martes, 9 de febrero de 2021

El miedo a la ciberdelincuencia paraliza el sufragio electrónico en el mundo

 

Foto: Istock


  • En España se descartó su uso en 2017 y tan solo algunas CCAA lo han regulado



El voto electrónico es uno de los grandes objetivos de los Gobiernos de buena parte del mundo. Muchos de ellos han venido realizando pruebas a lo largo de las últimas décadas, pero la inseguridad jurídica que plantean ha hecho que se hayan ido ralentizando las decisiones de ponerlo en marcha con carácter general tanto a través del voto a distancia, deseado ahora en tiempos de pandemia, o a través de mesas electorales electrónicas, que recogen el voto mediante máquinas instaladas en los colegios electorales.

En la mayoría de países tan solo es posible votar sin acudir al colegio electoral correspondiente, mediante la emisión de la papeleta por correo ordinarios o de forma presencial en los consulados para residentes en el extranjero.

EEUU, India, Filipinas, Bélgica y Brasil tienen aprobado el voto electrónico con carácter regional y local, aunque no a nivel estatal. En el caso de Venezuela, las elecciones han sido denunciadas por multitud de países ante las graves sospechas de fraude en las mesas electrónicas. Y en Estonia, que es uno de los países más desarrollados, algunas regiones usan tecnología 'blockchain'.

Tímidos pasos en España

En España se han realizado diversas experiencias piloto desde 2004 en casi todas las elecciones, con mesas a través de mesas electrónicas. En 2017, el Gobierno descartó su implantación por miedo a la ciberdelincuencia. Poco antes Francia había denunciado pirateo masivo en su campaña presidencial.

En España han sido las comunidades autónomas las que han trabajado con mayor insistencia. Así, el País Vasco inició sus pruebas en 1998, siendo pionero en la regulación del voto electrónico. Para ello cuenta con su propio sistema de voto electrónico denominado Demotek, probado también en Cataluña. En 2004 se realizó una prueba para residentes en Argentina, Bélgica, EEUU, México y Chile.

Por su parte, en octubre de 2018 la Generalitat catalana aprobó un anteproyecto de ley para instaurar el voto electrónico para residentes en el extranjero en las elecciones regionales. Hace unos meses se ha vuelto a retomar el anteproyecto de ley de voto que se había paralizado tras la aplicación del artículo 155 ante los hechos sucedidos en el desarrollo del 'procés'.

En Galicia, en 2005, en las elecciones al Parlamento regional se efectuaron dos pruebas de voto electrónico con pantalla táctil.

En la Comunidad Valenciana, en las elecciones autonómicas de 1999, se desarrolló en Villena (Alicante) una experiencia con banda magnética en 39 mesas electorales. También, Andalucía ha realizado sus pruebas. Así, en 2004 se efectuó una prueba en el municipio de Jun (Granada) de voto electrónico por Internet.

Investigaciones en marcha

Otros países que han venido realizando pruebas para introducir el voto por Internet para ciudadanos que residen en el extranjero como Francia, Canadá o Suiza, aunque en este país se ha abandonado el sistema y se incide sobre votaciones a través de mesas electrónicas.

En esta misma línea se desarrollan las pruebas realizadas en Italia, Colombia, Ecuador, Panamá, México, Perú, Guatemala, Paraguay, Australia, Emiratos Árabes, Mongolia, Japón y Namibia. Todas estas pruebas dieron lugar a problemas técnicos y reclamaciones de fraude, por lo que su puesta en marcha definitiva, a parte de desigual sigue siendo lenta.

Rechazo legislativo

Los problemas técnicos han llevado a diversos países europeos a prohibir legislativamente su uso ante las dificultades para alcanzar una seguridad jurídica suficiente, como es el caso de Alemania, Finlandia, Holanda, Noruega y Reino Unido. Finalmente, en Kazajistán, tras varias pruebas, se determinó en 2011 no seguir empleando el voto electrónico por las sospechas de fraude muy extendidas que había entre la población.