- Las medidas de covid cero y las tensiones geopolíticas están acelerando este proceso
- Los sueldos más baratos y los menores riesgos provocan un éxodo empresarial
- Apple, Amazon, Microsoft o Google eligen otros países asiáticos para sus nuevas fábricas
Una tormenta perfecta se cierne sobre China, las empresas se están deslocalizando del país cada vez más rápido y el mundo podría estar cerca de cambiar el 'made in China' por 'Made in Vietnam' . El país asiático, gracias a sus salarios más competitivos, se convirtió en buena medida en la fábrica del mundo, con todas las marcas poniendo parte de su cadena de producción allí para aligerar sus costes. Ahora muchos expertos creen que encadenando una crisis tras otra, se ha abierto un nuevo ciclo.
En primer lugar, el covid ya hizo a muchas compañías pensarse si abrir una nueva fábrica en territorio chino y la crisis de suministro, desde luego, obligó a las grandes firmas a replantearse la necesidad de tener sus fábricas más cerca de casa. Sin embargo, la gota que ha colmado el vaso no ha sido la delicada situación macroeconómica que atraviesan la gran mayoría de los países, sino la política de confinamientos de China, la guerra de Ucrania y la escalada de tensión con Taiwan, que han derivado en que numerosas empresas están creando sus redes logísticas pensando en opciones alternativas.
Según defiende The Economist Intelligence Unit "las empresas están diversificando sus planes respecto a sus cadenas de suministro frente a la situación actual. "Una economía que se debilita. Bloqueos relacionados con Covid. Sanciones comerciales recíprocas. Posible conflicto por Taiwán. Hay muchas razones para que las empresas reduzcan las operaciones en China", dice Derek Scissors, miembro del grupo de expertos del American Enterprise Institute (AEI).
La empresa de transporte de mercancías MDS, ofrece datos más concretos sobre la menor producción de manufacturas chinas para vender al exterior. Productos como ropa y accesorios han pasado de representar el 41% de sus exportaciones en 2016 al 37% en 2022, la tendencia es más fuerte en los muebles, pasando del 64% al 53% en el último lustro. Una tendencia que, según la firma, se reproduce en prácticamente todos los productos que China envía fuera del país y que recientemente se ha agravado. "El enfoque Zero Covid de China está afectando la producción y los fabricantes están buscando alternativas a la actual 'fábrica del mundo'", explicó a la CNBC Antonella Teodoro, consultora senior de MDS Transmodal.
Un ejemplo de esta tendencia es la marcha (parcial) de algunas de las empresas más pujantes del sector tecnológico norteamericano. Los próximos iPhone se fabricarán en la India, mientras que los nuevos Pixel de Google se irán a Vietnam. El mismo camino ha seguido Microsoft. La empresa fundada por Bill Gates ha abierto su última fábrica para sus Xbox a Ho Chi Minh. Amazon ha apostado para sus plantas de Fire TV por India.
El Gobierno ha cerrado a causa del covid áreas enteras de la ciudad industrial de Zhengzhou
Esta tendencia ya llevaba un tiempo consolidándose. El sudeste asiático ofrece una mano de obra más barata que China y, al igual que esta hizo hace varias décadas, está aprovechando esta situación para atraer capital extranjero. El sueldo en Vietnam es, de media, de unos 427 euros al mes, mientras que en china ya ronda los 1.070 euros tras haber desarrollado una mayor clase media.
A este problema hay que sumarle un covid que está siendo un verdadero lastre para las fábricas occidentales apostadas en China. Este miércoles, el Gobierno ha cerrado a causa del covid áreas enteras de la ciudad industrial de Zhengzhou durante siete días. En ese sector se encuentra la fábrica de Apple más grande del mundo. Ha pasado también con plantas de Volkswagen. Empresas nacionales como Nio han reconocido en sus últimos resultados que se ha reducido su producción con claros retrasos a causa de este problema.
Esta situación queda reflejada, según la Oficina Nacional de Estadística, en los datos de Actividad Industrial. Las cifras manufactureras cayeron a 49,2 en octubre. Estar por debajo de 50, indica una contracción en la actividad empresarial que diversos expertos, como los de Nomura, atribuyen a los cierres y restricciones derivados del coronavirus.
Al margen del coronavirus, aún muy presente en la nación gobernada por Xi Jinping, la geopolítica también está jugando un papel fundamental en que el rumbo del dinero se mueva hacia el sudeste asiático. Tras una guerra comercial entre el Gobierno de Donald Trump y China, la situación para las empresas que estaban en medio del fuego cruzado fue difícil. Sin embargo, el mayor miedo ha venido cuando, en plena crisis de Ucrania, con las sanciones a Rusia aún presentes, el ejército chino realizó ejercicios militares durante la visita de Nancy Pelosi a Taiwan.
El clima de tensión por la isla y la creciente incertidumbre política han abonado aún más la idea de abrir sus fábricas en otra parte. Según la última encuesta del diario Nikkei, esta situación ya tiene un peso muy importante en las empresas taiwanesas en suelo chino, que, en un 63%, está en proceso de mudarse a otro país adelantándose a la posibilidad de un conflicto que acabe con sus negocios en la región.