Imaginemos una inmensa red de comunicaciones eficientes, entre sus habitantes y con el entorno, que flota sobre una base: una altísima calidad de vida. Eso es una smart city. (Getty Images)
La tecnología y la sostenibilidad marcarán el futuro de las ciudades inteligentes, que contarán con mejores infraestructuras y avanzadas conexiones para un mayor desarrollo social, medioambiental y económico
Parques y campos de golf cubren como una gran alfombra el paisaje urbano. Los rascacielos inteligentes obtienen toda la energía del sol. En casa, no hay un solo interruptor de la luz ni un grifo porque todo funciona con sensores para ahorrar. Los residuos de la ciudad se absorben a través de tuberías subterráneas, donde se reciclan y queman para obtener combustible. A todas horas y en todas partes hay bicicletas estacionadas ordenadamente esperando un conductor. Escaleras mecánicas y semáforos se activan al detectar peatones cerca. No es una urbe de novela de ciencia-ficción ni una utopía. Es una ciudad real, al suroeste de Seúl, en Corea del Sur y se llama Songdo.
Considerada “la ciudad más inteligente del mundo”, es elegida por las familias pudientes de la zona que buscan tranquilidad, conexión a internet en cualquier rincón y una amplia oferta educativa de calidad. En 2022 se habrán invertido alrededor de 40 mil millones de dólares en la construcción de esta metrópolis, habitada ya por más de 120.000 habitantes y con un 40 % de sus 600 hectáreas en forma de zona verde. Pese a lo exclusiva, vivir en ella es hasta un 40 % más económico que en el exclusivo y famoso barrio de Seúl que dio nombre a la no menos famosa canción Gangnam Style.
En Masdar las viviendas se conservan frescas todo el día, a pesar del calor del desierto y un túnel de viento canaliza el aire fresco a través de las calles
A casi 7.000 kilómetros de Songdo, en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, está la ciudad de Masdar. Se está construyendo (estaría completada en 2025) sobre el desierto de Arabia. Las viviendas se conservan frescas todo el día, a pesar del calor; las calles se han diseñado para que siempre haya sombra donde cobijarse. Un túnel de viento canaliza el aire fresco a través de estas. No hay combustibles fósiles que den calor en Masdar. Por la ciudad, solo circularán vehículos eléctricos. Y justo en el centro, un gran Instituto de Investigación.
Tanto Songdo como Masdar pertenecen a la categoría de smart city o ciudad inteligente, aquella cuyo desarrollo urbano se basa en una sostenibilidad capaz de satisfacer, a la vez, necesidades de habitantes, empresas e instituciones, en aspectos operativos, económicos, sociales y ambientales. Una ciudad inteligente facilita la comunicación fluida de todos sus actores; la integración de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, la robótica y los sistemas inteligentes de transporte, y basa su estructura energética en las renovables. Imaginemos una inmensa red de comunicaciones eficientes, entre sus habitantes y con el entorno, que flota sobre una base: una altísima calidad de vida. Eso es una smart city.
Una smart city, ¿nace o se hace?
Que nadie piense que las smart cities están aún muy lejos de ser una realidad: son, ni más ni menos que la respuesta a una necesidad humana. La de la concentración en las grandes urbes. Cada vez más personas vivirán en ciudades, “6,7 billones en 2050, cuando la urbanización alcanzará el 70 %”, explica Carsten Menke, Responsable de Next Generation Research de la banca privada Julius Baer, que estudia opciones sostenibles de inversión para el futuro.
Según la ONU, si hoy hay 33 megaciudades con más de 10 millones de habitantes, en 2030 (diez años no son nada), habrá en el mundo 43. Un giro radical desde 1950, cuando los habitantes de las ciudades eran solo el 30 % de la población global. ¿Resultado? (Más) contaminación, congestión, escasez de opciones de vivienda y trabajo… Un mundo que ya no es sostenible.
