lunes, 30 de noviembre de 2020

El origen de los rituales navideños: ¿Por qué llevamos ropa interior roja o comemos 12 uvas?

Istock.


  • Existen diferentes teorías sobre el nacimiento de estas tradiciones
  • Todos los países tienen costumbres navideñas en forma de superstición
  • La tradición de llevar roja interior de color rojo se remonta a la Edad Media


El miedo a la enfermedad, la muerte o el peligro han hecho que la humanidad se arraigue, desde tiempos inmemorables, a la superstición; un fenómeno que se ha extendido por todo el mundo a través de las diferentes civilizaciones con un origen incierto. A pesar de que el físico y escritor Charles Panati aseguraba que las primeras supersticiones tuvieron su origen hace más de 50.000 millones de años A.C, con los Neanderthales y su visión del Más Allá, toda la certeza que hoy tenemos sobre ellas es que son creencias irracionales -e inevitables- para la mayoría de personas.

Además de las "creencias" que valen durante todo el año, como el trébol de cuatro hojas, la pata de conejo o cruzar los dedos, existen algunas supersticiones que tienen tachada su fecha en el calendario. Y en el caso de España, el último día del mes de diciembre, con la celebración de Nochevieja, hay dos que se han convertido en inquebrantable tradición. Tomarse las 12 uvas al ritmo de las campanadas o llevar ropa interior -o cualquier otra prenda- de color rojo son algunas de las costumbres nacionales que, de alguna forma, prometen un próspero y bien avenido año nuevo.

Pero, ¿por qué doce uvas y no cualquier otra fruta? ¿Y el color rojo? Hoy existen diferentes teorías que especulan sobre el nacimiento de estas tradiciones. Ambas con muchos años de recorrido. La costumbre de comerse doce uvas, una por cada campanada, a las doce de la noche el día 31 de diciembre es una tradición de origen español que se ha extendido a otros países hispanoamericanos como México, Venezuela, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Perú, Colombia, Puerto Rico, Nicaragua y Costa Rica.

Una de las explicaciones más aceptadas en torno a esta práctica data de 1880, cuando la burguesía española copió la tradición navideña francesa de hacer fiestas privadas en las que la alta sociedad tomaba uvas y champán. Ese mismo año, el ayuntamiento de Madrid prohibió las fiestas en la calle, por lo que los ciudadanos, a modo de mofa y protesta, decidieron reunirse en la Puerta del Sol -que aún estaba permitido) a comer uvas para burlarse de la tradición aristócrata.

La segunda teoría se ubica en el año 1909, en la que un exceso de cosecha de uvas blancas en Alicante provocó que las productoras hicieran una fuerte campaña de Navidad para vender el sobrante de este producto, con el gancho de la buena suerte. Así, la uva blanca Aledo se convirtió en un símbolo de Nochevieja y se popularizó la venta de las doce uvas.

Todo al rojo

Para esta tradición, la teoría más aceptada se remonta a la Edad Media. En una época en la que las prohibiciones eran frecuentes, especialmente para las personas de clase baja, no se permitía llevar atuendos de color rojo por estar relacionados con la brujería y los malos espíritus. Sin embargo, en esta misma época empezó a circular la idea de que, en invierno, cuando no había color en las calles y todo estaba teñido de blanco por la nieve, el color rojo era símbolo de vida, alegría y buena suerte. No obstante, como estaba prohibido llevarlo a la vista, las personas optaron por utilizarlo en la ropa interior, y así se popularizó la ya extendida tradición.

Formas 'internacionales'

Como pasa con casi todo, cada país cuenta con sus propias reglas y manías, o rituales para llamar a la buena suerte. No obstante, hay costumbres compartidas y no precisamente por cercanía, pues en Turquía, como aquí, también existe la tradición de celebrar la Nochevieja con ropa interior de color rojo para atraer la prosperidad del año entrante. Pero no siempre el rojo es sinónimo de buena suerte.

En países como Argentina, la prenda para tener un buen porvenir debe ser rosa; en Colombia, amarilla; y en México varía según lo que la persona quiera atraer: amarillo para el dinero y la suerte, y rojo para el amor. Pero no todo son colores en Nochevieja, también hay estampados. En Filipinas, por ejemplo, la costumbre es vestirse con prendas de lunares, ya que están asociados con el dinero y la prosperidad. Y en Puerto Rico, dejando a un lado los atuendos, tiran un cubo de agua por la ventana para deshacerse de los problemas del año fenecido y limpiar la calle para recibir al año nuevo con buenas energías.

