miércoles, 6 de julio de 2022

EEUU está ante la posible recesión más extraña de su historia

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  • Desde la Segunda Guerra Mundial en todas repunta el desempleo
  • La Fed de Atlanta apunta a una nueva caída del PIB en el segundo trimestre
  • La Gran Renuncia puede estar detrás de este fenómeno



Cada vez parece más claro que la economía de EEUU ha caído en recesión durante el segundo trimestre del año, pero se está produciendo un fenómeno inusual. El mercado laboral sigue a todo trapo. En todas las recesiones desde la II Guerra Mundial, el desempleo repuntó con fuerza. Esta circunstancia tiene difícil explicación, pero todo apunta a que la Gran Renuncia tiene algo que ver.

La recesión técnica está definida por dos trimestres consecutivos de caídas del PIB. Los manuales de Economía señalan que, además, de un descenso en la producción, también viene acompañada por un incremento del desempleo. Por lo menos, en la doce recesiones que ha experimentado EEUU desde la II Guerra Mundial siempre ha ido de la mano las dos tendencias. Pero esta vez hay algo que falla, y que tiene una difícil explicación.

En el primer trimestre, el PIB de EEUU registró un descenso del 1,6% y en el segundo período todo apunta que la producción sufrirá una nueva caída. Según la Fed de Atlanta, el ritmo trimestral de descenso se situó en el 2,1% en su modelo de PIB a tiempo real. Sin embargo, el mercado laboral apenas se está inmutando.

Ante una crisis, lo primero que hacen las empresas es ajustas costes y la reducción de plantilla suele tener todas las papeletas. Sin embargo, la tasa de desempleo está cerca de mínimos en cincuenta años al situarse en mayo al 3,6%. Terminó 2021 en el 4%, justo cuando dice la estadística que comenzó la recesión en EEUU.

Más comunes son las salidas de recesión sin recuperación de empleo. La economía comienza a crecer, pero al mercado laboral le cuesta seguir la tendencia. Lo que es raro que las empresas sigan contratando y aumentando su plantilla, mientras la economía se contrae. Es verdad que el sector tecnológico, donde se está produciendo un fuerte ajuste financiero, si está ejecutando despidos. Pero en líneas generales, todos los sectores crecen en empleo.

Un mercado laboral fuerte

Mientras la gran pregunta es si la recesión se terminará prologando en el tiempo, el mercado de trabajo nunca ha presentado unas cifras tan sólidas. A finales de junio, solo 1,3 millones de estadounidenses estaban cobrando prestaciones por desempleo. La media, durante la pandemia, ascendía a 1,7 millones de beneficiados. Comparadas con otras crisis. La cifra es muy baja. En la caída de Lehman, el número de personas que solicitaron ayudas por desempleo ascendió a 6, 5 millones. En las dos recesiones anteriores, la cifra llegó a tres millones.

Gregory Mankiw, profesor de economía de la Universidad de Harvard, apunta a la explicación de que la recesión está siendo generada artificialmente por la Fed, por ello no tiene su reflejo en el empleo. "Me sorprendería si hubiera una recesión sin mucha pérdida de empleos, salvo que sea una muy pequeña para controlar la inflación", explica.

The National Bureau of Economic Research (NBRN) es el organismo encargado de certificar las recesiones en EEUU. En concreto, su Comité de Business Cycle Dating. Para la institución, la recesión es un concepto más amplio que el que recoge los manuales de dos caídas consecutivas de PIB. Tienen en cuenta una valoración más cualitativa y otros indicadores, incluido el paro. De hecho, en sus registros en 2001 se produjo una recesión, aunque no hubo retroceso de PIB. Y en 1960 también pese a que los ingresos reales crecieron protegiendo a las familias. Pero en ambos casos, hubo un significativo aumento del desempleo. De media, en recesión el paro se incrementa de media en un 3%.

"Vamos a tener un conflicto muy inusual entre las cifras de empleo y las cifras de producción durante un tiempo", comenta a The Wall Street Journal, Robert Gordon, profesor de Economía de la Universidad de Northwestern y miembro del NBER. Para el experto, el deterioro del mercado laboral se producirá con retraso si la recesión persiste. No hay que olvidar que tras la pandemia se ha producido el fenómeno de la Gran Renunciadonde miles de trabajadores dejaron sus empleos y dejaron de buscar trabajo.

EEUU ha registrado más de 11 millones de vacantes en seis de los últimos siete meses, cuatro millones de vacantes mensuales más de lo habitual antes de que el covid golpeara la economía a principios de 2020. Los puestos de trabajo sobran, mientras al mismo tiempo, la mano de obra escasea, en parte porque los baby boomers se están jubilando , lo que hace que las empresas se muestren reticentes a despedir. 

Hay pocos expertos que apuesten por un repunte del desempleo, aunque haya un escenario recesivo. Dos de cada cinco economistas de una reciente encuesta de The Wall Street Journal pronosticaba una probabilidad del 50% de que Estados Unidos entrara en recesión el próximo año, pero entre ellos, pocos vieron un gran aumento en la tasa de desempleo. La previsión apuntaba a una tasa de desempleo del 3,9% a fines de este año y del 4,6% a finales de 2023. 

"Cada recesión parece tener una fuerza impulsora diferente y una duración e impacto diferentes en el empleo y la producción", señala Peter Klenow, profesor de Economía de la Universidad de Stanford.  La recesión de 2020 fue la más excepcional. El NBRN la incluyó como tal, siendo excepcionalmente corta, de solo dos meses. Las empresas eliminaron 22 millones de empleos en ese período, 14 veces más de lo que habían eliminado en un período de dos meses durante la era posterior a la Crisis de 1929.

Los efectos de la pandemia sigue dejando fenómenos extraños en la economía, como una recesión sin paro. El gobierno federal actuó con millonarias ayudas para impulsar la demanda de forma rápida. Las cadenas de suministro se rompieron, en parte debido a los cierres de negocios relacionados con el covid en todo el mundo, lo que generó una enorme inflación. Ahora está agravada por las tensiones con Rusia. Bruce Kasman, economista jefe de JP Morgan, predice un escenario de "doblar, pero no romper" para la economía, lo que significa una fuerte desaceleración en la actividad que no afectará al mercado laboral. Sin embargo, reconoce que el contexto inusual. Pero apunta a dos datos. Las empresas todavía cuenta con 4.000 millones de dólares de colchón de liquidez para amortiguar el golpe de una recesión. Y los hogares contaban con 18.500 millones de dólares de ahorro gracias a los cheques de la administración. El consumo todavía puede aguantar y la búsqueda de trabajo tendrá que esperar.