martes, 16 de noviembre de 2010

Las Leónidas caen sobre la Tierra: las claves para verlas esta noche La lluvia de meteoros promete espectaculares fogonazos.

Foto from moblog.whmsoft.net

El espectáculo es gratuito. Sólo se requiere ropa de abrigo -las temperaturas serán bajas-, un lugar oscuro y despejado, alejado de las luces de las ciudades, y un poco de paciencia. No hay que hacer mucho. Tan solo tumbarse en el suelo o recostarse sobre alguna hamaca, es lo más aconsejable, y mirar hacia el cielo para contemplar las Leónidas, una famosa lluvia de meteoros comparable pro su vistosidad a las Perseidas de agosto. Estos fogonazos en el cielo son visibles cada año por estas fechas, cuando la Tierra atraviesa la cola de desperdicios del cometa Temple-Tuttle. Aquellos con ganas de pedir un deseo al paso de una estrella fugaz tendrán su mejor oportunidad antes del amanecer del miércoles y del jueves, especialmente dos o tres horas antes del amanecer. No hacen falta prismáticos, pero sí estar ojo avizor. Aunque siempre hay cierta incertidumbre respecto al número de meteoros que puedan caer, los expertos esperan al menos 20 meteoros por hora, una cifra similar a la del año pasado, quizás algo superior.
Las Leónidas son especialmente veloces -cruzan el firmamento a más de 70 kilómetros por segundo, más de 50.000 por hora- y dejan una estela muy llamativa. «Suele ser una lluvia bonita de ver, porque los fragmentos producen una traza muy luminosa, una fluorescencia muy llamativa, es el gas que queda ionizado y permite ver la luz durante unos segundos», describe Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona. Por este motivo, aunque las Perseidas tienen la fama de ser la lluvia de meteoritos más hermosa, muchos aficionados a la astronomía no están de acuerdo y ponen por delante a las Leónidas. «La tasa de meteoros puede variar de hora a hora, la intensidad es distinta y cada noche es una sorpresa», dice Armentia.
Mire hacia Leo
En realidad, estas estrellas fugaces tan románticas no son más que... basura. Se trata de una lluvia de desechos sobrantes del Temple-Tuttle. Cuando la órbita del bólido espacial alcanza el punto más cercano al Sol, el perihelio, arroja una gran cantidad de material. Si la Tierra pasa en ese momento por la cola de desperdicios del cometa, la lluvia de meteoros puede ser extraordinaria. Algo así ocurrió ocurrió en 2000 y 2002. Sin embargo, ahora los astros no son tan propicios, y el material visible será, por tanto, más disperso.
Si quiere contemplar este show nocturno aléjese de las luces de las ciudades «y busque un lugar despejado, sin montañas ni edificios altos para tener una vista del cielo completo», aconseja Armentia. Recostado, mire hacia la Constelación de Leo. Con suerte, los meteoros saldrán disparados creando el mismo efecto que cuando viajamos en coche y vemos caer la nieve, como si saliera de un mismo punto del cielo.
Por judith de Jorge from abc.es/ciencia 16/11/2010

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