Foto por WEF. (Ex-press) from swissinfo.ch
Difícil hallar un Gobierno o negocio no tocado por la corrupción
El World Economic Forum (WEF) denuncia que los “pagos subrepticios” que transitan entre gobiernos y empresas a cambio de jugosos contratos superará un billón de francos suizos en 2010, monto idéntico al gasto mundial militar.
Suiza es el octavo país más transparente del mundo, pero no está exento de riesgos, razón por la que tiene en marcha acuerdos anticorrupción con la UE, OCDE y ONU.
En 2010, el mundo habrá pagado sobornos por un billón de francos suizos, lo que convierte a este problema en uno de los obstáculos más perversos para el desarrollo social y económico del mundo, denunció el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés).
Dos datos para dimensionar la talla del problema: es un monto siete veces superior al que se requeriría para cumplir la totalidad de los compromisos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015, esto es, recursos para el alivio de los países endeudados, nuevos préstamos, ayuda a infraestructura, financiamiento para proyectos de salud, educación y abatimiento de la pobreza.
Una referencia más, se trata de un monto idéntico al que destina el mundo anualmente al gasto militar.
Un problema que exige, denuncia el WEF a través de su Iniciativa de Asociaciones contra la Corrupción (PACI por sus siglas en inglés), acciones colegiadas al interior del sector productivo y los gobiernos.
Corrupción a toda escala
De acuerdo con Transparencia Internacional (TI), en 2010 alrededor de 75% de los países sometidos a la evaluación del índice de corrupción consiguieron una calificación de entre “0” y “5” (en una escala de 10).
“Existen países altamente desarrollados, como Estados Unidos, Francia o Italia, que no consiguen colocarse entre los primeros 20 menos corruptos del mundo”, afirmó al respecto Huguette Labelle en la ciudad de Nueva York, en donde el WEF desarrolló el pasado fin de semana un foro sobre corrupción.
La Presidenta de TI coincidió con el WEF en que, para abatir la corrupción a todos los niveles, se requiere la participación colegiada de todos los actores de la economía.
Richard Samans, Director General del WEF y Presidente de la Iniciativa de Socios contra la Corrupción (PACI por sus siglas en inglés), añadió que difícilmente existe un gobierno, negocio o individuo que no haya sido tocado de forma directa o indirecta por alguna forma de corrupción.
Según el WEF, la corrupción y sus efectos sobre los negocios ocupan el cuarto sitio en importancia entre las preocupaciones de los 12.600 hombres de negocios -de 139 países- consultados por el WEF en su Reporte de Competitividad Global 2010, muy cerca de temas como la recesión o la guerra cambiaria.
Suiza en el espectro internacional
En el debate internacional sobre corrupción Suiza se encuentra relativamente a salvo en el presente.
La Confederación Helvética ocupa el octavo sitio mundial en materia de corrupción, según el índice publicado al respecto en 2010 por TI.
Un trabajo que considera un universo de 178 países, y que otorga a Suiza una calificación de 8,7 en una escala que va del 1 al 10.
Solamente Dinamarca, Nueva Zelanda, Singapur, Finlandia, Suecia, Canadá y los Países Bajos registran una mejor calificación que Suiza en materia de transparencia; y esta última comparte exactamente la misma calificación que Australia.
Independientemente de ello, explica la Secretaría de Estado de Economía (Seco) a swissinfo.ch, la Confederación Helvética está comprometida a cumplir con tres acuerdos internacionales en materia de corrupción.
El primero de ellos, con los 30 países de la OCDE y ocho naciones más (Argentina, Brasil, Bulgaria, Chile, Estonia, Israel, Eslovenia y África del Sur) que han establecido un acuerdo que promueve la eliminación de sobornos en materia de comercio internacional.
La OCDE se ha comprometido también a realizar exámenes para evaluar los avances de cada uno de estos países. La última ocasión que la transparencia de Suiza fue sometida a evaluación fue en 2005 y los resultados fueron positivos.
En segundo sitio, Suiza forma parte de la Convención Penal contra la Corrupción, en el marco del Consejo Europeo, que permite perseguir penalmente actos de corrupción realizados por funcionarios públicos y miembros de la iniciativa privada. “Para formalizar este compromiso, Suiza firmó una Convención Penal y se adhirió al Grupo de Estados contra la corrupción (GRECO)”, explicó Seco.
Y en tercer sitio, se registra la Convención de la ONU contra la corrupción, que fue firmada en 2003 por un centenar de países (Suiza incluida) y que se distingue de los acuerdos de la OCDE y del Consejo de Europa por su carácter universal.
La iniciativa PACI
En opinión del helvético WEF, el proyecto PACI debe ampliar alcances y ofrecer resultados.
PACE opera como plataforma para las compañías en desarrollo a las que ayuda a instrumentar programas anticorrupción y asesora en el monitoreo de este objetivo.
Sobre este punto, Transparencia Internacional agrega –con base en los resultados de su Reporte sobre la Corrupción Global 2009- que aquellas empresas que tienen en marcha programas de ética suelen registrar 50% menos incidentes de sobornos y otras formas de delito por corrupción.
