- Casi la mitad del volumen de acciones se negocia 'fuera' del mercado
- Las apps como Robinhood trabajan con internalizadores que negocian así
La histeria por la compra de acciones de GameStop en el corazón de enero ha puesto de manifiesto, entre otras cosas, el creciente volumen de títulos que se negocian en los dark pools o 'salas oscuras', manera gráfica de referirse a los lugares de negociación fuera de las bolsas de valores públicas. A medida que se incrementa la actividad de los inversores individuales y se producen fuertes sacudidas de trading compulsivo como la ocurrida en torno al minorista de videojuegos, el mercado bursátil se va opacando.
Una prueba de este fenómeno lo arroja el dato de que algunos días, más de la mitad de las acciones que cambian de manos en EEUU se están negociando fuera de las bolsas. Esto sucedió por primera vez el pasado 23 de diciembre, tres veces en todo enero y de nuevo el pasado martes, cuando el volumen de negociación fuera del parqué alcanzó el 50,5%, un máximo histórico para un solo día de operaciones, según muestran los datos de Rosenblatt, recabados por The Wall Street Journal.
Se trata de una tendencia claramente al alza. Si antes de 2020, el porcentaje de lo que se conoce como dark trading se había mantenido por debajo del 40% durante años, en enero de este 2021 ya ha supuesto un 47,2% del volumen total de negociación frente al 39,9% del mismo mes del año anterior.
Este comercio de acciones 'en la sombra' no es nuevo. Durante años, los inversores institucionales han comprado y vendido acciones en estos dark pools o ámbitos privados. Sin embargo, detrás de este notable auge está la creciente afluencia de pequeños inversores, muchos de los cuales se han visto financieramente empoderados con las apps de trading sin comisiones como Robinhood en un contexto de restricciones por el coronavirus que les ha llevado a multiplicar su actividad al estar encerrados en casa.
Los brokers online que prestan servicio a estos inversores minoristas envían las órdenes de sus clientes a empresas de trading electrónico como Citadel y Virtu, que gestionan para ello unas plataformas denominadas internalizadores. De este modo, las órdenes se ejecutan de forma privada en lugar ser enrutadas hacia los mercados públicos, como el NYSE o el Nasdaq. Estas compañías pagan, a su vez, a los brokers online por el derecho a negociar las órdenes de sus clientes, una práctica que ha encontrado un auténtico aluvión con GameStop. Cabe señalar que los inversores obtienen mejores precios a través de esta vía que si sus peticiones se cursaran directamente a las bolsas.
¿De dónde surge el problema entonces? Tanto los internalizadores como los dark pools deben publicar los datos de cada operación después de ejecutarse, pero, a diferencia de lo que ocurre en la negociación abierta, ninguno de ellos está en el negocio de la fijación de precios, elemento clave para el mercado sepa cuánto vale una acción y como evoluciona su cotización.
Numerosos analistas temen que esta tendencia afecte a la transparencia de los mercados. Estas negociaciones en la sombra hacen que haya menos información pública disponible sobre los precios, lo que eleva el riesgo de que los traders paguen más y obtengan menos de lo que deberían. Justin Schack, socio de Rosenblatt, muestra su preocupación al WSJ: "¿Qué efecto tiene esto en la fijación de precios y en la calidad del mercado? ¿Estamos llegando a niveles que dañan a los mercados?".
De hecho, aunque una de sus ventajas son los precios más competitivos que ofrecen para los inversores minoristas, el mayor peso de los internalizadores puede perjudicar a otros actores del mercado. Cuando los inversores institucionales compran o venden acciones como Apple o American Airlines, con un importante porcentaje de inversores retail, sus costes de transacción son más del triple que en otros valores donde la presencia minorista no supera el 10%, según datos de la firma de análisis GTA Babelfish.
En su defensa, las empresas que operan en estos circuitos 'oscuros' aseguran que esto no supone un problema para los mercados y alegan que muchas de las acciones que se negocian más activamente en estos ámbitos tienen precios de unos pocos dólares, por lo que ese porcentaje de volumen de negociación fuera del parqué es menor si se mide en dólares en vez de en acciones. No obstante, aunque esto es así, dicho porcentaje alcanza también el 40%.