Nuestros vecinos italianos, por su parte, atraen a la buena suerte a través del paladar, ya que uno de los platos que no falta en la mesa de fin de año son las lentejas. Una tradición heredada de la civilización romana, donde se regalaba una bolsa de cuero con lentejas para atraer la riqueza, y que en el país de la bota significa suerte y bonanza.

Los alemanes y austriacos también comparten tradición, y el último día del año funden plomo y lo dejan caer sobre un vaso, adivinando según la forma que aparezca en el mismo el futuro que les aguardará.

Cruzando el charco, también vemos históricos rituales para este día.Concretamente, en Estados Unidos se besan durante el primer minuto del Año Nuevo para asegurarse así que no les faltará el amor ni el afecto en el año entrante. Una costumbre que comenzó en la época de los romanos con la celebración del Festival de Saturnalia, donde todos los asistentes se besaban.


Madrid
 

REPORTAJE | El coste medioambiental de comprar por internet




La huella de carbono anual de Amazon en 2018 fue más alta que la de nueve de los 27 países de la Unión Europea




Encender el ordenador, abrir el navegador, hacer click y en pocos días —a veces horas—, lo que queramos, en la puerta de casa. La integración del comercio electrónico en el día a día ha vivido una aceleración como adlátere de la pandemia. El 62,6% de los españoles ha hecho uso de él en los últimos 12 meses, frente al 58% en 2019, según una encuesta del INE. Sin embargo, el daño medioambiental que supone el proceso que empieza con un click y acaba con un mensajero en casa, se incrementa notablemente con respecto al comercio tradicional, debido fundamentalmente a lo que en el sector conocen como la última milla. Según datos distribuidos por el gigante del comercio electrónico Amazon, su huella de carbono en 2018 fue de 44,4 millones de toneladas de CO2, mayor que la de nueve de los 27 países de la Unión Europea, si nos atenemos a las medidas difundidas por la Agencia Europea de Medio Ambiente o similar a la de todo el CO2 que emitió ese año toda la actividad de Cataluña, como recoge el informe que desgrana las emisiones por comunidades del think tank Observatorio de Sostenibilidad.

En Madrid, se entregan al día entre 350.000 y 400.000 paquetes, según Greenpeace, una cifra que se puede multiplicar por cuatro en fechas como el Black Friday. “Todo esto tiene un gran impacto sobre los objetivos de desarrollo sostenible y el primero sobre las emisiones de CO2, por supuesto″, concreta Fernando Prieto, director del Observatorio de Sostenibilidad y doctor en Ecología. Pero no solo eso, el peso total de la distribución de mercancías en una ciudad como Madrid supone el 38% del peso total del tráfico urbano, según un informe de la patronal de fabricantes y distribuidores AECOC. Ese informe también contiene que el transporte urbano genera sobre la economía un daño comparable al 2% del PIB, “por el impacto de los atascos y la contaminación”, precisa María Tena, gerente del área de transporte y logística de la patronal. Tena añade que “solo el 22% de la población es consciente” del daño medioambiental del comercio en línea.

Todos los actores implicados en el proceso coinciden en que la última milla, es decir, el trayecto desde el centro de distribución a cada uno de los hogares, es el punto en el que el comercio electrónico multiplica sus emisiones con respecto al comercio tradicional. “Lo más importante es que se produce una dispersión de los envíos”, describe Rafael Pérez del Monte, director de calidad y responsable de Medio ambiente de la división española de DHL, la empresa líder mundial en logística. Pérez del Monte añade que los intentos de entrega fallidos porque el comprador no se encuentra en casa “supone asumir costes e incrementar el impacto ambiental de la actividad porque supone desplazamientos adicionales”. Aunque el mayor número de emisiones se da en los desplazamientos de largo recorrido que se hacen en barco o avión, trayectos que son comunes al comercio tradicional.

