- El reto del régimen de Xi Jinping sigue siendo la baja demanda a nivel nacional
En plena investigación de la UE por las subvenciones para la fabricación de coches eléctricos, China incrementó, el pasado mes de octubre, las exportaciones de estos vehículos hasta un valor mensual récord de 2.000 millones de dólares. Paralelamente, marcas chinas como BYD, Human Horizons y Geely cada vez tienen más presencia en las carreteras de Oriente Medio, región donde los coches eléctricos fabricados en suelo chino se están expandiendo. Sin embargo, detrás de esta profusión de vehículos se encuentra una realidad incómoda para Pekín: la caída de la demanda nacional lo cual ha tumbado los precios de las exportaciones chinas en un contexto de sobreproducción.
Alrededor del 70% de las principales exportaciones chinas, entre las que se encuentran los productos fabricados con acero y los coches, han experimentado una bajada de precios en lo que llevamos de año. En conjunto, los precios han caído un 20%, según un informe de ABN AMRO mientras que, a nivel específico, el coste del acero ha disminuido un 60% este año respecto a 2022. Sin embargo, las exportaciones de acero aumentaron en octubre un 53% interanual.
La razón de esta disminución de los precios es la disminución de la demanda nacional, provocada por los estragos de la férrea política contra el COVID-19 y la crisis inmobiliaria, la cual ha reducido la riqueza neta de los hogares en un 4,3%. Paralelamente, la construcción concentra el 35% de toda la demanda de acero en China, por lo que dicha crisis ha mermado considerablemente el precio del acero. Como solución, las empresas chinas han optado por dar salida a estos productos en el mercado internacional, a un precio más asequible que el de sus competidores.
Además, la devaluación del yuan respecto al dólar ha abaratado el precio de las exportaciones de los productos chinos, incrementando su volumen el pasado mes de noviembre. Por otra parte, algunos expertos han llegado a cuestionar si esta depreciación ha sido orquestada por Pekín con el objetivo de potenciar las ventas en el exterior. Así lo sugirió Thomas Matthews, analista de Capital Economics, en declaraciones a Associated Press el pasado verano, periodo -julio, agosto y septiembre- en el que la economía china creció un 4,9% interanual, batiendo las expectativas, aunque por debajo del 6,3% en el trimestre anterior.
Por otro lado, esta sobreproducción china está apoyada en sectores como el de las tecnologías verdes, el cual está potenciando la fabricación de productos como coches eléctricos, baterías eléctricas y placas fotovoltaicas. De hecho, y a pesar de la crisis inmobiliaria, estimaciones citadas por Reuters señalan que la producción de acero alcanzará los 1.026 mil millones de toneladas métricas este año, una cifra superior a los 1.010 millones de 2022.
Sin embargo, esta situación genera preocupación a nivel internacional. En este sentido, la UE mostró su inquietud respecto a la sobreproducción de China en su reciente visita al país asiático, la cual puede tener efectos muy negativos en la economía del Viejo Continente. Paralelamente, Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU, mostró su intranquilidad ante He Lifeng, viceprimer ministro chino, en la pasada cumbre APEC. En ella, Yellen señaló que el exceso de oferta que puede surgir a partir de las industrias en las que China está invirtiendo mucho constituía un riesgo.