Alejandro III de Macedonia, más conocido como Alejandro Magno, construyó en sólo 13 años uno de los mayores imperios de la humanidad: conquistó el imperio Persa y se hizo con un dominio que se extendía por la Hélade, Egipto, Anatolia, Oriente Próximo y Asia Central, llegando a conquistar parte de la India. Era el hombre más poderoso de la tierra, pero en el año 323 a.C, cuando le faltaba poco más de un mes para cumplir 33 años, murió víctima de una extraña enfermedad y en unas circunstancias muy oscuras. Su fallecimiento es una incógnita histórica de primera magnitud.
Sabemos, gracias a los textos del historiador griego Diodoro, que el 2 de junio, 12 días antes de su muerte, Alejandro participó en un banquete organizado por su amigo Medio de Larisa, en el palacio de Nabucodonosor II, en Babilonia. Tras una noche de borrachera, en la que Alejandro bebió un enorme bol de vino en honor a Hércules, el emperador cayó gravemente enfermo. Diodoro cuenta que Alejandro padeció fiebre alta, escalofríos y cansancio generalizado, unido a un fuerte dolor abdominal, nauseas y vómitos. En unos días fue incapaz de andar y, más tarde, de hablar.
Su muerte provocó un colapso en el imperio y, con el tiempo, su desaparición. Alejandro no tenía ningún heredero legítimo: su hermano Filipo Arrideo era deficiente, uno de sus hijos, Alejandro, nació tras su muerte, y el otro, Heracles, era bastardo y siempre fue cuestionada su paternidad. Para arreglar la situación, cuando los generales le preguntaron en su lecho de muerte sobre su testamento, no estaba presente el que era su más probable sucesor: Crátero, el comandante de la parte más grande de su ejército, la infantería.
El culebrón es tan grande como el imperio que dejaba. Los generales presentes dijeron que Alejandro había legado su imperio “al más fuerte” –krat’eroi, en griego–, lo que desató una enconada disputa sucesoria, aunque quizás lo que quería el emperador era nombrar sucesor a Crátero, cuyo nombre se pronuncia igual: Krater’oi.
¿Murió Alejandro Magno envenenado?
Se han elaborado decenas de teorías sobre lo que pudo causar la muerte al emperador. Hay quien cree que fue víctima de la malaria, la fiebre tifoidea o el virus del Nilo, aunque la hipótesis que siempre ha tenido más fuerza es la de que fue envenado. No es de extrañar. Los generales de Alejandro tenían un enorme poder –de hecho, sufrió varios motines antes de su muerte–, y eran capaz de cualquier cosa por tomar el mando. De hecho, todos los familiares y herederos del emperador fueron asesinados tras su muerte por orden de Casandro, uno de los generales que aspiraba al trono.
Aunque la hipótesis del envenenamiento, de quienes muchos culpan también a Casandro, tiene mucho sentido, es difícil de demostrar. Hay que tener en cuenta que la mayoría de venenos que se usaban en la Antigüedad, como el arsénico, el heléboro o la estricina tenían un efecto casi inmediato.
¿Qué sustancia podría haber matado a Alejandro con casi dos semanas de agonía?
Un nuevo estudio, dirigido por el toxicólogo del Centro Nacional de Venenos de Nueva Zelanda Leo Shep y publicado esta semana en la revista Clinical Toxicology, apunta a que Alejandro fue envenenado con Veratrum album, más conocido como ballestera o eléboro blanco, una planta de las familias de las liliáceas que crece en el centro y sur de Europa.
Se sabe que los griegos conocían las propiedades de la planta y la usaban como tratamiento para inducir el vómito, pero también era capaz de provocar una muerte lenta y dolorosa, como la que padeció Alejandro Magno, al administrarse en dosis mayores.
"El envenenamiento por Veratrum se da a conocer por la aparición repentina de dolor epigástrico y retroesternal, que también puede estar acompañado de náuseas y vómitos, seguidos de bradicardia e hipotensión con debilidad muscular severa. Alejandro sufrió características similares", asegura el estudio toxicológico.
En declaraciones al The New Zealand Herald, Shep ha asegurado que, pese a que el veneno que describe era conocido en la Antigua Grecia, y encaja perfectamente con la versión de la historia narrada por Diodoro, nunca sabremos con certeza qué provocó la muerte del emperador. Su teoría, en cualquier caso, es que alguien que buscaba ver al emperador muerto elaboró una bebida fermentada con la planta venenosa y la mezcló con vino para ocultar su sabor amargo. El sabor tuvo que ser raro, pero el emperador, asegura el toxicólogo, debía ir muy borracho a esas alturas. Como para darse cuenta de que estaba cavando su tumba...
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