“Una de cada tres cosas que compramos la devolvemos, con lo que esto también genera más tráfico”, añade Celia Ojeda, responsable de la campaña de Consumo de Greenpeace, circunstancia que, según la patronal AECOC, convierte a España en el cuarto país en tasa de devoluciones de Europa. Estas devoluciones son muy habituales a la hora de comprar ropa: “Muchos clientes compran varias tallas de lo mismo asumiendo que lo van a devolver de antemano”, concreta el portavoz de la empresa de transportes DHL, con lo que queda asegurado que se multiplican los trayectos de la última milla desde el momento de la adquisición.

También está el hecho de la incitación al consumismo “porque es muy rápido hacer click y obtener el producto de manera instantánea”, según Ojeda, lo que hace que “se compren cosas que no se necesitan”. Greenpeace añade a los programas de entregas exprés o prime como parte del problema.“Para que un paquete llegue a las nueve de la mañana del día siguiente tienen que entrar en juego una gran cantidad de transportes para satisfacer ese deseo”, explica el doctor en Ecología Fernando Prieto.
Las emisiones de gases de efecto invernadero de algunos de los países europeos, comparadas con las de Amazon OLIVIA LÓPEZ BUENO

El embalaje es otra de los grandes déficits del comercio electrónico en su relación con el Medio ambiente. Los envoltorios de estos envíos ya representan el 30% de los residuos sólidos en Estados Unidos, según la Agencia de Protección Ambiental del país. “Muchos de estos productos vienen de fuera y esos residuos no entran en la corriente de residuos normales sujeta a determinados tipos impositivos”, agrega Fernando Prieto. El cartón de los envíos se recicla, no así el plástico que “sigue estando presente en esos embalajes y el reto es encontrar materiales que igualen las prestaciones de manera lo más medioambientalmente sostenible posible”, según Pérez del Monte, directivo de DHL. Greenpeace propone que la paquetería sea retornable, que sea adecuada al tamaño del producto para optimizar el número de envíos que se pueden hacer en cada medio de transporte y reducir los plásticos de los mismos, entre otras medidas para paliar el problema del embalaje.
Soluciones

Empresas implicadas en el comercio electrónico, como DHL, se han marcado como objetivo un saldo de emisiones cero para 2050. Actualmente, el transporte es el responsable del 14% de las emisiones según un informe del propio gigante logístico. Para lograr el objetivo, la empresa está agregando vehículos eléctricos a su flota para la última milla o el aumento de red de taquillas y puntos de conveniencia, en los que el repartidor deja todos los envíos correspondientes a una zona determinada y así el comprador se puede desplazar a pie a recogerlos. “La renovación de la flota es fundamental”, asegura el responsable de Medio ambiente de la compañía en España, que pide que haya fondos europeos que permitan desarrollar vehículos que no emitan CO2 y que su comercialización se popularice. Fernando Prieto del Observatorio de Sostenibilidad, añade a estas soluciones impuestos con los que el consumidor pague por estas emisiones del comercio electrónico porque “de esta manera serían mucho más caros estos productos” y el comercio de proximidad podría competir con ellos.


HTTPS://ELPAIS.COM/TECNOLOGIA/2020-11-27/AMAZON-EMITE-MAS-CO2-A-LA-ATMOSFERA-QUE-NUEVE-DE-LOS-27-PAISES-DE-LA-UE.HTML

Los nuevos comportamientos tecnológicos sobrevivirán a la pandemia

 

La tecnología permite, entre otras cosas, videoconferencias de trabajo (MarcosMartinezSanchez / Getty)


Bienvenidos al futuro, pero no a 2021, como cabría esperar, sino a 2025, o incluso a 2030, dependiendo de a quién se le haga la pregunta. La adopción de nuevos comportamientos tecnológicos en respuesta a la pandemia (desde las videoconferencias hasta las compras online) significa que el uso ya ha alcanzado niveles que no se esperaban hasta dentro de muchos años.

”Los datos recientes muestran que hemos avanzado cinco años en la adopción digital por parte de consumidores y empresas en cuestión de unas ocho semanas”, declaró la consultora McKinsey en mayo de 2020. Y, por lo que hace a las compras online estadounidenses, el progreso ha sido aun más rápido: “el crecimiento de diez años en tres meses”. Netcomm, un consorcio de minoristas italiano, dice que las compras en ese país, un rezagado en el comercio electrónico, han sido testigo de un “salto evolutivo de diez años” hacia lo digital.

