lunes, 25 de julio de 2011

Cremas solares: Manual de instrucciones


Foto from bellezaenvena.com

El mes de julio marca para muchos el ansiado comienzo de las vacaciones. En la mayoría de los casos el destino elegido será una playa donde disfrutar del sol y ponerse moreno. Las vacaciones son sin duda para la mayoría el momento de mayor exposición al sol, por lo que la crema fotoprotectora debe ocupar un lugar destacado en el equipaje. Las estadísticas no dejan lugar a dudas al respecto: cada año se diagnostican en nuestro país 3.200 nuevos casos de melanoma, el cáncer cutáneo más agresivo, que causa cerca de 800 muertes al año y que está claramente relacionado con la exposición al sol durante periodos de tiempo largos o bien cortos pero intensos, en especial en la infancia y la adolescencia, etapas en las que se pasa más tiempo al aire libre.

No hay que olvidar que la piel tiene memoria del «maltrato» recibido y acaba pasando factura, porque los efectos dañinos de las radiaciones ultravioleta del sol son acumulativos e irreversibles. Las quemaduras solares producidas durante la infancia pueden dar paso a un melanoma en la edad adulta, especialmente en personas de piel y pelo claro, las más vulnerables. Y la prevalencia del melanoma va en aumento en nuestro país, con un incremento anual del 10%. La forma más eficaz de luchar contra este tumor es evitar la sobreexposición al sol, no exponerse a él entre las doce y las cinco, ni siquiera con protección, y tomarlo siempre con un filtro solar adecuado al tipo de piel el resto del tiempo.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), consciente del problema, ha revisado la etiqueta de los fotoprotectores solares para poner orden. A partir del próximo año las cremas solares en Estados Unidos no podrán tener un factor de protección inferior a 15 y deberán proteger tanto de los rayos ultravioleta A como B. Además no podrán anunciar en su etiqueta que son resistentes al agua y en su lugar deberán indicar el tiempo que la crema es eficaz en el medio acuoso, puesto que la protección del filtro solar no tiene una duración ilimitada. Con ello la FDA, que tenía pendiente esta reforma desde hace tres décadas, quiere evitar la confusión que las etiquetas causan en el consumidor.

En la unión Europea se llevó a cabo una revisión del etiquetado de estos productos en 2006 y se hicieron algunas modificaciones con el mismo objetivo que ahora persiguen las nuevas normas de la FDA, salvo la de la resistencia al agua. Sin embargo, la cuestión es si sabemos interpretar la etiqueta a la hora de elegir un protector solar y aplicarlo correctamente. Según las estadísticas, solo 4 de cada 10 lo consiguen.

