sábado, 9 de diciembre de 2023

Los científicos ponen fecha al primer contacto que tendremos con extraterrestres: dentro de 40.000 años



Foto: iStock.



Un nuevo estudio calcula cuánto sería el tiempo estimado que tardaría una supuesta civilización avanzada en comunicarse con nosotros. Y la verdad es que parece que ninguno de nosotros vivirá para verlo




El Universo es demasiado grande como para que no haya ni rastro de vida biológica o inteligente ahí arriba. Cuando ya queda poco para que terminemos este 2023, como cada fin de año nos volvemos a preguntar si estaremos cerca de descubrir algún tipo de señal que nos confirme que no estamos solos en mitad del cosmos. En realidad, esta pregunta atemporal regurgita las dudas con la paradoja de Fermi: el Universo es tan extenso que hay una alta probabilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes ahí arriba; pero, a la par, no se ha descubierto ni una sola evidencia que apoye esta hipótesis.

Lo cierto es que todo apunta a que estamos demasiado lejos espacial o temporalmente de una supuesta civilización. Un nuevo estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal calcula que tendremos que esperar alrededor de 400.000 años para tener nuestro primer contacto con extraterrestres. Hay que tener en cuenta que la primera señal que nosotros enviamos al espacio fue el discurso de Adolf Hitler de inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín, el 1 de agosto de 1936. Con lo cual, podemos hacernos una idea aproximada de lo muy evolucionada que tiene que estar la civilización como para ser capaz de enviar señales de vida a la inmensidad del cosmos.

Los investigadores Wenjie Song y He Gao, de la Universidad Normal de Pekín, hicieron primero un cálculo para intentar aproximarse al número de civilizaciones inteligentes extraterrestres (CETI, abreviado en siglas) que pudieran haber intentado comunicarse con nosotros. Para ello, establecieron dos parámetros: la probabilidad de que aparezca vida en un planeta concreto y la etapa de evolución de la estrella anfitriona de dicho planeta.


"La razón por la que no hemos recibido ninguna señal todavía puede ser que nuestra vida como civilización que puede comunicarse no es lo suficientemente longeva"


Manos a la obra, los dos científicos crearon nueve escenarios de mayor o menor probabilidad de que hubiera CETI. Así, solo en la Vía Láctea, calcularon que podría haber en torno a unas 110 (lo que representa un número muy pequeño dada la gran cantidad de planetas y sistemas planetarios), pero debían sobrevivir durante aproximadamente 400.000 años para que pudieran mandar una mínima señal, ya no solo a nosotros, sino en general a todo el espacio. Los investigadores calculan que, en el mejor de los escenarios, si hubiera 43.000 CETI ahí fuera (en vez de 110 que sería el escenario más realista), tardarían al menos unos 2.000 años en mandar su primer saludo cósmico.


El argumento del Juicio Final

"La razón por la que no hemos recibido ninguna señal todavía puede ser que nuestra vida como civilización que puede comunicarse con las demás no es lo suficientemente longeva", concluyeron Song y Gao, en declaraciones recogidas por la revista IFL Science. "Sin embargo, se ha propuesto que es muy probable que la vida de las civilizaciones sea autolimitada, lo que se conoce como argumento del Juicio Final, debido a que muchas perturbaciones potenciales para la civilización, como los problemas de hiperpoblación, apocalipsis nuclear, cambios climáticos repentinos, choque de asteroides... pueden acaecer, los humanos no podríamos recibir ninguna señal de comunicación de otras CETI antes de que se extingan".

Esto nos hace pensar nuestra propia situación en el cosmos como de privilegio, ya que es mucho más probable que una civilización inteligente se extinga antes de mandar cualquier señal cósmica. Por otro lado, en los últimos años, se han planteado otros enfoques a la paradoja de Fermi que sugieren que nuestra búsqueda de vida inteligente más allá de la Tierra sigue siendo muy limitada y así lo será por más años que pasen.

Al fin y al cabo, vivimos en una región muy pequeña y concreta de la Vía Láctea. Pero al final todo son conjeturas, así que tal vez podamos ser más visibles para cualquier civilización allá fuera de lo que pensamos, como también ha probado otro estudio reciente del que ya hablamos en otro artículo. "Es bastante incierto intentar conocer qué proporción de planetas pueden dar origen a la vida, y además originar un proceso de evolución de la misma hasta hacerse inteligente como para enviar señales detectables", concluyen los autores. "Es muy impredecible".



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