En el sector bancario, los expertos consultados por The Economist estiman que la proporción de transacciones sin dinero físico ha aumentado en todo el mundo hasta niveles que esperaban alcanzar en un plazo de dos a cinco años. En medicina, un médico británico dijo a The New York Times que el Servicio Nacional de Salud había experimentado una década de cambios en el plazo de una semana, al pasar los médicos a las consultas remotas.

Llamémoslo tecceleración. En todos esos casos y en muchos otros, la pandemia ha acelerado unas tendencias de adopción tecnológica ya existentes. Las compras ya se desplazaban de modo sostenido hacia el online, los pagos se digitalizaban poco a poco, el aprendizaje online se hacía más frecuente, más gente trabajaba desde casa al menos una parte del tiempo... Ahora, en muchos países la gente se ha visto catapultada de golpe a un futuro en el que todos esos comportamientos están mucho más extendidos.

Muchos establecimientos tradicionales, que ya se encontraban en dificultades, se han visto obligados a declararse en quiebra

Ese cambio repentino ha sido doloroso. Muchos establecimientos tradicionales, que ya se encontraban en dificultades, se han visto obligados a declararse en quiebra, incluidos nombres tan conocidos en Estados Unidos como J. C. Penney y Nieman Marcus. Con el cierre de las sucursales bancarias, las personas mayores que no estaban familiarizadas con la banca online han sido presa de estafadores. El cambio a la enseñanza virtual ha puesto de relieve la desigualdad en el acceso a la banda ancha y la propiedad de ordenadores entre los estudiantes.

Sin embargo, la transición también ha dado lugar a una rápida transformación en ámbitos (en particular, la salud y la enseñanza) históricamente resistentes al cambio. El experimento forzoso de los confinamientos masivos ha contribuido también a desestigmatizar la enseñanza virtual y el teletrabajo puesto que ha demostrado que, con el equipo y el apoyo adecuados, sí que pueden funcionar a gran escala. Es una buena noticia.

¿Cuándo volverán las cosas a su cauce?

La gran pregunta para el 2021 es: ¿cuándo volverán las cosas a su cauce? Está claro que el mundo no va a volver a su estado prepandémico. Muchos grandes almacenes han cerrado. Las abuelas italianas han descubierto las alegrías de las compras online. Los teletrabajadores no tienen ninguna prisa por volver a sus desplazamientos diarios al trabajo.

Sin embargo, no se mantendrán todos los comportamientos del confinamiento de 2020. Los estudiantes y profesores están deseando volver a la enseñanza presencial. Los trabajadores echan de menos la camaradería de la oficina. Así que algunos comportamientos nuevos se mantendrán, pero no todos, y el resultado se situará en algún punto intermedio. El punto exacto tendrá enormes implicaciones: para las pautas de transporte, los precios de las propiedades y el ordenamiento de las ciudades, entre otras cosas.

El resultado más probable es un futuro híbrido que mezcle el trabajo a distancia y el presencial

Según informa McKinsey, en 2022, el 15% de los ejecutivos que participaron en una encuesta internacional calcula que permitirán a una décima parte de sus empleados teletrabajar dos o más días a la semana, y el 7% está dispuesto a permitir esa modalidad tres días a la semana. Ahora bien, esas medias globales ocultan grandes variaciones. En Gran Bretaña y Alemania, un 20% de los encuestados está satisfecho con que al menos uno de cada diez trabajadores teletrabaje dos o más días a la semana; en China, la cifra es sólo del 4%.

Y, entre los ejecutivos de compañías tecnológicas, la proporción se sitúa en el 34%, frente al 22% anterior a la pandemia. Las empresas tecnológicas y de servicios financieros pueden funcionar más fácilmente sin trabajadores en las oficinas corporativas; pero, incluso en los sectores donde el trabajo remoto es posible, el resultado más probable es un futuro híbrido que mezcle el trabajo a distancia y el presencial.

El futuro es ahora

Algunas empresas (como las que prestan servicios en la nube, o los dispositivos que permiten el teletrabajo) saldrán reforzadas, otras (como los minoristas tradicionales) sufrirán, muchas fracasarán por completo. Sin embargo, hay de nuevo un resquicio de esperanza, ya que esos cambios abren nuevos terrenos para la innovación.

