La nueva versión del diccionario académico revisa muchas entradas que hoy resultan androcéntricas y sexistas
Una comisión fija los puntos para aclarar el uso y abuso de las formas no sexistas
El secretario de la RAE afirma que en las modificaciones se ha buscado el equilibrio.
La tercera definición del verbo gozar en castellano es, en la actualidad, "Conocer carnalmente a una mujer". Este significado anticuado y machista ya no aparecerá en la nueva edición del diccionario de la RAE, que se publicará el año que viene. A preguntas de La Vanguardia, el secretario académico, el filólogo Darío Villanueva, pone este primer ejemplo para ilustrar los cambios que, desde una perspectiva de corrección sexista, se están haciendo en las entradas. Y explica cómo será la nueva definición: "En la 23.ª edición del 2014 será, con la marca de culto, 'Dicho de una persona: Tener relaciones sexuales con otra'". Así pues, ya no sólo se referirá a las relaciones en qué la mujer es la conocida -en el sentido bíblico-, sino que todos y todas podremos tener relaciones sexuales y, si son satisfactorias, con el diccionario en la mano podremos hablar de gozar.
Estas últimas semanas, se ha reavivado el debate sobre el lenguaje sexista -o el sexismo en el lenguaje-. Por una parte, ante la inminente publicación de la nueva edición del diccionario de la RAE, el director de la obra lexicográfica, el académico Pedro Álvarez de Miranda, ha defendido la actualización constante de las definiciones, mientras que lingüistas como Esther Forgas, catedrática de Lengua Española de la Universitat Rovira i Virgili, ha denunciado lo que se debería haber cambiado hace años, pero que la Academia no acaba de rectificar.
Por otra parte, ha sido esclarecedora la publicación de Visibilitzar o marcar. Repensar el gènere en la llengua catalana, recopilación de las intervenciones de la jornada homónima organizada por la filóloga Carme Junyent que se celebró en la Universitat de Barcelona. El libro incluye el acuerdo sobre un uso no sexista de la lengua, redactado por especialistas de diversos ámbitos de la lingüística. Entre las conclusiones (puede leer un resumen al pie de estas líneas), ha quedado claro que el masculino plural es el genérico. En los últimos años algunas voces habían proclamado a voz en grito que cuando decimos "los estudiantes" estamos excluyendo a "las estudiantes", afirmación que contravenía la lógica gramatical de las lenguas románicas, como el castellano y el catalán, y ahora sido aclarada.
Así pues, con todo ello la lengua vuelve a ser motivo de atención. Hay quien considera que el diccionario es androcentrista y contiene definiciones antiguas que hay que erradicar o modificar. En este sentido, Esther Forgas aporta una pequeña recopilación de ejemplos sobre casos flagrantes que no parece que vayan a ser modificados en el 2014. Pero también vale decir que, tal como se explica en el recuadro adjunto, al lado de este montón de entradas pendientes de enmendar, hay algunas otras que, poco a poco, se están rectificando.
El secretario de la RAE explica, por ejemplo, que entradas como femenino y masculino "tendrán una estructura totalmente homóloga, con siete acepciones" (véase el recuadro superior), y añade: "Hasta ahora, femenino tenía ocho acepciones, y la sexta era 'Débil, endeble'. Y masculino, tres acepciones, de las que la tercera era 'varonil, enérgico'. Se puede apreciar, pues, que la nueva edición reconsidera totalmente ambos lemas con un criterio de absoluta paridad".
La consulta de algunas entradas del diccionario en línea (Rae.es) permite descubrir los avances de la nueva edición. Forgas ha revisado algunos de los lemas conflictivos desde su punto de vista y en algunos casos ha comprobado que, entre los no enmendados, la RAE sí que ha hecho pequeñas modificaciones (de puntuación, de etimología...), pero no ha tocado aquello que considera sexista. Hace más de diez años, junto con las lingüistas Eulàlia Lledó y M.ª Ángeles Calero, recibieron el encargo de analizar las entradas del diccionario desde el punto de vista sexista y androcentrista. El dossier que elaboraron quedó aparcado y reclaman que los académicos lo revisen, porque son enmiendas obvias.
