Billie Jean King y su compañera, la también tenista, Ilana Kloss. / AP
Por primera vez desde 1988, ni el presidente, ni la primera dama o el vicepresidente de este país asistirán a la ceremonia olímpica, en protesta por la regulación antigay rusa.
Los atletas gais que forman parte de la delegación son la tenista Billie Jean King y la jugadora de hockey, Caitlin Cahow, medallista olímpica en dos ocasiones.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció a última hora del martes los componentes de la delegación de su país que asistirán a los Juegos de Invierno de Sochi, Rusia, que se celebran a comienzos de febrero, de la que forman parte dos deportistas gais y no incluye a ningún alto cargo de la Administración. El perfil bajo de los integrantes de la comitiva norteamericana es una clara señal de protesta y desafío hacia la regulación que prohíbe la propaganda homosexual que el Gobierno de Vladimir Putin aprobó el pasado mes de junio.
Será la primera vez, desde de Seúl 1988, que no asista a las ceremonias de apertura o clausura de unos Juegos Olímpicos ni el presidente, la primera dama o el vicepresidente de este país. Con esta decisión, Obama se suma a Francia o Alemania cuyos respectivos presidentes ya han confirmado que no viajarán a la ciudad del Cáucaso.
Los atletas gais que forman parte de la delegación son la tenista Billie Jean King y la jugadora de hockey, Caitlin Cahow, medallista olímpica en dos ocasiones. En representación de la Administración asistirán la ex secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, ahora al frente de la universidad de California, Williams Burns, subsecretario de Estado, y el embajador de EE UU en Rusia, Michael McFaul.
“El presidente está profundamente orgulloso del equipo de EE UU y animará a sus integrantes desde Washington”, ha señalado el portavoz de la Casa Blanca, Shin Inouye. La Presidencia ha explicado que la agenda de Obama hace incompatible su presencia en Rusia para los Juegos pero no ha concretado que otros actos tiene previstos. Las tensas relaciones entre ambos países y entre sus mandatarios, hacían poco probable el desplazamiento del presidente estadounidense a Sochi.
Washington ha criticado duramente la oposición de Moscú a una intervención en Siria y la concesión de asilo temporal a Edward Snowden, en agosto, provocó la cancelación por parte de Obama de la reunión bilateral con Putin prevista en la capital rusa para comienzos de septiembre.
Pese al malestar de muchos atletas con la regulación antigay rusa, Obama se ha opuesto a un boicot a los Juegos de Invierno, aunque sí ha criticado abiertamente esa normativa. “Nadie se siente más ofendido que yo por esa legislación antihomosexual y antilesbiana que estamos viendo en Rusia que yo”, señaló el presidente este verano. Obama sostuvo entonces que sería importante que deportistas gais ganaran alguna medalla en Sochi como “un signo de rechazo a este tipo de actitudes”.
El mandatario puntualizó que si el equipo ruso no incluía a atletas homosexuales probablemente sería “mucho más débil”.
Cahow también se ha opuesto a un boicot y espera que los de Sochi sean el Múnich 36 para la reivindicación de los derechos de los homosexuales. “El ejemplo de Jesse Owens es la filosofía que deberíamos aplicar en Rusia”, señaló la jugadora de hockey en una entrevista a Go Athletes.
Las críticas no sólo se centran en el Gobierno de Moscú. Hace unas semanas, la tenista estadounidense Martina Navratilova, que hizo pública su condición de homosexual en 1981, arremetió contra el Comité Olímpico Internacional (COI) por prohibir a los deportistas olímpicos cualquier tipo de manifestación o gesto político en protesta por la legislación rusa. “Creo que el deporte y la política están inextricablemente unidos y que el COI debería proteger más y ponerse de parte de sus atletas”, sostuvo la ganadora de 18 Grand Slams.
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