Ya hay grandes y pequeñas empresas ideando nuevas herramientas para mejorar la experiencia del trabajo, la colaboración y el aprendizaje remotos; para apoyar nuevos tipos de comercio minorista sin contacto y con cita previa; y para proporcionar nuevas formas de experiencias sociales online, desde las conferencias virtuales hasta el turismo virtual. No hay vuelta atrás al pasado que existía antes de la pandemia. Y, en vez de eso, la Covid-19 ha lanzado el mundo hacia un futuro muy diferente.


© 2020 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved.

De The Economist, traducido para La Vanguardia, publicado bajo licencia. El artículo original, en inglés, puede consultarse en www.economist.com.

Traducción: Juan Gabriel López Guix

  

domingo, 29 de noviembre de 2020

Los hombres más sexis ya no son solo blancos

 


Los actores Idris Elba, Michael B. Jordan y Denzel Washington.CORDON



La elección de Michael B. Jordan como el más atractivo del mundo confirma la tendencia de que la belleza no entiende de razas, aunque se trate de un hecho reciente y todavía por normalizar



Hace casi 30 años una portada de una revista para adolescentes protagonizada por Michael Jordan y Naomi Campbell proclamaba: “Lo negro es bello”. Fue en 1992, y tanto el jugador de baloncesto como la modelo negra más exitosos de todos los tiempos marcaban un hito en un mundo, el de la moda y la publicidad, donde las personas de otras razas no tenían apenas cabida. Hace una semana la revista People publicaba su lista de los hombres más sexis, y el actor Michael B. Jordan la encabezaba. El hombre más atractivo del mundo es negro. Un honor que en otros tiempos ostentaron celebridades masculinas como Mel Gibson, que inauguró esta lista en 1985, Tom Cruise, Patrick Swayze o Keanu Reeves. 

Un título que una vez fue otorgado a una pareja, la formada por Richard Gere y Cindy Crawford, en 1993, pero que siempre se daba a famosos blancos. Eso ha cambiado, y en los tiempos del Black Lives Matter el Brad Pitt del momento (Pitt fue elegido en 1995) es un afroamericano que protagoniza taquillazos como Creed o Black Panther. Sin embargo, el intérprete, de 33 años, no ha sido el primero, e ilustres afroamericanos de Hollywood fueron los que abrieron un camino aún muy corto. No han faltado las críticas a la revista por cumplir con lo políticamente correcto. Otros, en cambio, echan de menos en la lista a otros afroamericanos y a hombres de otras razas, como asiáticos o de ascendencia árabe, así como gais.

Michael B. Jordan ha confirmado con su flamante título de “hombre vivo más sexy del mundo” una tendencia que se viene repitiendo en una distinción que puede parecer superficial pero que sirve de termómetro de cuestiones sociales, culturales y hasta políticas. Es el cuarto afroamericano en los últimos cinco años en encabezar el ranking, pero en 32 ediciones solo ha habido cinco hombres negros en ser galardonados. El actor ha sucedido al cantante John Legend, ganador en 2019, y a otro intérprete, Idris Elba, que fue el más sexy en 2018. 

Dos años antes, el rotundo Dwayne The Rock Johnson fue el primero de la lista. Pero desde 2016 hacia atrás, hay que remontarse nada menos que 20 años para encontrar al último hombre negro en conseguirlo. Fue Denzel Washington en 1996, un galán que no solo rompió la barrera racial en las listas de los más atractivos, sino también en la gran pantalla con papeles aclamados por la crítica normalmente interpretados por blancos, como el del abogado de Tom Hanks en Filadelfia. Tras 11 años de referentes de belleza masculina blancos, People apostó finalmente por la diversidad.


Drake, Jesse Williams y Mahershala Ali.CORDON


En tiempos de Denzel Washington estas estrellas globales se contaban con los dedos de la mano. Junto a él triunfaba Will Smith y el resto de los famosos negros quedaban ceñidos al deporte o a la música rap. Hoy acompañan a Michael B. Jordan o a Idris Elba algunos de los actores más cotizados como John Boyega o Mahershala Ali.

