Un estudio revela que el 87% de los automovilistas españoles ni siquiera se plantea tener un vehículo que conduzca solo.
"Aún nos queda mucho por hacer antes de llegar al vehículo autónomo. Hay que dar solución a muchos e importantes problemas tecnológicos, sociales y legales para su utilización con plena seguridad”.
Un diagnóstico conservador que sale de boca de Luis Montoro, director del Grupo de Investigación Facthum.lab del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) de la Universidad de Valencia. Un análisis cauto que se debe, entre otras cosas, a que en términos generales el vehículo autónomo genera desconfianza, inseguridad, miedo y estrés.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio Vehículo autónomo: opinión de los conductores españoles, elaborado por la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) en colaboración con los científicos del INTRAS. Estainvestigación pionera en España recoge por vez primera la percepción que tienen los conductores sobre este tipo de vehículos, en relación con los conocimientos requeridos para su manejo, su viabilidad o la responsabilidad existente en caso de accidente, entre otros aspectos.
Y los datos más relevantes de este estudio no dejan en buen lugar al coche autónomo, pese a lo mucho que se habla sobre este avance: el 87,1% de los conductores españoles ni siquiera se plantea comprarse uno. La realidad es que casi 8 de cada 10 (el 77,4%) prefieren conducir, bien por el placer de ponerse al volante (57,9%), bien por que confían en sí mismos más que en la máquina (56,1%).
En cualquier caso, aunque el coche autónomo se desarrollara como prevén los más optimistas (hacia el año 2030), los conductores no van a desaparecer tan rápido. Es más, deberán instruirse mejor. “Siempre debe haber un responsable capaz coger los mandos con conocimientos en seguridad vial”, sostiene José Miguel Báez, presidente de la CNAE.
“Los profesores de autoescuela deberán formarse mucho mejor y saber más de tecnología” para transmitir los conocimientos a los alumnos. Luis Montoro coincide en el análisis: “El coche convencional y el autónomo convivirán en la carretera, además este último podrá conducirse de manera manual por lo que la formación en la autoescuela continuará siendo indispensable”.
Preguntados sobre este aspecto, buena parte de los participantes en el estudio (1.205 personas de entre 18 y 65 años) creen que el vehículo convencional será el mayoritario o el único (43,4%). El 23,7% de los encuestados cree que dominará el vehículo autónomo,y el 32,9% restante opina que su presencia será equitativa.
Lo que sorprende, sin embargo, es que muchos conductores creen que los turismos capaces de manejarse a sí mismos llegarán relativamente pronto a las carreteras. De hecho, el 36% de los conductores considera que será necesario esperar entre cuatro u ocho años, mientras que un 27,8% cree que estarán listos entre los años 2026 y 2030. Entre los menos optimistas, un 22,2% considera que lo hará a partir de 2031.
MÁS DATOS
El estudio recoge algunas dudas que rodean a la conducción automática:
• El 30,2% considera el vehículo autónomo poco o nada útil, el 26,4% se sitúa en un término medio y el 43,5% lo ve como bastante o muy útil.
• Sobre su viabilidad, el 34,6% entiende que será poco o nada viable, el 20,6% mantienen una postura intermedia y el 44,8% creen que es bastante o muy viable.
• En caso de accidente, el 18,9% de los encuestados responsabilizaría exclusivamente al conductor, el 33,9% únicamente al fabricante y el 47,2% la repartiría las culpas entre ambos.
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