Programas que son aplicables a empresas de todas las tallas y que, según concluye el WEF, permiten reducir hasta 10% el costo de los negocios que realizan las compañías que a nivel internacional destinan en promedio un “diezmo perverso” a la obtención de negocios.
En 2010, el mundo habrá pagado sobornos por un billón de francos suizos, lo que convierte a este problema en uno de los obstáculos más perversos para el desarrollo social y económico del mundo, denunció el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés).
Dos datos para dimensionar la talla del problema: es un monto siete veces superior al que se requeriría para cumplir la totalidad de los compromisos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015, esto es, recursos para el alivio de los países endeudados, nuevos préstamos, ayuda a infraestructura, financiamiento para proyectos de salud, educación y abatimiento de la pobreza.
Una referencia más, se trata de un monto idéntico al que destina el mundo anualmente al gasto militar.
Un problema que exige, denuncia el WEF a través de su Iniciativa de Asociaciones contra la Corrupción (PACI por sus siglas en inglés), acciones colegiadas al interior del sector productivo y los gobiernos.
Corrupción a toda escala
De acuerdo con Transparencia Internacional (TI), en 2010 alrededor de 75% de los países sometidos a la evaluación del índice de corrupción consiguieron una calificación de entre “0” y “5” (en una escala de 10).
“Existen países altamente desarrollados, como Estados Unidos, Francia o Italia, que no consiguen colocarse entre los primeros 20 menos corruptos del mundo”, afirmó al respecto Huguette Labelle en la ciudad de Nueva York, en donde el WEF desarrolló el pasado fin de semana un foro sobre corrupción.
La Presidenta de TI coincidió con el WEF en que, para abatir la corrupción a todos los niveles, se requiere la participación colegiada de todos los actores de la economía.
Richard Samans, Director General del WEF y Presidente de la Iniciativa de Socios contra la Corrupción (PACI por sus siglas en inglés), añadió que difícilmente existe un gobierno, negocio o individuo que no haya sido tocado de forma directa o indirecta por alguna forma de corrupción.
Según el WEF, la corrupción y sus efectos sobre los negocios ocupan el cuarto sitio en importancia entre las preocupaciones de los 12.600 hombres de negocios -de 139 países- consultados por el WEF en su Reporte de Competitividad Global 2010, muy cerca de temas como la recesión o la guerra cambiaria.
Suiza en el espectro internacional
En el debate internacional sobre corrupción Suiza se encuentra relativamente a salvo en el presente.
La Confederación Helvética ocupa el octavo sitio mundial en materia de corrupción, según el índice publicado al respecto en 2010 por TI.
Un trabajo que considera un universo de 178 países, y que otorga a Suiza una calificación de 8,7 en una escala que va del 1 al 10.
Solamente Dinamarca, Nueva Zelanda, Singapur, Finlandia, Suecia, Canadá y los Países Bajos registran una mejor calificación que Suiza en materia de transparencia; y esta última comparte exactamente la misma calificación que Australia.
Independientemente de ello, explica la Secretaría de Estado de Economía (Seco) a swissinfo.ch, la Confederación Helvética está comprometida a cumplir con tres acuerdos internacionales en materia de corrupción.
El primero de ellos, con los 30 países de la OCDE y ocho naciones más (Argentina, Brasil, Bulgaria, Chile, Estonia, Israel, Eslovenia y África del Sur) que han establecido un acuerdo que promueve la eliminación de sobornos en materia de comercio internacional.
La OCDE se ha comprometido también a realizar exámenes para evaluar los avances de cada uno de estos países. La última ocasión que la transparencia de Suiza fue sometida a evaluación fue en 2005 y los resultados fueron positivos.
En segundo sitio, Suiza forma parte de la Convención Penal contra la Corrupción, en el marco del Consejo Europeo, que permite perseguir penalmente actos de corrupción realizados por funcionarios públicos y miembros de la iniciativa privada. “Para formalizar este compromiso, Suiza firmó una Convención Penal y se adhirió al Grupo de Estados contra la corrupción (GRECO)”, explicó Seco.
Y en tercer sitio, se registra la Convención de la ONU contra la corrupción, que fue firmada en 2003 por un centenar de países (Suiza incluida) y que se distingue de los acuerdos de la OCDE y del Consejo de Europa por su carácter universal.
La iniciativa PACI
En opinión del helvético WEF, el proyecto PACI debe ampliar alcances y ofrecer resultados.
PACE opera como plataforma para las compañías en desarrollo a las que ayuda a instrumentar programas anticorrupción y asesora en el monitoreo de este objetivo.
Sobre este punto, Transparencia Internacional agrega –con base en los resultados de su Reporte sobre la Corrupción Global 2009- que aquellas empresas que tienen en marcha programas de ética suelen registrar 50% menos incidentes de sobornos y otras formas de delito por corrupción.
Programas que son aplicables a empresas de todas las tallas y que, según concluye el WEF, permiten reducir hasta 10% el costo de los negocios que realizan las compañías que a nivel internacional destinan en promedio un “diezmo perverso” a la obtención de negocios.
Por Andrea Ornelas from swissinfo.ch 14/12/2010
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