En la industria musical, los hombres más exitosos que ha exportado Norteamérica en este siglo son afroamericanos. Los números de Kanye West, Drake, 50 Cent o P. Diddy demuestran que algo ha cambiado. Un salto en el camino a la igualdad impulsado por los ocho años de presidencia de Barack Obama y que ahora, con el movimiento Black Lives Matter y la victoria de Joe Biden parece dar un paso más. Varias webs en Estados Unidos han publicado encuestas preguntando qué otros negros populares deberían ganar el título de hombre más sexy, y el resultado ha ofrecido nombres como el de Michael Ealy (Fast and Furious), Jesse Williams (Anatomía de Grey), John David Washington (Infiltrado en el KKKlan), Drake o el propio expresidente Obama. Algunos de ellos son mestizos, prueba de que la reclamación del público no se ciñe a una mayor presencia de rostros afroamericanos sino también de otras etnias y tendencias sexuales.

Curiosamente el ganador de 2020 es una celebridad muy comprometida con la cuestión racial en Estados Unidos. Michael B. Jordan ha estado centrado, especialmente durante los meses más duros de la pandemia, en participar en obras sociales enfocadas a la población más vulnerable. Se unió a la compañía GOAT para recaudar fondos para una organización sin ánimo de lucro que promueve la vida saludable y el bienestar entre las mujeres y niñas afroamericanas.

La intención de Jordan es influir para que cambie la narrativa sobre el racismo en la industria del cine. Este verano participó en una acción de la ONG Color of Change para de algún modo entrenar a los grandes ejecutivos de Hollywood en cuestiones como la sensibilidad para tratar a los distintos grupos raciales y sus realidades y que, por ejemplo, los personajes negros se representen de una forma auténtica. Con ese contexto no parece que su elección como hombre más sexy se haya debido únicamente a su aspecto físico. De hecho, el director de People declaró en televisión que el criterio de la revista incluye la personalidad tanto como el atractivo sexual.


https://elpais.com/gente/2020-11-27/los-hombres-mas-sexis-ya-no-son-solo-blancos.html

Qué es la "deuda de tiempo" y por qué, para salir de ella, primero debes pagarte a ti mismo

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¿Te estás ahogando en "deudas de tiempo"?



Si le hubiéramos pedido una entrevista a James Clear es probable que hubiera declinado amablemente la invitación.

El autor del bestseller "Atomic Habits" y responsable de una newsletter semanal con 650.000 suscriptores, Clear tiene las entrevistas en la columna de "deudas de tiempo".

Y esto, según su filosofía, le robaría uno de sus activos más valiosos.

Básicamente, la deuda de tiempo es cualquier cosa te comprometa a realizar un trabajo inevitable en el futuro.

El ejemplo más claro de esto, dice, es hacer mal las cosas la primera vez.

Si olvidas algo importante de tu lista de la compra cuando estás en la tienda, es probable que tengas que volver al supermercado en un horizonte no muy lejano.

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El correo electrónico es una deuda de tiempo en la que la mayoría de la gente participa cada día.

Otro ejemplo de deudas, dice, es el correo electrónico.

Enviar uno implica que te comprometes a leer la respuesta y a responder más tarde.

Son tareas que "te costarán tiempo adicional en el futuro" y es probable que dañen tu productividad y tu concentración.

"Esto no quiere decir que todas las deudas de tiempo sean malas. Quizás te guste servir en el comité de su escuela o ser voluntario en una organización local", explica el gurú en su blog.

"Sin embargo, cuando haces estos compromisos, también estás creando una deuda de tiempo que tendrás que pagar en algún momento. A veces vale la pena recortar el número de deudas que asumimos, pero otras veces no", dice.

Y es que para Clear el tiempo siempre ha sido un factor clave de éxito y, de hecho, su libro explica cómo hacer que juegue a tu favor. A favor de tu carrera, de tu salud o de tu vida personal.

Existen diversas estrategias que en lugar de robarte tiempo futuro, te ayudarán a ganarlo.

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La mayoría de las estrategias de productividad se centran en la eficiencia a corto plazo.

Es lo que se conoce como "activos de tiempo".

"Cada activo de tiempo que creas es un sistema que trabaja para ti día tras día", dice Clear.

Es como multiplicar el tiempo. Pero, ¿es eso posible?

Construyendo un sistema

Lo primero que hay que hacer es repasar nuestras tareas habituales y decidir en cuáles podríamos ahorrar tiempo si tuviéramos a mano la herramienta correcta.