Parece, pues, que la sociedad va a una velocidad y la RAE a otra. Sobre si la nueva edición del diccionario será un reflejo fiel de los cambios sociales vertiginosos que ha vivido España en los últimos tiempos, Darío Villanueva responde: "Creo que la 23.ª edición del DRAE se ha esforzado por ser un reflejo lo más fiel posible de la lengua española actual, hablada por 500 millones de personas en cuatro continentes; personas pertenecientes a sociedades distintas". En resumidas cuentas, la complejidad sociocultural de los hispanohablantes hace que el diccionario tenga que ser amplio e inclusivo.
Pero las nuevas herramientas informáticas van más allá del diccionario. El secretario académico explica que han trabajado en un instrumento fundamental: el Corpus del español del siglo XXI (Corpes), que dirige al académico Guillermo Rojo. "Es una base de datos -explica Villanueva- que incorpora cada año desde comienzos de siglo 25 millones de formas del español, tomadas de fuentes orales y escritas, el 70% procedentes de América y Filipinas, y el 30% de España. Lógicamente, no son 25 millones de palabras distintas". Y toda esta información ¿para qué sirve? "Gracias al contexto de las frases en que aparecen, se puede precisar el significado de cada acepción".
Preguntado sobre otras modificaciones significativas en el nuevo diccionario, responde: "La primera, el formato editorial, distinto del que ha predominado hasta ahora. Aunque la caja será más reducida, el número de matrices será superior, en torno a los 24 millones. Esto permitirá que de los 88.000 lemas de la 22.ª edición del 2001 pasemos a unos 95.000, insuficientes de todos modos para recoger todo el español, tarea quimérica para un diccionario gutenberiano (libro) aunque no tanto para un diccionario digital. Habrá más lemas y acepciones del español americano; más términos relacionados con las llamadas nuevas tecnologías, que, por cierto, para los nativos digitales no son nuevas."
Asuntos pendientes
- DISCRIMINACIÓN PAREJAS
padre. 1. m. Varón o macho que ha engendrado. || 2. m. Varón o macho, respecto de sus hijos. ||
madre. 1. f. Hembra que ha parido. || 2. f. Hembra respecto de su hijo o hijos.
engendrar. 1. tr. Procrear, propagar la propia especie.
(Los hombres procrean; las hembras -que no mujeres- sólo paren)
felación. 1. f. Estimulación bucal del pene.
cunnilingus. 1. m. Práctica sexual consistente en aplicar la boca a la vulva.
ANIMALIZACIÓN
hembra. 1. f. Animal del sexo femenino. || 2. f. mujer (|| persona del sexo femenino).
macho. 1. m. Animal del sexo masculino.
pene. 1. m. Anat. Órgano masculino del hombre y de algunos animales que sirve para miccionar y copular.
vagina. 1. f. Anat. Conducto membranoso y fibroso que en las hembras de los mamí- feros se extiende desde la vulva hasta la matriz
parir. 1. intr. Dicho de una hembra de cualquier especie vivípara: Expeler en tiempo oportuno el feto que tenía concebido.
teta. 1. f. Cada uno de los órganos glandulosos y salientes que los mamíferos tienen en número par y sirven en las hembras para la secreción de la leche.
(Las referencias femeninas no hablan de la mujer; las masculinas sí hablan del hombre)
MINUSVALORACIÓN DE LA MUJER
alcalde. m. Presidente del ayuntamiento de un pueblo o término municipal, encargado de ejecutar sus acuerdos, dictar bandos para el buen orden, salubridad y limpieza de la población, y cuidar de todo lo relativo a la Policía urbana.
alcaldesa. 1. f. Mujer que ejerce el cargo de alcalde. || 2. f. coloq. Mujer del alcalde.
ANDROCENTRISMO
eyacular. 1. tr. Lanzar con rapidez y fuerza el contenido de un órgano, cavidad o depósito, en particular el semen del hombre o de los animales.
celambre. 1. f. Celos de la mujer amada.
MENOSPRECIO
meón, na. 3. f. coloq. p. us. Mujer, y más común- mente niña recién nacida.
ARCAÍSMOS DEDICADOS A LAS MUJERES
venta. || estar de, o en, ~. 1. fr. fig. y fam. Tener una mujer la costumbre de asomarse mucho a la ventana para ver y ser vista
hazana. 1. f. coloq. Faena casera habitual y propia de la mujer.
ventanero, ra. 1. adj. Dicho de un hombre: Que mira con descaro a las ventanas en que hay mujeres. U. t. c. s. || 2. adj. Dicho de una mujer ociosa: Muy aficionada a asomarse a la ventana para ver y ser vista.
Magí Camps Última actualización: 09/12/2013 - 09:46h
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