E.C.
Joe Biden ha mostrado desconfianza hacia el poder de las gigantes tecnológicas, a las que les esperan cuatro años más de control
Como candidato, Joe Biden arremetió contra Facebook por lo que consideró un fracaso a la hora de contener la difusión de desinformación. Su victoria en las elecciones le sitúa en posición para hacer algo al respecto.
Facebook, Apple, Google y otros gigantes tecnológicos se preparan para un control continuo de sus operaciones bajo la Administración Biden, donde seguramente se tendrán presentes cuestiones como la competencia, la innovación y la política de contenido de las plataformas de redes sociales, según directivos, analistas y académicos del sector.
Las empresas buscan indicios de la disposición de una Administración de Biden hacia el Artículo 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, que proporciona cobertura jurídica a las plataformas de internet por el contenido que publican los usuarios. Biden propuso a principios de año acabar con el blindaje de responsabilidad para los dueños de las plataformas.
“Biden estará bajo una gran presión para aplicar mano dura a las grandes plataformas”, dice Darrel West, alto miembro del Centro de Innovación Tecnológica del Instituto Brookings.
Un Congreso potencialmente dividido podría limitar los esfuerzos de Biden por perseguir cualquier reforma política. Expertos de la industria dicen que su Administración podría acudir a decretos o agencias federales para impulsar cambios en las empresas. El mes pasado, una comisión de la Cámara liderada por demócratas publicó un informe que analizaba cuatro de las principales compañías tecnológicas -Apple, Amazon, Facebook y Google- y el poder de mercado que poseen.
En un juicio independiente, los senadores interrogaron a los directores generales de Google, Facebook y Twitter en previsión de cambios en el Artículo 230.
Con un gobierno dividido, las ‘big tech’ han “evitado cierto riesgo legislativamente hablando”, explica Bradley Tusk, inversor tecnológico y director general de la incipiente firma de inversión Tusk Ventures.
Biden entrará en la Casa Blanca tras un cambio en la forma en la que las autoridades gubernamentales de EEUU ven Silicon Valley. Las mayores tecnológicas del país fueron acogidas una vez como motores económicos e historias de éxito nacionales, pero ahora los legisladores demócratas y republicanos observan su peso con desconfianza, y encuestas recientes indican que las personas que utilizan sus productos se sienten igual.
Al igual que el presidente Trump, Biden ha criticado el poder de mercado de las ‘big tech’ y ha declarado que apoyaría una supervisión antimonopolio más estricta, a pesar de que expertos de la industria afirman que esperan que el presidente electo se centre, al menos al principio, en combatir la pandemia del coronavirus, que identificó como prioridad en su discurso de vencedor.
Roger McNamee, uno de los primeros inversores de Facebook y crítico de las plataformas tecnológicas, dice que espera que la Administración Biden supervise el enfoque que tienen las empresas sobre competencia, protección de datos y seguridad del consumidor. También espera que el Ejecutivo refuerce la financiación de agencias como la Comisión Federal de Comercio y la División de Competencia del Departamento de Justicia, que podrían ayudar a respaldar las investigaciones regulatorias existentes sobre los gigantes tecnológicos.
Biden heredará la denuncia antimonopolio del Departamento de Justicia contra Google, que alega que la empresa utiliza prácticas anticompetitivas para conservar el monopolio de su motor de búsqueda insignia y negocios publicitarios relacionados. El director jurídico de Google, Kent Walker, declaró el mes pasado que la denuncia era muy deficiente. La campaña de Biden no ha querido hacer declaraciones al respecto.
Por otro lado, Facebook, Apple y Amazon se enfrentan a un control antimonopolio. Los directores generales de las tres empresas han defendido sus prácticas y han declarado que tienen rivales en sus respectivos segmentos.
Biden ha expresado preocupación acerca de los efectos que podrían tener las innovaciones tecnológicas como los vehículos autónomos en personas de clase media, y ha hablado abiertamente de utilizar leyes para obligar a negocios como Uber a reclasificar sus contratistas independientes como empleados. Los votantes de California aprobaron un proyecto de ley que eximía a Uber, Lyft, DoorDash y empresas similares de una ley estatal que requería que los conductores fueran clasificados como empleados, una acción que posiblemente siente las pautas para la regulación de los trabajadores colaborativos en todo EEUU.
Aaron Levie, CEO del creador de ‘software’ Box, declara que espera que mejoren las relaciones entre las ‘big tech’ y la Administración Biden. “Nos enfrentamos a una nueva era en la cooperación de la Casa Blanca con la industria tecnológica”, afirma.
Los primeros esfuerzos de las grandes tecnológicas por colaborar con el Ejecutivo liderado por Trump se torcieron con las restricciones a la inmigración
Levie, crítico de Trump, dice que no se ha escuchado la voz de las empresas tecnológicas en los últimos cuatro años en cuestiones como la inmigración, la privacidad del consumidor, la protección de datos o China. “No ha habido un diálogo significativo sobre estos temas”, declara.
Los primeros esfuerzos de las compañías tecnológicas y Trump por trabajar juntos se torcieron con la restricción a la inmigración dictada en las primeras semanas de su Administración. Los líderes tecnológicos estuvieron entre los primeros críticos de la ley de inmigración de Trump. El presidente y las personas designadas por él promulgaron una supervisión regulatoria a gran escala de las empresas tecnológicas, que incluía acusaciones de sesgo anticonservador ‘online’, investigaciones antimonopolio de los gigantes de internet y acciones contra aplicaciones de gestión china como TikTok y WeChat. La Administración ha destacado sus esfuerzos agresivos por mejorar el clima empresarial, incluido Silicon Valley, y por impulsar la creación de empleo.
La Casa Blanca mantenía una relación cordial con Silicon Valley cuando Biden servía como vicepresidente, y la Administración Obama optó por no presentar acusaciones antimonopolio contra Google y otras grandes firmas tecnológicas. La vicepresidenta electa y Senadora por California, Kamala Harris, tiene fuertes lazos con directivos de los gigantes tecnológicos estadounidenses.
Aun así, las empresas se enfrentan a importantes riesgos regulatorios, según analistas. En los últimos años, las tecnológicas han aumentado el gasto en ‘lobbying’ federal, y se espera que dicha actividad continúe en los próximos años, según apuntan los analistas. “Biden será más duro que Obama con la industria tecnológica porque el partido se ha movido hacia la izquierda en esa cuestión”, dice West, del Instituto Brookings.
Las tecnológicas esperan un recibimiento más cálido de la Administración de Biden en cuestiones como la inmigración, después de luchas contra Trump sobre las restricciones de la visa H-1B. El presidente electo podría deshacer ciertos cambios impulsados por la Administración Trump, a pesar de que los grupos empresariales dicen que puede que Biden favorezca políticas más estrictas respecto a las visas H-1B para fomentar la contratación de trabajadores que ya residen en EEUU para puestos muy solicitados.
El CEO de Okta, Todd McKinnon, dice que la empresa de gestión de identidad en la red ha trasladado parte de su investigación y desarrollo fuera de EEUU durante el mandato de Trump. Afirma que tiene esperanzas de que Biden facilite la contratación de talento extranjero.
Por
The Wall Street Journal
Sara E. Needleman
10/11/2020 - 20:58 Actualizado: 10/11/2020 - 20:58
https://www.elconfidencial.com/mercados/the-wall-street-journal/2020-11-10/silicon-valley-se-enfrenta-a-otro-presidente-que-aplicara-mano-dura-a-las-big-tech_2826627/