En el caso de las páginas web, los FAQ o preguntas frecuentes, ahorran tiempo a las marcas al elaborar una lista con las dudas más habituales de los clientes.

Hoy casi no existe una web de servicios sin ella.

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Al crear un apartado con las preguntas más frecuentes, las empresas se ahorran tiempo en contestar una y otra vez las mismas preguntas de los usuarios.

Pero un ejemplo en la vida real podría ser llevar la ropa a la lavandería.

No tendrás que lavarla ni plancharla, lo que te ahorrará una cantidad ingente de tiempo (aunque no de dinero).

Hay 4 principios que pueden ayudarte a establecer un sistema que te haga ganar tiempo, en vez de deberlo:

1.- Priorizar

En esto es clave hacer las preguntas correctas, porque tener claras cuáles son las tareas que debemos completar primero nos ayuda a ganar tiempo de cara al futuro y a ser más productivos.

"Lo que no se puede medir, no se puede mejorar", decía el célebre escritor y consultor Peter Drucker.

Para ello es importante estar centrado y mantener la atención.

Según un estudio publicado en Reino Unido en 2014, el 36% de los encuestados perdía una hora de productividad al día revisando correos y redes sociales.

No dejes que te pase.

El método que más efectivo ha demostrado ser es el de la matriz de Eisenhower, un cuadro simple al que le pide que clasifiques tu trabajo entre lo urgente y lo importante.

ROGER VIOLLET

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El presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, era conocido por ser legendariamente productivo.

2.- Delegar

No tiene por qué ser en otras personas.

A día de hoy existen programas o apps que son capaces de hacer por nosotros algunas tediosas tareas.

Por ejemplo, la contabilidad.

Si cada día introducimos en un programa cuales han sido nuestros gastos, cuando llegue el momento de hacer la declaración no gastaremos una cantidad enorme de tiempo rastreando lo que hicimos en el último año.

3.- Decir que no

Antes de aceptar una nueva responsabilidad o un compromiso, hay que sacar la agenda y ver si realmente tenemos tiempo para aceptar lo que sin duda será una deuda de tiempo.

Por ejemplo, para Clear aceptar una entrevista supone comprometer tiempo a futuro, por eso no siempre lo hace.

El escritor propone ser "ser selectivamente ignorante".

"Ignora los temas que mermen tu atención. Deja de seguir a las personas que agotan tu energía. Abandona los proyectos que le quitan el tiempo", afirma.

Y sobre todo, nunca digas que sí a algo por obligación o que te comprometa en exceso.

Hay algunos compromisos para los que si querrás hacer tiempo como las actividades familiares, quedar con amigos o aprender cosas nuevas.

Pero también existen los compromisos que nos robarán tiempo y a los que tendremos que atender porque dijimos que si en el pasado.

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¿Sientes que se te escapa el tiempo?

4.- Tener conciencia del tiempo disponible

Si uno quiere ahorrar dinero, hace una lista de gastos mensual para evaluar donde podría recortar.

Con el tiempo pasa lo mismo.

Por eso es importante hacer una evaluación inicial de en qué se nos va el tiempo.

"Las deudas de tiempo se acumulan cuando uno no sabe que está dedicando más tiempo del que tiene o no está utilizando el tiempo sabiamente", explican desde el blog sobre productividad RescueTime.

"Por lo tanto, tiene sentido que, para cambiar esa tendencia, necesites una comprensión profunda de dónde se te escapa realmente tu tiempo".

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Anotar todo en una agenda nos dará idea de las cosas a las que dedicamos más tiempo.

Cómo arreglarlo

Pero cuando todo se nos ha ido de las manos, hay una regla que puede enderezarlo todo: "págate a ti mismo primero".

"La capacidad para usar adecuadamente el tiempo depende de estar saludable y feliz", dicen los expertos de RescueTime.com

En otras palabras, priorízate.

Esto significa reservar tiempo para descansar y recargar energías, desconectarse del trabajo y buscar pasatiempos y, sobre todo, equilibrar la vida laboral y personal .

De esta forma no acabará el día y sentirás que el tiempo se te ha escapado o que nunca tienes suficiente para las cosas que te gustan.


  • Cristina J. Orgaz @cjorgaz
  • BBC News Mundo
  • 28/11/2020
  • https://www.bbc.com/mundo/noticias-54801719