Analizaron cerca de 5.000 chasquidos que los orangutanes hacen con los labios. (Thinkstock)
Un estudio revela que son capaces de hablar del pasado y del futuro a sus crías con el objetivo de protegerlas
Ya nadie habla del presente. El ser humano se llena la boca alardeando de lo que ha hecho y presumiendo de lo que es capaz gracias a que es suficientemente inteligente como para hablar del pasado y del futuro, aunque estos escenarios sean intangibles eimpredecibles al 100%. En concreto, hablar de cosas que no están aquí ahora recibe el nombre de “referencia desplazada” y es una habilidad comunicativa que está al alcance de pocos privilegiados.
Según un estudio publicado el pasado mes de noviembre en la revista especializada Science Advances, entre las especies que viven más allá del “aquí y ahora” figuran, además de los humanos, los orangutanes o Pongos, un género de primates que vive en los bosques tropicales de las islas de Borneo y Sumatra, en Indonesia, y que comparte con el ser humano el 97 % de su ADN.
Estudios anteriores prueban que se trata de criaturas con una inteligencia notable, ya que tienen una memoria a largo plazo parecida a la de la especie humana, utilizan de forma rutinaria una gran variedad de herramientas sofisticadas para alimentarse y son capaces de construir nidos para dormir elaborados cada noche a partir de hojas y ramas de los árboles, entre otras habilidades.
No obstante, el trabajo publicado ahora, elaborado por dos investigadores de la Escuela de Psicología y Neurociencia de la Universidad de St. Andrews (Reino Unido), atribuye a estos primates una habilidad más, que debe sumarse a las mencionadas anteriormente: la de hablarles del pasado y del futuro a sus crías y la de ellas de entenderlo. Algo que, según los autores, tiene como única y más importante finalidad proteger y proporcionar un mayor aprendizaje a las crías.
Para la elaboración del estudio, los expertos sometieron a un grupo de orangutanes hembras y a sus crías de la selva de Ketambe, en Sumatra, a una situación que, teóricamente, debía causarles mucho estrés: la aparición, por sorpresa, de un tigre. Los primates yacían en las copas de los árboles cuando el felino, interpretado por uno de los investigadores tapado con una manta estampada con un animal printsemejante al de un tigre, entró en escena.
La respuesta de los orangutanes sorprendió en gran medida a los expertos, ya que, lejos de oírse gritos de alerta, se creó un silencio sepulcral al aparecer el animal y lo único que hicieron las madres fue ascender sigilosamente con sus crías hasta las zonas más elevadas de los árboles. Buscaban refugio y pasar desapercibidas, con lo que permanecieron mudas hasta que la amenaza se esfumó.
Acto seguido, las madres rompieron el silencio y lo primero que hicieron es comunicarse con sus crías y explicarles lo que había ocurrido, hecho que denota que los orangutanes son capaces de relatar historias sobre algo no presente. Que algunos de los grandes simios educados en cautividad pueden hablar de cosas pasadas o futuras ya se sabía, pero nunca se había observado un comportamiento igual entre ejemplares salvajes.
En referencia a ello, los expertos exponen que, a diferencia de otros grandes simios como por ejemplo los bonobos, los gorilas o los chimpancés, los orangutanes, tras dar a luz a sus crías, pasan años aislados con ellas, algo que impide a los pequeños aprender de otros miembros de su misma especie que no sean su madre. Por ello, los investigadores sugieren que los orangutanes suplen esta carencia mediante la “referencia desplazada”, lo que les prepara para enfrentarse a futuras amenazas.
“Los otros simios aprenden con más miembros del grupo, viendo e interactuando con ellos, lo que proporciona más oportunidades de aprender, que en el caso de los orangutanes se ven más reducidas. Si la madre no reacciona ante una situación así, se ven reducidas las oportunidades de aprendizaje”, apunta en este sentido Josep Call, uno de los autores del trabajo.
A día de hoy, los orangutanes solo se pueden encontrar en las selvas tropicales de Sumatra y Borneo, en Indonesia. Al igual que las cuatro especies de grandes simios, estos están catalogados como “En Peligro Crítico” en la Lista Roja de la UICN y su preocupante estado de conservación se debe, principalmente, a la pérdida de hábitat derivada de la cada vez mayor producción de aceite de palma, el aceite vegetal más utilizado en el mundo. Asimismo, el comercio ilegal y la caza furtiva también amenazan gravemente el devenir de estos simios.
Artículo científico de referencia:
Lameira, R; et al. Time-space–displaced responses in the orangutan vocal system. Science Advances, 2018. DOI: 10.1126/sciadv.aau3401.
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