Factor de protección
El factor de protección solar (FPS), que se indica con un número, da información sobre la protección frente a las radiaciones ultravioleta B, las responsables de las quemaduras y la mayor parte de los efectos cancerígenos sobre la piel. El FPS informa del número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa de la piel frente al eritema o enrojecimiento cutáneo previo a una quemadura. Los expertos recomiendan utilizar un factor de protección como mínimo de 30 y para las personas de piel clara que no se broncea y se quema con facilidad, protectores de 50. El motivo de la recomendación es que nunca nos ponemos una cantidad suficiente de crema, como explica Susana Medina Montalvo, dermatóloga y corresponsable de la consulta de tumores del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares: «La protección que indica el envase se consigue con 2 miligramos de producto por centímetro cuadrado piel, que equivaldría a 30 mililitros por aplicación en todo el cuerpo, algo que no hacemos nunca. Al aumentar el índice FPS con menos cantidad conseguimos una protección aceptable». En la práctica empleamos entre el 25 y el 50% de la cantidad requerida para que el filtro solar actúe con la eficacia que promete la etiqueta, por lo que la fotoprotección alcanzada se queda siempre por debajo de la que indicada precisamente en ese mismo porcentaje que regateamos a la hora de aplicarla sobre la piel.
Otro dato a tener en cuenta es que un FPS superior a 50 no garantiza una protección mucho mayor, como explica Julián Conejo-Mir, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y presidente de honor de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV): «La eficacia de la crema antisolar nunca llega al 100% porque para eso debería tener el "factor yeso", ser opaco. Con FPS entre 20 y 30 filtran el 80% de la radiación. Las de 40, un 83% y las de 50, el 90%. A partir de ahí, el incremento en filtro es menor cada vez y una de 90 filtra un 4% más que un cincuenta». Por eso la normativa europea divide el FPS en cuatro tramos, el último de «protección muy alta», a partir de un FPS de 50.
Importante también repetir las aplicaciones cada dos horas, como se refleja en la parte trasera de las etiquetas de los fotoprotectores. Conejo-Mir advierte que «un tubo de protector solar debería durar una semana como mucho, porque hay que aplicarlo cada dos horas, y la primera vez en casa, porque tarda 30 minutos en hacer efecto». Sin embargo, según un estudio de la Asociación Española contra el Cáncer, los jóvenes entre 16 y 35 años, a pesar de ser los que más radiación reciben en las horas centrales del día, utilizan un FPS entre 15 a 25 y son lo que menos renuevan las aplicaciones. Además, un 38% de ellos reconocen quemarse con frecuencia. Y es que a partir de los 10 años, la constancia de los padres respecto a la protección solar de los hijos disminuye. Aunque con constancia se soluciona, asegura la doctora Medina.
Resistentes al agua.
Actividades físicas intensas que se acompañen de sudoración, nadar o simplemente secarse con una toalla pueden eliminar las cremas protectoras solares de la piel. De ahí que la FDA opte por sustituir la leyenda resistente al agua por el tiempo de duración de la crema en ese medio, de forma parecida al FPS. Las cremas españolas lo siguen manteniendo de acuerdo con la normativa europea, pero pocas personas saben que en realidad, esto sólo indica el tiempo que la crema es eficaz mientras estamos dentro del agua. Si es «resistente» significa que el factor de protección solar se mantiene después de dos baños de veinte minutos separados por un periodo de 15 minutos con la piel seca al aire. Un secado enérgico con la toalla puede eliminar hasta un 85 por ciento de la protección solar. Por lo que debe aplicarse después de cada baño, tal como se indica en el dorso de los productos solares por indicación de la Unión Europea. «Muy resistente» significa que es válida para 80 minutos de inmersión, siempre en periodos de 20, separados por otros de 15 fuera del agua.
No solo cremas
Ambos expertos recuerdan que el uso de fotoprotectores es sólo una de las tres medidas esenciales para evitar la cara menos amable del sol. El resto, también son indispensables. Muy importante también es la forma en que vestimos en verano. Los expertos, y el sentido común, aconsejan llevar sombrero, mejor que gorra, para que cubra las orejas; gafas de sol los ojos también sufren y pueden desarrollarse cataratas y ropa que nos proteja.
Aunque la norma más importante sin duda es la de no exponerse al sol entre las doce y las cinco de la tarde, ni siquiera con protector. «La OMS cree que las playas deberían cerrar a medio día. Eso es una guerra pedida, pero sí deberíamos recomendar el uso del chiringuito, que deberían declararlo de salud pública porque allí debería estar la gente resguardada del sol en esa franja horaria», señala Conejo-Mir. Otra alternativa es abandonarse a la sabia costumbre mediterránea de la saludable siesta para protegerse del sol en las horas de máximo calor. Sin embargo, más del cuarenta por ciento de los que eligen la playa como destino afirman estar expuestos al sol entre las 12 y las cuatro, según los datos de la encuentra del Observatorio del Cáncer.
La doctora Medina recuerda que también en la ciudad estamos expuestos a las radiaciones solares: «Esto consejos no solo en la playa y la piscina sino en la vida diaria. Llevar los hombros al aire es igual efecto en la calle que en el mar». Otro dato, apuntado por el doctor Conejo-Mir: También hay que desconfiar del sol de junio, aunque sea la antesala de las vacaciones. Es más nocivo que el de finales de agosto.
Los más pequeños
Hasta los tres años, la exposición al sol debe estar limitada. No se recomienda el uso de fotoprotectores en niños menores de seis meses para evitar problemas de toxicidad por la mayor absorción de su piel. Tampoco exponerlos directamente al sol sin ropas protectoras, por su menor capacidad de producir melanina y sudor. Para los mayores de seis meses, los fotoprotectores deben tener un FPS mayor o igual a 30, proteger frente a las radiaciones ultravioleta A y B, ser resistentes al agua, al sudor y al frotamiento, con texturas hidratantes, aplicados generosamente 30 minutos antes de la exposición y reaplicas después del baño.
El cuidado de la piel es esencial desde la infancia. la colección de DVD «Bienvenido a la vida» explica cómo hacerlo: www.bienvenidoalavida.com


Fotoprotección oral: ¿quién debe utilizarla?
Una nueva generación de compuestos, generalmente de origen vegetal, ha despertado un gran interés en fotoprotección por sus propiedades beneficiosas cuando se administran por vía oral. La mayoría poseen propiedades antioxidantes y en algunos casos estimulan la reparación de la piel mediante la síntesis de colágeno y la reparación del ADN, que resultan dañados por las radiaciones ultra violeta. La utilización de estos fotoprotectores orales no sustituye a las cremas, sino que son un complemento que puede utilizarse en algunos casos, coinciden los dos especialistas consultados: erupciones solares, fotosensibilidad, algunas enfermedades como el lupus o antecedentes familiares de melanoma. