- Los ciudadanos identificarán claramente los contenidos generados por IA, pero convivirán con videocámaras 'chivatas'
- La futura normativa permitirá controlar y humanizar la inteligencia artificial a partir de 2026
- OpenAI, Microsoft, Google, Amazon y Meta deberán acomodarse a los intereses de la UE
El viejo debate entre la privacidad y la seguridad seguirá tensionando la vida de los europeos, aunque la convivencia entre los algoritmos y las personas se espera más ordenada, conciliadora y transparente. Entre otros hitos, el proyecto de la primera ley de Inteligencia Artificial (IA) del mundo, acordada por la Unión Europea la medianoche del pasado viernes por la noche, impactará en el desarrollo normativo que imitará el resto del mundo.
Las videocámaras con IA, ¿serán amigas o enemigas?
La Unión Europea ha mandado un mensaje de confianza para que los ciudadanos perciban las videocámaras como un aliado para la seguridad en lugar de un factor de intrusión. El pulso entre ambas fuerzas se resolvió de forma satisfactoria una vez que Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, proclamó la palabra ¡Acuerdo! a través de su cuenta de 'X', plataforma hasta hace poco conocida como Twitter. El consenso fue tremendamente complicado. De hecho, las asperezas de sus aristas necesitaron más de 72 horas de negociaciones donde el reconocimiento facial por parte de las autoridades policiales acaparó las discusiones. Unos estados se mostraron completamente en contra, para preservar los derechos de privacidad, mientras que otros abogaron por incorporar la tecnología para reforzar la seguridad en sus territorios. Al final, la UE condicionó el uso de grabaciones a la autorización judicial previa, sólo en ese caso se podrían cruzar los datos de las cámaras inteligentes con los bancos de imágenes policiales.
¿En qué casos se utilizarán las imágenes de las videocámaras callejeras?
Sólo en acontecimientos extraordinarios y a efectos de identificación de ciudadanos implicados en procesos de investigación de delitos graves. Entre ellos, se justificará el uso de las videocámaras para "prevenir una amenaza terrorista "genuina y previsible o presente". Estos recursos también ayudarán a localizar o identificar a sujetos con delitos relacionados con presuntos casos de explotación sexual o crímenes medioambientales.
No, en ningún caso. Los sistemas de categorización biométrica no segmentarán en función de creencias políticas, religiosas, filosóficas, ni tampoco con criterios de raza y orientación sexual. Tampoco se podrán utilizar los sistemas cognitivos capaces de clasificar a las personas en función de sus comportamientos o características personales.
¿Circularán los datos biométricos por bases de datos públicas?
De ninguna manera. Quedarán absolutamente prohibidos los sistemas para expandir o crear bases de datos faciales de forma indiscriminada, generalmente a través de Internet. Tampoco se utilizarán estos avances en los centros de trabajo o las escuelas, donde quedarán prohibidos los sistemas de inteligencia artificial que pueden reconocer las emociones.
¿La IA tendrá 'denominación de origen'?
Sí. En ese aspecto apenas existió controversia. La UE promoverá la transparencia en los contenidos proporcionados por la IA generativa -representados estos días por Chat GPT de Open AI y Bard, de Google-. De esa forma, los usuarios pueden identificar desde el primer vistazo la aportación de las máquinas, con una especie de etiqueta o sello de denominación de origen que ayudará a madurar la tecnología. El 'Made in AI' no tardará en popularizarse.
¿Cuándo entrará en vigor la futura ley?
La presión de los comisionados de la IA fue máxima durante las últimas horas, ya que el documento de consenso deberá ser aprobado por el Parlamento Europeo antes de fin de año, y también con anterioridad a la disolución de las cámaras por motivos de las próximas 'euroelecciones'. En cualquier caso, según los plazos de los trámites europarlamentarios, la regulación de la IA no podría aplicarse antes de 2026.
¿Qué papel ha jugado España en el proceso?
El rol de España en las negociaciones ha sido muy relevante ya que, gran parte del peso argumental correspondió a Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, también elegida por Naciones Unidas para formar parte del Órgano Consultivo de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial de las Naciones Unidas. Esta confianza internacional en Artigas dice mucho sobre el liderazgo de España en el impulso regulador de la IA.
¿Cómo afectará la ley en otros continentes?
La fumata blanca del acuerdo en la UE se resumió con un tuit de Breton que mostraba una infografía ciertamente ilustrativa: "Continentes con una regulación de Inteligencia Artificial (IA), 100%" y "Otros, 0%". Una vez más, el Viejo Continente fue el más moderno de todos. De hecho, el esfuerzo de la UE para poner cerco a la selva expansiva de la IA guarda íntima relación con la responsabilidad de un territorio comprometido con el humanismo desde hace muchos siglos. Todo apunta a que este movimiento de la UE servirá de modelo para la regulación de otros países extracomunitarios.
¿Cómo impactará la normativa en las tecnológicas?
En cuanto el proyecto de normativa se traslade al lenguaje jurídico, los gigantes de la IA deberán acomodarse a las normas europeas. Open AI, Microsoft, Google, Meta, Amazon y Apple, deberán cambiar el paso para no salirse de un camino delimitado por la UE.
Madrid