inmensa mayoría de los casos un viaje significa ilusión, descubrimiento o, sencillamente, diversión. Pero hay veces en las que un viaje se convierte en un cúmulo de desagradables contratiempos o incluso en una auténtica pesadilla. En fechas señaladas como Semana Santa se observa un repunte sobre todo de aquellas incidencias que tienen algo que ver con el colapso en los medios de transporte por el elevado volumen de viajeros, señalan desde InterMundial Seguros.
Según datos de este bróker especializado en seguros de viaje, de entre todos los que el año pasado habían contratado una póliza para Semana Santa y que sufrieron algún percance, el 41% tuvo que anular el desplazamiento, el 23% experimentó algún problema con su equipaje y el 21% perdió algún servicio, ya sea por overbooking o por retraso en la salida del medio de transporte.
Adelantarse y ser previsor
“Las cancelaciones previas a los viajes se deben a que los españoles cada vez somos más previsores a la hora de reservar, tal vez por las ventajas económicas que tiene comprar con antelación”, explica la compañía. “Cuanto mayor es esta anticipación, sin embargo, menos capacidad tenemos para prever una situación que nos impida iniciar el viaje”, concluye.
Los motivos por los que los asegurados con InterMundial tuvieron que anular fueron de los más variados: desde una enfermedad grave que golpeó al mismo suscriptor o algún familiar, hasta una intervención quirúrgica, un accidente grave, la denegación de un visado, un nuevo puesto de trabajo o una prórroga del contrato laboral, entre otros.
“En muchos seguros de viaje la cancelación no forma parte de la cobertura, sino que se vende como opción y es necesario contratarla ante de la compra de los billetes o simultáneamente”, subraya el director técnico de la correduría de seguros Lluch & Juelich Brokers, Carlos Lluch. De no ser así, la cobertura quedaría invalidada, aunque haya sido pagada. “Es muy probable que, de esta forma, las aseguradoras evitan un porcentaje muy elevado de sus potenciales riesgos asegurados”, arguye Lluch.
Mirar con lupa las coberturas por transporte
Una demora en la entrega del equipaje, a veces de varios días, daños, robo o pérdida definitiva. Estos son los siniestros que puede sufrir un viajero en lo que se refiere a sus maletas. Lluch aconseja “prestar especial atención a las garantías de las coberturas por transporte”. En sus palabras, “hay algunas aseguradoras que cubren la pérdida del equipaje solo si se lleva en avión pero no si el transporte es por carretera o ferrocarril”, destaca. Por ello, antes de suscribirla, “debemos asegurarnos de que la póliza es adecuada al tipo de transporte que vamos a utilizar”.
Cuidado con los gastos médicos
Otro de los contratiempos que pueden frustrar un viaje es la necesidad de recorrer a algún tratamiento médico u odontológicos en el extranjero, lo que conlleva gastos especialmente altos fuera de la UE, territorio en el que la tarjeta sanitaria europea es suficiente para garantizar al asegurado las mismas prestaciones de las que se beneficiaría en España.
“Las coberturas que proveen las tarjetas de crédito, las de fidelización de líneas aéreas o la cobertura de asistencia en viajes complementaria habitual en los seguros médicos y en los paquetes ofrecidos por las agencias de viajes no sirven para asuntos graves”, advierte Lluch, por el que “viajar a Estados Unidos con una cobertura de 9.000 euros como ofrecen algunas tarjetas gold no es una actitud responsable con uno mismo y menos aún con un hijo o un empleado”.
En esos casos este experto sugiere contar con un seguro profesional y con capitales adecuados para afrontar una situación real de este tipo. Habrá que prestar atención también a las actividades a realizar durante el viaje para evitar posibles exclusiones de la cobertura de gastos médicos. “Hay aseguradoras preparadas para hacer frente a accidentes de esquí, buceo, montaña y otros deportes, pero no lo harán los seguros genéricos”, evidencia.
El riesgo manda
En este sentido, Lluch subraya que la primera regla de todo seguro, aplicable también a los viajes, es que “no existen dos pólizas iguales, por lo que no hay que mirar solo el precio”. Este experto asevera además que “el riesgo es lo que manda en el momento de la verdad”. Tener identificados los riesgos de forma clara, valorarlos en su justa medida y prever las consecuencias es clave para tomar la decisión adecuada y acertar si estos se materializaran. “Contratar el seguro adecuado tan solo es una consecuencia de esa valoración de riesgos”, apostilla Lluch.
Madrid
https://elpais.com/economia/2018/03/19/actualidad/1521481143_625200.html
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