A diferencia de la materia, la riqueza se crea, se destruye y también se hereda.
El banco suizo UBS acaba de publicar su último informe anual sobre el origen de las grandes fortunas en el que, por primera en los nueve años en los que viene elaborándolo, concluye que los nuevos multimillonarios a nivel internacional ya proceden más de herencias que del emprendimiento empresarial. Y para rematar, su previsión es que en el futuro seguirá ocurriendo lo mismo.
El informe viene acompañado de unas conclusiones que pasarían desapercibidas si procediesen de un activista de la igualdad, pero quien las formula es UBS, el líder indiscutible de la banca suiza tras absorber Credit Suisse, cuya especialización es precisamente la banca privada y la gestión de grandes fortunas.
El banco asegura que "se está formando una nueva cohorte de familias de varias generaciones, en las que cada una tiene una visión propia de su legado y ambiciones". Es una nueva elite a la que conviene dar soluciones a medida.
"Por primera vez en las nueve ediciones del informe, los multimillonarios han acumulado más riqueza por herencia que por iniciativa empresarial, lo que indica que la gran transferencia de riqueza está cobrando impulso", añade UBS.
Un cambio de paradigma
Según sus datos, en el 2015, cuando el banco empezó a realizar este análisis, la creación de fortunas particulares de carácter multimillonario por la vía de la herencia fue de 137.800 millones de dólares, inferior a los 193.600 millones procedentes de los self made, esto es, del empresario hecho a sí mismo. En el 2018, el emprendimiento fue de forma abrumadora la forma de alcanzar una gran riqueza, al generar 437.700 millones, frente a apenas 73.900 millones de la herencia.
Sin embargo, el gran cambio ha llegado en el 2023, según los cálculos de UBS, que se realizan con ayuda de una base de datos que maneja PwC. Ha habido un sorpasso y las herencias han aportado en lo que va de ejercicio 150.800 millones de dólares, frente a los 140.700 millones de la iniciativa empresarial.
El trabajo de UBS, conocido como Informe de ambiciones multimillonarias, pronostica que esta tendencia se va a consolidar. "Es un aspecto que esperamos seguir viendo en los próximos 20 años, en los que más de 1.000 multimillonarios traspasarán a sus hijos unos 5,2 billones de dólares", afirma Benjamin Cavalli, responsable de clientes estratégicos de UBS Global Wealth Management.
Para un banco como UBS, dedicado a mover el dinero de estos millonarios, el cambio de perfil es importante en términos de inversión y filantropía. Los sucesores también tienen la necesidad de "hacer las cosas de forma diferente", y aquí es donde el informe adopta un aspecto más acorde a la actividad de UBS: "Han de descubrir más que nunca valores y objetivos en común para hallar una vía que contente a todas las generaciones y les permita seguir construyendo su legado".
Unos 53 multimillonarios con una fortuna media de 2.845 millones de dólares
La herencia ha permitido este año a 53 personas entrar en el club de los multimillonarios. Los 150.800 millones de dólares heredados implican una media de 2.845 millones por cabeza, lo que da cuenta del volumen de estas fortunas. En España, según la última edición de la lista Forbes, apenas hay diez personas con un patrimonio superior a este importe, entre ellos los dos fundadores de empresas más conocidos, Amancio Ortega y Juan Roig.
Los herederos, dice UBS, tienen más querencia por tecnologías innovadoras, la transformación de las energías limpias y las inversiones de impacto. Mientras, para los fundadores de la empresa, o al menos para el 58% de ellos, la preocupación es inculcar a sus herederos los valores, la educación y la experiencia necesarios para tomar el relevo.
A unos les interesa el crecimiento y a otros, la inflación
Otra curiosidad del informe es que a los empresarios hechos a sí mismos les preocupa sobre todo una posible recesión (62%) y las tensiones geopolíticas (62%), mientras que a los herederos, quizá más familiarizados con aspectos financieros y especulativos, les genera inquietud las presiones inflacionistas (57%) y el precio de las materias primas (52%).
