Reacción ante la subida de los precios.
Ante la disparada de los precios de muchas verduras, que se han convertido en
el plato más caro de cualquier menú en Argentina, incluida las carnes, la
secretaría de Defensa del Consumidor del gobierno de Cristina Fernández viuda de
Kirchner no ha tenido mejor idea que decretar la 'guerra' al
tomate y otras especies fruto hortícola.
Un comunicado oficial recomienda a los argentinos, con un paladar siempre
inclinado a la cocina italiana: "Para acompañar las pastas, en lugar de
salsa de tomate podemos preparar una salsa blanca o de crema", o sea la
típica y afrancesada salsa besamel.
La nota de la secretaría, que pertenece al ministerio de Economía, enfatiza
en que se debe "sustituir el tomate en nuestras comidas" y
sugiere, además, que "en las ensaladas, en lugar de tomate, podemos incluir
zanahoria, remolacha...", es decir, ensaladilla rusa.
"Junto con asociaciones de defensa del consumidor recomendamos utilizar otros
alimentos", insiste y señala que la patata, zanahoria, remolacha, boniato,
cebolla "se encuentran a muy buen precio y son ideales para
preparar comidas muy nutritivas, fáciles de hacer y para todos los gustos".
La subsecretaría no se ha priva de colgar en su página web las
recetas de salsas besamel y de nata, así como de las ensalada rusa y
natural. "Son de fácil elaboración y agradecemos a las amas de casa que nos
envían sus ideas y experiencias en la cocina", sostuvo.
La secretaria de Defensa del Consumidor, María 'Pimpi' Colombo, que fue
fundadora del sindicato de amas de casa, ya ha difundido otras ideas polémicas
contra la inflación de los alimentos, que en muchos casos llegan al 30% anual.
Por ejemplo, recomendó a los argentinos que amasen pan casero
en vez de comprarlo en panaderías a 2,10 euros el kilo.
Escándalo para el bolsillo
La escalada de precios ha dado lugar a situaciones inéditas para un país como
Argentina, productor de alimentos. Por ejemplo, asar en casa una barbacoa verde
para dos comensales -nada especial: un kilo de pimientos, calabacín,
berenjena, patata y cebolla- cuesta 75 pesos. O sea, 10,7 euros al
cambio oficial, divulgado por la Casa Rosada pero casi inexistente, y seis euros
al cambio negro o paralelo, al que suelen acudir los turistas.
En cambio, una barbacoa de carne de vaca -normalita: un kilo de
costilla, vacío, chorizo, morcilla, riñón y molleja-, puede salir por 65
pesos. Es decir 15% menos que el menú verde.
Hay vegetales con precios de escándalo para el bolsillo de la gran mayoría de
los argentinos. En el último cuatrimestre, el tomate ha subido 70% y el
pimiento, 50%.
Al consumidor final se ofrecen a 40 pesos el kilo (5,7-3,2 euros) y 50 pesos
(7,14-4 euros), respectivamente, precios mayores a los del "churrasco" y
"entraña" vacunos.
Juan Ignacio Irigaray | Buenos
Aires Actualizado sábado 12/10/2013
08:35 horas
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