En 20 años, más de 2 mil millones de personas migrarán a las ciudades. De 33 megaciudades con más de 10 millones de habitantes, pasaremos a 43
Al lado de estas futuristas smart cities de nueva creación, ¿qué hacemos con las grandes urbes ya existentes? “‘Aprovechar las infraestructuras que ya tienen y poner el énfasis en sus debilidades, como la contaminación, la congestión o las desigualdades sociales poniendo la tecnología al servicio de esto. Por ejemplo, sustituir el alumbrado público por luces de LED. O descongestionar el tráfico del centro urbano”, dice Menke. Hoy son ya 27 las ciudades que forman parte de la lista de smart más importantes del mundo, de un total de 5.550 ciudades con más de 100.000 habitantes, según un estudio de la Universidad de Glasgow. Londres, Singapur y Barcelona van a la cabeza. Y son las mejores porque usan la tecnología y los datos como arma para hacer frente a los desafíos económicos, sociales y ambientales de la ciudad.
De urbe centenaria a smart city ¿Cómo?
Viena y Zurich han estado haciendo los deberes durante años para ser smart cities y hoy encabezan el ranking de calidad de vida 2018 de la consultora Mercer. Y siguen con esa voluntad de cambio constante para mejorarla aún más, cada una con proyectos bien dibujados, como “Smart City Viena 2050”, una ciudad autosuficiente energéticamente y con sus emisiones a cero para ese año. O el “Zurich de los 2.000 vatios”, que quiere reducir el consumo de energía de la ciudad a 2.000 vatios/persona o disminuir las emisiones anuales de CO2 a una tonelada/persona para 2050.
La ciudad inteligente no es una meta, sino un camino continuo. Para iniciar la transformación hacia ella, hay que tener en cuenta las fortalezas y debilidades de cada ciudad; los factores demográficos, sus necesidades más acuciantes. Después, decidir qué smart city se desea tener. Y hacerlo paso a paso y con buena letra, con iniciativas específicas para cada caso. Una ciudad con población envejecida debería priorizar los servicios sociosanitarios. Una con un consumo energético ineficiente, pondría el acento en la sostenibilidad.
Es un proceso largo y nada fácil. Por eso es necesario un compromiso por parte de las administraciones, fuerzas políticas, empresas de suministro energético, servicios financieros o de transportes, y de la sociedad civil. “Las inversiones privadas serán la clave en los próximos años, teniendo en cuenta que las cuentas de gobiernos locales y centrales casi siempre están ya demasiado presionadas. Por ello es básico alinear los intereses de corporaciones privadas o inversores y autoridades públicas. Cada parte debe estar tan comprometida con el logro de los objetivos de los demás como lo están con sus propios objetivos”, explica Menke.
El estudio Future Cities de la firma bancaria Julius Baer examina cómo cinco ciudades icónicas (Ciudad de México, Berlín, Hong Kong, Dubai y Johannesburgo) están ideando soluciones creativas para mejorar la calidad de vida de sus propios ciudadanos y posicionarse como centros económicos de primera.
En México se están recuperando los ríos, que quedaron enterrados por el crecimiento urbanístico y las vías fluviales se están transformando en parques
Smart Dubai 2021 aspira a convertir la ciudad en un centro tecnológico mundial, invirtiendo en tecnología. Como primer paso, el wifi de alta velocidad debe llegar a todo el Emirato. Cada parte de la infraestructura de la ciudad (agua, distribución de residuos, edificios, semáforos…) deberá estar conectada a Internet. Esto fomentará servicios más eficientes y minimizará el desperdicio y las emisiones de CO2.
En México se están recuperando los ríos, que quedaron enterrados por el crecimiento urbanístico y las vías fluviales se están transformando en parques y se están recuperando las especies autóctonas y reduciendo la contaminación acústica del tráfico. En Johannesburgo, en Sudáfrica, el nuevo centro de desarrollo artesanal y tecnológico Victoria Yards está suponiendo toda una regeneración urbana.
El FIA Smart Cities Startup nace para apoyar e invertir en las compañías de tecnología más puntera soluciones de movilidad sostenibles
Como ejemplo de iniciativa más global, el FIA Smart Cities Startup, es una iniciativa creada por la Federación Internacional del Automóvil, Julius Baer y la compañía de fondos de inversión Digital Leaders Ventures, para identificar, apoyar e invertir en las compañías de tecnología más puntera soluciones de movilidad sostenibles para las ciudades inteligentes. La plataforma de lanzamiento para ello es el Campeonato de Fórmula E de la FIA, la primera serie de carreras para monoplazas totalmente alimentados por electricidad.
