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La ciudad se llena de festivales, ferias, fiestas y todo tipo de actos sólo disponibles en verano.
Ya está. Lo ha decidido: toca viajar a Nueva York. Usted quiere ir en verano, porque es el momento que mejor cuadra con sus vacaciones. Pero le dicen las guías que no es la mejor época: que el bochorno desmaya al turista más valiente. Pues no, a veces la teoría falla. Tome nota. Guarde las siguientes pistas en su memoria: pese al a veces incómodo calor –es una ciudad muy húmeda–, las temperaturas son perfectamente soportables. O, al menos, a la mayoría le compensan porque en verano descubren atractivos de Nueva York imposibles en otros momentos del año. Especialmente al llegar el invierno, cuando el termómetro puede marcar hasta más 20 grados bajo cero.
Las vistas del Empire State, los cruceros hasta la Estatua de la Libertad, las luces de Times Square, los grandes museos o las compras por el Soho son típicos atractivos que se pueden encontrar en cualquier época. Y que no hay que perderse. Pero junto a ellos, la ciudad ofrece otras distracciones que hacen las delicias de propios y extraños.
Las vistas del Empire State, los cruceros hasta la Estatua de la Libertad, las luces de Times Square, los grandes museos o las compras por el Soho son típicos atractivos que se pueden encontrar en cualquier época. Y que no hay que perderse. Pero junto a ellos, la ciudad ofrece otras distracciones que hacen las delicias de propios y extraños.
1 Ocio en los parques. Además de los tradicionales pícnics, los parques de Nueva York ofrecen una oferta variada de eventos . En Bryant Park se proyectan películas clásicas al aire libre todos los lunes y en el mítico Central Park hay actividades a diario. Las más clásicas son los conciertos gratuitos de cantantes aclamados (como Beyoncé o Lady Gaga este año) el ciclo llamado Shakespeare in the Park: durante dos meses, cientos de personas asisten a representaciones de obras del dramaturgo inglés en las que suelen participar actores reconocidos. Otra de las grandes atracciones veraniegas son las representaciones gratuitas de la Filarmónica, que cada año se celebran en un parque. Hay otros festivales famosos, como el River to River (el más grande del Bajo Manhattan con música, cine, danza, teatro, arte y juegos...), el del Lincoln Center o la Milla de los Museos (abren un día al año gratuitamente por la noche con eventos especiales). Para lo que resta de verano, dos de los grandes atractivos son el Festival de Arte al aire libre en Washington Square y el Warm Up Parties, lo más fashion: es un museo, propiedad del MoMA, en cuyo patio se recrea una playa urbana. Situado en Long Island, ofrece cada sábado una experiencia extrasensorial al fusionar arquitectura, música, exposiciones y un brindis con baile al sol. Y pseudomar para refrescarse.
2 Disfrutar de algo más que una terraza. Hay locales especialmente deliciosos para la etapa estival. Es el caso del River Café, desde donde observar todo Manhattan al son de la melodía del piano. Es adecuado tanto para una cena (unos 85 euros por cubierto) como para un simple cóctel. Más económico es The Frying Pan, en el Pier 66 de Chelsea. Es un barco de 1929 con menús rápidos y con mucho ambiente. Totalmente recomendable para un atardecer. También está muy de moda el 230 Fifth Avenue, un rooftop con grandes vistas a Manhattan, o el Gramecy Park Hotel, al que reconocen como uno de los secretos recién desvelados de la ciudad (el dueño fundó el histórico Studio 54).
3 Al agua. Las visitas por el asfalto deben ir acompañadas de un paseo en barco. Hay ferrys gratuitos a Staten Island que permiten contemplar la Estatua de la Libertad. Pero hay otras opciones menos típicas, desde románticas cenas a bordo del Lady Liberty Cruises, hasta el último gran descubrimiento: Governors Island, antigua base del Ejército estadounidense que abrió al público hace tres años por lo que aún no es muy conocida. Diez minutos en ferry (también gratuito) dan la oportunidad de admirar unas magníficas vistas (a pie o en bici) o de disfrutar en su pequeña playa, donde se ofrecen conciertos. Más que ninguna, es una visita veraniega: sólo abre viernes, sábados y domingos del 27 de mayo al 25 de septiembre. Fuera del Nueva York más turístico, también merece la pena acercarse a la Harlem Week (hay conciertos, festivales, carreras...).
4 Un buen restaurante. Las guías de viaje recorren todos los rincones gastronómicos de la ciudad. Junto a esos grandes chefs, en Nueva York es muy típica la Restaurant Week, que se celebra en julio y permite disfrutar de menús no aptos para todos los bolsillos a un precio asequible. Para el próximo verano, también apunte la cita con la Barbacoa de la Gran Manzana en Madison Square Park, la más grande de EEUU, y el concurso de perritos calientes del 4 julio (el récord está en 62 hot dogs en diez minutos). Ese mismo día, no olvide disfrutar de los tradicionales fuegos artificiales que todos los años organizan los grandes almacenes Macy’s en el río Hudson al anochecer.
5 Deporte. El US Open de tenis (que se celebra en septiembre) tiene reconocimiento mundial. Pero no es el único evento. En Nueva York se celebra también anualmente Wimbledon en el Rockefeller Center. Con ocasión del torneo que lleva dicho nombre, se proyectan los partidos en pantallas gigantes, se organizan decenas de actividades gratuitas y clases de profesionales instruidas en la cancha de hierba. Lo más fashion es el yoga, pues hay clases gratuitas todos los días en los parques. Un buen relax como fin de fiesta tras estas ajetreadas visitas veraniegas.
¿El clima es un problema?
Los veranos son especialmente calurosos, pues la humedad de la ciudad a veces provoca un bochorno incómodo. Y aunque este año las temperaturas estén siendo más agradables, no cesa la amenaza de una ola de calor, que en algunos estados ha elevado la sensación térmica hasta casi 50 grados. Sin embargo, eso no ha sido problema para muchos españoles, pues, según la agencia de viajes online Expedia, el distrito de Manhattan ocupa el primer puesto del ránking de destinos con más reservas para agosto. Si no puede viajar en estas fechas, la ventaja es que encontrará un mejor clima en la segunda quincena de septiembre y la primera de octubre. También es una buena etapa desde mediados de abril hasta junio. Si no domina el inglés, tampoco el idioma es un problema, pues el español está de moda en la ciudad.
A la playa
Una de la ventajas de Nueva York es que combina las bondades de una gran ciudad con atractivos de otros sitios turísticos. Como la playa. En Coney Island y Long Island, por un módico precio se puede disfrutar de un día bajo la sombrilla. Si no hay problema en realizar un desembolso mayor, el destino favorito son los Hamptons. Si la estancia en Nueva York es larga, también se puede aprovechar la oportunidad para visitar otros estados cercanos. Entre otras muchas otras opciones, los destinos más demandados son Boston (donde se puede disfrutar de una deliciosa langosta) y Washington, la capital oficial que permite admirar la magnificencia de la Casa Blanca y los edificios donde se toman las grandes decisiones del país. También están a un paso New Jersey y Philadelphia, el origen histórico de EEUU. Hay autobuses muy económicos a todos estos destinos diariamente.
Por Estela S. Mazo from expansión.com 25/07/2011
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