lunes, 18 de julio de 2022

La criptomoneda que va a contracorriente: qué es el Unus Sed Leo y por qué sube un 40% en el año

Recreación del token Unus Sed Leo. Foto: Dreamstime


  • Tiene una capitalización superior a los 5.000 millones de dólares



Haga la prueba: compruebe el desempeño en lo que va de año de las 100 mayores criptomonedas por capitalización y verá caídas masivas en todas, salvo en las stablecoins. En todas, salvo en una. El Unus Sed Leo (LEO) se mantiene en positivo con un crecimiento superior al 40% en este 2022. En pleno 'criptoinvierno', con casas de cambio quebrando y la capitalización conjunta de los tokens cayendo por debajo de los 1.000 millones de dólares, el LEO sigue en verde. ¿Cómo es esto posible?

Primero, los hechos recientes: el LEO arrancó el año cotizando en los 3,8 dólares por token y actualmente se mueve por encima de los 5 dólares, lo que le concede una capitalización de mercado superior a los 5.000 millones de dólares y en el puesto 18 del ranking de criptomonedas por capitalización superando ampliamente a quienes fueran grandes nombres del sector como Litecoin o Monero.

Aunque el token venía aumentando de valor a lo largo de todo 2021 tras un 2020 bastante estable, fue en febrero de 2022 cuando duplicó su cotización en cuestión de días, pasando de 3,5 dólares a rozar los 7,5. Pero, para entender el motivo, hay que retrotraerse a los motivos que llevaron a crear la moneda digital.

Una oportunidad tras cada crisis

La noción de carestía está en la base de toda la economía: los bienes tienen valor porque son escasos, limitados, deseados o de difícil acceso. Pero la carestía tiene una relación complicada con la criptoeconomía, donde se crean productos intangibles (tokens, NFT...) tan solo cambiando un dígito. En otras palabras, donde se puede 'crear dinero de la nada'.

La casa de cambio Bitfinex se crea en 2012 y pronto destacaría por la facilidad que concedía en el intercambio de bitcoins entre usuarios. Poco después, se crea la compañía Tether Limited, con la que comparte cúpula, y que lanzaría el tether, una stablecoin aparentemente ligada al dólar. Las afirmaciones de que cada tether estaba respaldado por un dólar real fueron puestas cada vez más en entredicho, especialmente porque Bitfinex no se comprometía a intercambiarlos en toda ocasión.

En este contexto, y tras sucesivas crisis de reputación, Bitfinex fue condenada en 2019 por la Fiscalía de Nueva York por usar sus reservas de dólares -que estaban destinadas a respaldar parte de los tethers- para cubrir las pérdidas de la panameña Crypto Capital, la empresa de procesamiento de pagos con la que habitualmente trabajaba Bitfinex, creando un agujero de 850 millones de dólares en la compañía.

Con la supervivencia de Bitfinex en riesgo, la solución volvió a pasar por crear dinero de la nada para tapar el agujero. Con la idea de un accionista chino de la firma, Dong Zhao, se lanzó una criptomoneda que recaudó su objetivo de 1.000 millones de dólares (el mismo número de tokens a un valor inicial de un dólar por token) en apenas diez días. Tomó el nombre de una fábula del pensador griego Esopo, donde una zorra reprochaba a una leona que solo diese a luz a una criatura y no a una camada, a lo que la leona contestó "uno, pero un león" (Unus sed leo, en latín), subrayando la calidad sobre la cantidad.

La única criptomoneda hecha para desaparecer

Por tanto, el objetivo era recaudar dinero rápidamente. Para conseguirlo, había que realizar promesas de gran atractivo y así se hizo: por una parte, los poseedores de LEO pagarían menos comisiones al comerciar criptomonedas en Bitfinex, en un sistema de tramos donde, a más LEOs en cartera, menos comisiones; se lanzaría en dos blockchains al mismo tiempo, de forma que servía de 'puente' monetario entre la red Ethereum y la EOS; y finalmente, Bitfinex iría recomprando la moneda con al menos el 27% de sus ganancias anuales para destruirlas, haciendo cada vez más limitado el número de tokens 'existentes'.

Se creaba así una carestía artificial y creciente: cada vez habrá menos LEOs. Y volvemos en este punto a lo que dejábamos pendiente: ¿por qué se disparó en febrero? Porque el Departamento de Justicia de EEUU incautó más de 3.600 millones en bitcoins que le habían robado a Bitfinex en 2016 con un hackeo. Al conocerse la noticia, Bitfinex prometió que quemaría todos los LEO en los 18 meses posteriores a recibir el dinero. Aunque la fecha exacta sigue siendo desconocida, esto implica un proceso acelerado de compra que hará al LEO un bien cada vez más escaso.

Pero, ¿para qué quiere el inversor una moneda abocada a desaparecer? Recordemos: mientras exista, permite ahorrarse comisiones en el intercambio de criptomonedas (mayor ahorro cuanto más LEOs) y sirve de puente entre dos principales redes de blockchain. Por tanto, es útil en sí misma para ciertos colectivos, al margen de su atractivo especulador como cualquier otro criptoactivo.

De los 1.000 millones de LEOs generados y puestos en circulación en 2019, hasta la fecha se han quemado (hecho desaparecer) poco más de 65 millones, por lo que el 93% de los emitidos siguen en circulación. De hecho, a su valor actual, Bitfinex no sería capaz de recomprar todos los LEOs para destruirlos solo con los 3.600 millones que tiene que recibir de la Justicia estadounidense. Así que la permanencia de la moneda puede ser mayor de lo previsto.