martes, 23 de noviembre de 2010

Trichet avisa: el euro se la juega en 2011

Foto from onocentauros.com

Que se preparen los socios del euro. Es uno de los mensajes más repetidos entre los analistas desde que la economía irlandesa confirmara el domingo que también necesita un plan salvavidas, siguiendo la estela de Grecia.
La preocupación por el futuro de la unión monetaria, forzada a digerir la segunda operación rescate en sólo seis meses, desató ayer una preocupación inusitada al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, que rompió su habitual discurso para advertir que 2011 será un “año decisivo”.
“Tenemos que hacer todas estas reformas [en alusión al nuevo marco de gobierno económico y la creación de un fondo de rescate permanente] para garantizar que la eurozona pueda enfrentarse a los desafíos futuros con más capacidad y convicción”, insistió Trichet.
Su mensaje pone la puntilla a una serie de interrogantes que acechan sobre la eurozona: ¿Están sus miembros preparados para asumir más rescates?, ¿qué pasaría si un país de la dimensión de España quebrase? Cada vez son más los economistas que apuntan una fuerte reestructuración de la zona monetaria, que podría forzar la salida de países como Portugal y España o, en su caso, el portazo de Alemania y Francia.
“Está en duda la supervivencia del euro. No podemos seguir así, llegando cada pocos meses al borde del precipicio y cada vez salvarnos en el último momento posible”, apunta Luis Garicano, profesor de la London School of Economics. En esta guía se explican algunas de las taras que acompañan a la unión monetaria.
- Ausencia de una política fiscal común
Uno de los errores de base es que se dejó licencia para que cada país dictara la política fiscal por su cuenta. Tras esta decisión subyacía el pensamiento de que la irrupción de una crisis económica obligaría a los países a coordinarse. Pero nada de esto ha pasado. La falta de disciplina fiscal ha sido la tónica dominante, propiciando, en el caso de Irlanda, un déficit del 32,3% del PIB.
- Mensaje de unidad fallido
Alberto Recarte defiende la tesis de que la creación de la unión monetaria “era y es una aberración”. “Ha sido la excusa que han utilizado la mayoría de los gobiernos nacionales para, teóricamente, impulsar las reformas. En la realidad, muchos, como el español, no lo han hecho y han provocado, en cambio, el renacimiento del nacionalismo en países como Alemania o Austria”, explica.
Por otra parte, opina que no es improbable que Grecia, Irlanda, Portugal o la propia España querrán descabalgarse del proyecto europeo si tuvieran que aprobar reformas económicas impuestas, al margen de si son o no imprescindibles. “De esta forma se pone en riesgo el mayor logro político de los europeos en 50 años, la propia Unión Europea”, matiza.
- Obligación de rescatar
Uno de los problemas que arrastra la eurozona es que los países más débiles (en esta crisis, Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) no tienen un banco central propio. Están bajo las órdenes del Banco Central Europeo, una entidad independiente y que, como recuerda Rafael Pampillón (IE) tiene una cláusula de no “bail out” (no puede ir en rescate de ninguno de los 16 estados que forman parte del euro).
Esta realidad impone que “cada país debe hacer frente a sus deudas”, mediante ingresos ordinarios (impuestos) o extraordinarios (ventas de activos) pero, si esto falla, la Eurozona tiene que salir a su rescate.
Para Pampillón esto es un problema porque “los inversores parecen confiar más en países como Japón o Reino Unido, también fuertemente endeudados, ya que disponen de sus propios bancos centrales que pueden, en un minuto, imprimir dinero y comprar deuda del gobierno”.
- Necesidad de eurobonos
Precisamente, algunos socios del euro, como Bélgica, consideran este esquema como un “castigo”, por lo que proponen una emisión común a toda la UE de bonos de deuda pública. Las autoridades belgas opinan que “podemos salvar a todo el mundo pero el problema es que los mercados piden un sistema de gobernanza económica más ambiciosa”. Alemania ha sido tradicionalmente una enemiga de esta opción, pero parece que ahora ha moderado su postura.
Por M.Tejo from expansion.com/economía 23/11/2010

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