miércoles, 6 de julio de 2022

Roubini alerta de una recesión que mezclará la estanflación de los 70 y la crisis de deuda de 2008

Nouriel Roubini. Imagen: Bloomberg


  • Prevé que las bolsas caigan hasta un 50% en esta "recesión estanflacionaria"




Nouriel Roubini vuelve a la carga con sus previsiones más catastrofistas. El profesor de Finanzas de la Universidad de Nueva York, célebre por predecir la crisis de 2008, motivo por el que se ganó el apodo de 'Doctor Doom' (Doctor Catástrofe) alerta de que en el horizonte se vislumbra un shock económico que combinará lo peor de la estanflación de los años 70 y lo peor de la crisis de deuda de 2008 que él mismo intuyó.

"La próxima crisis no será como sus predecesoras. En la década de 1970, tuvimos estanflación, pero no hubo crisis de deuda masiva, porque los niveles de deuda eran bajos. Después de 2008, tuvimos una crisis de deuda seguida de baja inflación o deflación, porque la crisis crediticia había generado un choque de demanda negativo. Hoy en día, nos enfrentamos a choques de oferta en un contexto de niveles de deuda mucho más altos, lo que implica que nos dirigimos a una combinación de estanflación al estilo de los años 70 y crisis de deuda al estilo de 2008, es decir, una crisis de deuda estanflacionaria", sintetiza Roubini en su último artículo en Project Syndicate.

El académico ve muchas razones para creer que la próxima recesión estará marcada por una grave crisis de deuda estanflacionaria: "En proporción al PIB mundial, los niveles de deuda privada y pública son hoy mucho más altos que en el pasado, habiendo pasado del 200% en 1999 al 350% en la actualidad (con un aumento especialmente acusado desde el inicio de la pandemia). En estas condiciones, la rápida normalización de la política monetaria y el aumento de los tipos de interés llevarán a la quiebra y al impago a hogares, empresas, instituciones financieras y gobiernos altamente apalancados".

En su escrito, Roubini aprovecha para atizar a aquellos que preveían una inflación transitoria tras la pandemia frente a los que teorizaron con una persistente. En la misma línea, pone énfasis en la cantidad de 'conversos' que han pasado de prever un 'aterrizaje suave' de la economía a uno brusco. Siguiendo el mismo patrón, tilda de "ingenuos" a aquellos que siguen sosteniendo que cualquier recesión será superficial y breve.

En este punto, el experto apunta a los bancos centrales: "Si dejan de endurecer su política una vez que el 'aterrizaje brusco' sea probable, podemos esperar un aumento persistente de la inflación y un sobrecalentamiento económico (inflación por encima del objetivo y crecimiento potencial) o estanflación (inflación por encima del objetivo y recesión), dependiendo de si dominan los choques de demanda o de oferta".

"La mayoría de los analistas del mercado parecen pensar que los bancos centrales seguirán siendo agresivos, pero yo no estoy tan seguro", considera. "He argumentado que acabarán cediendo y aceptando una mayor inflación -seguida de estanflación- una vez que el 'aterrizaje brusco' sea inminente, porque les preocupará el daño de una recesión y una trampa de la deuda, debido a una acumulación excesiva de pasivos privados y públicos tras años de bajos tipos de interés", añade.

Roubini pone el acento en que la situación actual es fundamentalmente diferente a la de la crisis financiera mundial o a la de los primeros meses de la pandemia, cuando los bancos centrales podían relajar la política monetaria de forma agresiva en respuesta a la caída de la demanda agregada y la presión deflacionista. "El espacio para la expansión fiscal también será más limitado esta vez. La mayor parte de la munición fiscal se ha utilizado, y las deudas públicas se están volviendo insostenibles", explica.

Roubini: "Aumenta la probabilidad de una recesión mundial sincronizada. Las burbujas se están desinflando en todas partes"

Además, señala, dado que el aumento de la inflación actual es un fenómeno mundial y la mayoría de los bancos centrales están endureciendo sus políticas al mismo tiempo, aumenta la probabilidad de una "recesión mundial sincronizada". Este endurecimiento, constata Roubini, ya está surtiendo efecto: "Las burbujas se están desinflando en todas partes, incluso en la renta variable, los bienes raíces, la vivienda, las 'acciones meme', las criptomonedaslas SPAC, los bonos y los instrumentos de crédito".

Esto le lleva a lanzar una dura admonición sobre las bolsas. Si en las típicas recesiones normales, indica, la renta variable estadounidense y mundial tiende a caer alrededor de un 35%, "dado que la próxima recesión será estanflacionaria y vendrá acompañada de una crisis financiera, el desplome de los mercados de renta variable podría acercarse al 50%".

"Independientemente de que la recesión sea leve o grave, la historia sugiere que el mercado de renta variable tiene mucho más margen de caída antes de tocar fondo", apostilla, restando valor al rebote de las últimas semanas. "Aunque la actual situación mundial nos plantea muchos interrogantes, no hay un verdadero enigma que resolver. Las cosas empeorarán mucho antes de mejorar", sentencia.