miércoles, 20 de diciembre de 2023

La UE prohíbe el comercio de diamantes rusos

 

Réplica de un diamante expuesto en la Semana de la Joyería y los Diamantes inaugurada en Amberes, la capital europea del diamante, el pasado 24 de noviembre. 
 OLIVIER MATTHYS / EFE


Comienza la cuenta atrás para implantar un sistema de certificación global que permita rastrear las piedras preciosas a lo largo de toda la cadena de suministro



El día más temido por la industria europea del diamante, concentrada casi en exclusiva en la ciudad belga de Amberes, ha llegado. La Unión Europea ha acordado hoy duodécima ronda de sanciones contra Moscú en respuesta a la guerra de Ucrania y, esta vez sí, después de muchos intentos, incluye la prohibición del comercio de diamantes procedentes de Rusia. "Diamantes de sangre", los llamó recientemente el primer ministro belga, Alexander De Croo. La medida se ha adoptado de forma coordinada con los países del G-7 y entrará en vigor, por fases, el 1 de enero del 2024, con vistas a la implantación de un nuevo sistema de trazabilidad que evite el lavado de piedras preciosas rusas en otras plazas mundiales como la India, una práctica que hasta la fecha ha hecho inútiles las sanciones aprobadas por Estados Unidos en solitario en abril del 2022.

La decisión adoptada hoy por los embajadores de los Veintisiete, prohíbe de forma específica la "importación directa o indirecta, la compra o transferencia de diamantes procedentes de Rusia" y impacta fundamentalmente a un estado miembro, Bélgica -en el 2021, un 30% de los diamantes brutos que pasaron por la bolsa de Amberes, por donde circula casi un 85% del comercio mundial de este producto, procedía de Rusia- pero ataca también de lleno a una importante fuente de financiación de la invasión rusa de Ucrania.

El 85% de los diamantes del mundo pasan por Amberes

Rusia es el mayor productor de diamantes del mundo y la compañía que los comercializa, Alrosa, es de propiedad pública. Según la Comisión Europea, en los últimos años Rusia ha ingresado unos 4.500 millones de dólares anuales gracias a este comercio, de ahí la fuerte presión ejercida por Kyiv sobre la UE para que actuara contra este lucrativo negocio y el temor de Amberes a perder competitividad frente a plazas como Dubái o Mumbai, si las medidas adoptadas solo penalizaran a los operadores europeos. A pesar de las sanciones estadounidenses, Rusia ha mantenido un nivel de exportaciones similar al previo a la guerra gracias a que, una vez pulidos, los diamantes pierden el pasaporte de su país de origen y sus piedras simplemente han pasado a venderse como indias en el mercado mundial. 

Hasta hace poco tiempo, a diferencia de lo que ocurre con otras piedras preciosas, no había forma de distinguir el origen geográfico de los diamantes mediante su observación pero en los últimos meses diferentes empresas han desarrollado tecnologías que permiten hacerlo, algunas de ellas basados en técnicas de inteligencia artificial. Apoyándose en estas innovaciones, el G-7 y la UE pretenden impulsar un sistema de trazabilidad que permita rastrear el origen de las piedras a lo largo de toda la cadena de suministro, desde que salen de la mina hasta que llegan a las joyerías.

La incertidumbre sobre los diamantes rusos ha pasado factura a Amberes 

La medida se desplegará de forma gradual. A partir del 1 de enero del 2024, se aplicarán restricciones a las importaciones directas de diamantes de un quilate o más que hayan sido extraídos, procesados o producidos en Rusia. Desde el 1 de marzo, se afinará un poco más y se prohibirá la importación indirecta; es decir, la compraventa de diamantes rusos procesados en terceros países. A lo largo del próximo año, se pondrá en marcha un mecanismo de verificación y certificación que permita trazar la procedencia de las piedras. El certificado será obligatorio para todos los diamantes que se compren o se vendan en Europa a partir del 1 de septiembre, cuando la medida pasará a afectar a piedras de menor tamaño, a partir de medio quilate, y a los fabricados en laboratorio.

La incertidumbre sobre el futuro del sector (el despliegue de estas tecnologías podría reducir sensiblemente el valor de ciertos inventarios de diamantes, alertaban los operadores hace un año) ha acabado pasando factura en los últimos meses a Amberes, donde el comercio de estas piedras preciosa lleva meses a la baja, de ahí que la patronal del sector, el Antwerpen World Diamond Center (AWDC), haya dado su aprobación a la decisión de la Unión. El proceso de trazabilidad impulsado por la G-7 y la UE se apoyará de hecho en la industria del diamante belga, que se hará cargo de la certificación. 

Apuesta por la tecnología blockchain

El Gobierno belga pretende incorporar todas las piedras, en bruto,  través de toda la cadena de producción, a un sistema de trazabilidad registrado con tecnología blockchain con vistas a procesarlos y venderlos a través de un número limitado de centros. Esta opción penalizaría a los diamantes extraídos de pequeñas minas o pulidos de forma totalmente artesanal, de ahí que otros actores del sector prefieran sistemas basados en declaraciones de honor, como los impulsados a raíz del Proceso Kimberly contra los diamantes de ciertos países africanos, una alternativa contra la que los grandes operadores Amberes y la UE siempre se ha posicionado. 


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