Autoridades de Naciones Unidas, jefes de Estado y agencias de inteligencia utilizan el IntactPhone desarrollado por la israelí Communitake Technologies.
Hace cerca de una década, un emprendedor israelí hizo dos apuestas. la primera por una compañía que asegura que puede piratear cualquier smartphone del mundo, y la otra por una firma que desarrolló un móvil prácticamente blindado. Hoy, esas dos compañías, a las que separa menos de una hora en coche por el corredor tecnológico del norte de Israel, lideran la oscura batalla entre la vigilancia y la privacidad.
NSO Group, que sigue gestionado por el emprendedor Shalev Hulio, alcanza ya una valoración de 1.000 millones de dólares (890 millones de euros), y gobiernos y agencias de inteligencia de todo el mundo usan su principal producto, Pegasus, para piratear smartphones de forma remota. A menudo, esos mismos gobiernos y agencias recurren también a Communitake Technologies, los diseñadores del robusto IntactPhone, para mantener sus propios secretos fuera del alcance de la tecnología de NSO.
Communitake se propuso en 2012 construir un teléfono que no pudiera piratearse
Cuando Hulio invirtió por primera vez en Communitake, la firma había desarrollado un código que podía acceder de forma remota a un teléfono y examinar su mecanismo interno. Communitake optó por una vía altruista: autorizó a grupos como BlackBerry y Nokia a utilizar la tecnología para que pudieran ayudar a los usuarios a reparar sus teléfonos de forma remota, y sólo si sus propietarios autorizaban el acceso.
Pero Hulio anticipó que habría un segundo mercado, el minado subrepticio de datos de los smartphones, que sería muy lucrativo, y realizó una inversión paralela en NSO, cuyo software funcionaba de forma similar, pero sin pedir consentimiento alguno. La comunidad de inteligencia no tardó en contactar con NSO. "Nuestra tecnología podría ser clave para prevenir un ataque terrorista", aseguró Hulio.
En el año 2012, Communitake y Hulio tomaron caminos separados. Communitake también cambió de rumbo, proponiéndose construir un teléfono que nadie, ni siquiera NSO, pudiera piratear. Pero la compañía no se promociona como la solución frente a NSO, aunque al menos un país que ha comprado el software de NSO Group ha equipado a sus autoridades con IntactPhones tras contrastar las dos tecnologías, según una persona al corriente del contrato.
Dispositivo Itactphone desarrollado por Communitake Technologies.
NACIONES UNIDAS
El IntactPhone lo utilizan autoridades de Naciones Unidas, jefes de Estado y, en un país que la compañía no dará a conocer, un fiscal nacional cuyo predecesor fue objeto de hackeo. El coste va desde unos pocos miles de dólares a millones. El plan más caro incluye servidores privados que generan claves de encriptado efímeras que cierran cada comunicación en una cámara sellada, y docenas de teléfonos que se distribuyen entre las autoridades gubernamentales.
La compañía recibió un empujón después de que la Autoridad de Innovación de Israel adquiriese una participación y ayudase a comercializar la tecnología en el extranjero, principalmente en EEUU y México. Ahora, está desarrollando una versión comercial con un teléfono diseñado para imitar la apariencia de un smartphone normal. Esto permitiría a la gente llevar un teléfono seguro sin llamar la atención.
La compañía está trabajando en una versión comercial que imite la apariencia de un 'smartphone'
Las líneas de combate se concentran en Israel, donde NSO y Communitake forman parte de una industria que incluye a compañías como Cellebrite, valorada recientemente en 600 millones de dólares, que desbloquea teléfonos encriptados para gobiernos, y Verint Systems, una compañía de cibervigilancia israelí de 3.700 millones de dólares cuyo software utilizan el FBI y organismos de seguridad europeos. Emplean a graduados de las divisiones de vigilancia del Ejército israelí. También se benefician del aura mística que rodea a sus agencias de inteligencia.
En el caso de firmas más pequeñas como Communitake, esto es un activo clave. Gartner escogió el IntactPhone frente a los dispositivos tradicionales y lo situó entre los cinco primeros por uso entre los gobiernos.
Pero las empresas de seguridad israelíes también tienen que superar la sospecha de que son frentes de las agencias de inteligencia israelíes. NSO y Communitake, por ejemplo, están reguladas por el Ministerio de Defensa, y sólo pueden comerciar con gobiernos o agencias aprobadas por las autoridades israelíes. Los estrechos lazos con el Gobierno israelí llevan a plantearse la cuestión de las puertas traseras -oficiales o no- en las tecnologías, y de por qué el Gobierno permitiría la venta con fines comerciales de un teléfono que no puede hackear.
Communitake explicó que para calmar esa preocupación, permite a los compradores examinar el código fuente de un teléfono y su estructura física. La compañía es precavida y no afirma que su teléfono sea completamente seguro. Si alguien vende un teléfono garantizando que no puede piratearse, probablemente mienta, advirtió Sasson . "Con algo así, se puede tener una seguridad del 95%. Nada es seguro al 100%".
MEHUL SRIVASTAVA / FINANCIAL TIMES
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