Sigue acaparando la mayor parte de la IED, pero los mercados emergentes ganan
terreno.
A pesar de su energía barata y otras ventajas, Estados Unidos sigue perdiendo
terreno ante los países emergentes en la batalla por atraer inversión
extranjera.
Del total de la inversión extranjera directa, o IED, que cruzó fronteras el
año pasado, gran parte en la forma de fusiones y adquisiciones, 12% fue a parar
a EE.UU. El país sigue siendo, con holgura, el mayor destinatario individual de
ese tipo de inversión, pero la tendencia ha estado cambiando desde hace tiempo.
En 2000, EE.UU. acaparó 22% de la IED global.
El año pasado, los países en desarrollo —que prometen un mayor crecimiento
económico, a pesar de riesgos como la inestabilidad política— recibieron 52% de
la IED y, por primera vez, eclipsaron a los países desarrollados. Detrás de este
cambio está un escenario competitivo en transición.
"Para muchas firmas, no importa si tienen sede en Washington o en Ciudad de
México o en Europa o en otro lugar, porque la comunicación es tan fácil", indica
Steve McCorriston, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de
Exeter en el Reino Unido, quien ha estudiado los flujos de comercio, IED y los
impuestos.
Además, las economías en desarrollo "han mejorado en términos del estado de
derecho, fuerzas laborales mejor educadas, infraestructura más nueva", afirma
Dan Ikenson del Instituto Cato, un centro de estudios libertario de Washington.
Cuando el resto del mundo "compite con bastante ferocidad" por la inversión,
EE.UU. no puede dormirse en los laureles, subraya.
Muchos países en desarrollo aún están tratando de alcanzar a EE.UU. en lo que
respecta a crear un entorno que sea propicio para hacer negocios. Lindsay
Oldenski, profesora asistente de la Escuela del Servicio Exterior de la
Universidad de Georgetown, quien ha escrito libros sobre IED, señala que los
mercados emergentes "tienen una distancia mucho mayor que recorrer en cuanto a
liberalizar el comercio y reducir aranceles. En EE.UU. hay mucha integración
global y barreras arancelarias relativamente bajas".
La IED global cayó durante la última recesión, subió en los años siguientes
para volver a bajar en 2012. La trayectoria refleja la tendencia en EE.UU.,
donde los ingresos en IED descendieron 28% el año pasado frente a 2011. Durante
el primer semestre de 2013, la IED hacia EE.UU. declinó 22% frente al mismo
período del año anterior. Naciones Unidas, que pronostica que la IED no
repuntará hasta después de 2013, atribuyó la mayor parte de la caída más
reciente a la debilidad macroeconómica en todo el mundo.
La menor porción que capta EE.UU. de la IED global "es un indicador
preocupante de que nuestro entorno de políticas es... poco atractivo", asevera
Matthew Slaughter, profesor de la Escuela de Negocios Tuck de la Universidad de
Dartmouth. También refleja el hecho de que las empresas tienen "múltiples
oportunidades en todo el mundo".
Las compañías, en todo caso, siguen invirtiendo en EE.UU. La automotriz
alemana Daimler AG, por ejemplo, está expandiendo sus
operaciones manufactureras en EE.UU. En los últimos dos años, las japonesas Toyota Motor
Corp., Honda Motor Co.y Nissan Motor Co.
anunciaron planes de crecer en
EE.UU.
EE.UU. podría tratar de revertir la caída de su participación de IED en el
mundo al concentrarse en proveer lo que quieren las multinacionales. En una
encuesta encargada en 2011 por la Organización para la Inversión Internacional,
una entidad de Washington que representa los intereses de empresas con presencia
internacional, PricewaterhouseCoopers LLC consultó a directores de finanzas de
subsidiarias estadounidenses de empresas de otros países.
Los ejecutivos de 100 firmas indicaron que a la hora de decidir dónde
invertir, las principales consideraciones incluían la capacitación de la fuerza
laboral, el sistema de impuestos corporativos y la política comercial.
"Realmente no estamos progresando en ninguna de esas tres" áreas, dijo
Slaughter. En cambio, hubo "estancamiento".
EE.UU. trabaja en dos pactos de libre comercio amplios, aunque ha habido
algunos obstáculos en las negociaciones. El cierre parcial del gobierno federal
durante 16 días en octubre afectó el avance de un pacto entre EE.UU. y la Unión
Europea así como otro acuerdo comercial entre EE.UU., Japón y otros 10 socios,
que probablemente no se completaría antes de fin de año. Ambos acuerdos "tienen
un gran potencial, pero todos sabemos que las negociaciones comerciales suelen
ser complejas y llevar mucho tiempo", señala Slaughter.
Los dos pactos recibieron un impulso la semana pasada luego de que el
Congreso pareciera encaminarse a un acuerdo para permitirle al presidente Barack
Obama negociar convenios que pueden ser analizados —pero no modificados— por los
legisladores. No obstante, parece poco probable que un acuerdo final sea
sometido a votación antes de 2014.
Por BRENDA CRONIN December 10, 2013, 12:02 a.m. ET
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