Barcelona y la apuesta de Julius Baer por las smart cities
Uno de los pilares para la transición hacia un mundo sostenible de smart cities es la inversión socialmente responsable (ISR), una nueva forma de invertir para obtener rendimientos competitivos a largo plazo, pero exclusivamente en compañías innovadoras y sostenibles, poniendo el foco en criterios medioambientales y sociales. Actualmente más del 50% de los clientes de Julius Baer ya utiliza o está interesado en inversiones sostenibles, que la firma ofrece desde 2006. Y dónde mejor que invertir de esta manera que en cualquier proyecto que contribuya al desarrollo de una ciudad inteligente, como Barcelona, tercera en el rankin de la Universidad de Glasgow.
Así, con la apertura de sus nuevas oficinas en la Ciudad Condal, Julius Baer apuesta por una smart city de primera para establecer su cuartel general en España. He aquí los motivos que justifican esa elección (los que hacen que Barcelona sea una smart, según la consultora de big data e inteligencia artificial Bismart):
Innovación en Internet of Things. Si esperas el bus en Barcelona, sabrás en todo momento cuántos minutos faltan para que llegue el siguiente gracias a los paneles inteligentes instalados en las paradas. El alumbrado público, de tecnología LED, se activa o apaga en función de si hay peatones, algo que supone un ahorro de unos 30 millones de euros en electricidad al año. En total, hay 19.500 sensores por toda la ciudad, que se han ido instalando desde 2012.
Wifi por todas partes. En Barcelona, es posible sentarse a trabajar con el portátil en parques, bibliotecas o plazas. Más de 250.000 personas se conectan al wifi gratuito cada mes. En 2013 extendió la longitud de su cable de fibra óptica por toda la ciudad. El próximo reto es ofrecer wifi en el metro o los autobuses.
Conexión de los ciudadanos. Como Barcelona es una de las ciudades con un uso más extendido de smartphones, se puede acceder a muchos servicios locales a través de una app, por ejemplo, para ayudar a los ciudadanos a aparcar o para encontrar el servicio más cercano que buscan. Monumentos, como el Parc Güell y eventos, como La Mercè también tienen su aplicación propia.
Tecnología punta. El 22@ o el Parc Tecnològic del Vallès son lugares donde se concentran algunas de las empresas más innovadoras y un tejido vivísimo de startups. Las zonas de coworking o trabajo compartido crecen como setas fomentando la unión de talentos y la creatividad. Barcelona tiene universidades técnicas de alto nivel y está bien comunicada.
Eventos tecnológicos cruciales. Algunos de los más importantes del mundo han sucedido en Barcelona, como el Mobile World Congress, el IoT Solutions World Congress y la Smart City Expo.
“La ciudad introdujo rutas de tráfico hace algunos años, reduciendo la congestión y las emisiones en el centro de la ciudad, o introduciendo el uso compartido de bicicletas y mejorando su red de autobuses. Además, el alumbrado público se sustituyó por un sistema de iluminación LED y un sistema equipado con sensores, más eficientes energéticamente. La ciudad ha mejorado el sistema de reciclaje de residuos gracias a los ‘contenedores inteligentes’ y ha ampliado su red de wifi gratuito. Por eso es atractiva para Julius Baer”, añade Carsten Menke.
Sobre Julius Baer
Julius Baer es el grupo suizo líder en gestión de patrimonios y una marca de prestigio en este sector a nivel global, enfocado en la prestación de servicios y asesoramiento a clientes privados exigentes. A finales de 2018, los activos bajo gestión ascendían a 382 millardos de CHF. Bank Julius Baer & Co. Ltd., el banco privado de renombre cuyo origen se remonta a 1890, es la principal empresa operativa de Julius Baer Group Ltd., cuyas acciones cotizan en la bolsa de valores suiza SIX Leader Exchange (símbolo bursátil: BAER), y que a la vez forman parte del Swiss Leader Index (SLI), compuesto por las 30 acciones suizas de mayor volumen y mayor liquidez.
Julius Baer está presente en más de 25 países y más de 60 ciudades. Con sede en Zúrich, disponen de oficinas desde Barcelona, Dubái, Fráncfort, Ginebra, Hong Kong, Londres, Luxemburgo, Madrid, Milán, Mónaco, Montevideo, Moscú, Mumbai, Singapur hasta Tokio. Su enfoque centrado en el cliente, su asesoramiento objetivo basado en la plataforma de productos abierta de Julius Baer, su sólida base financiera y su cultura de gestión empresarial les convierten en la referencia internacional de banca privada.
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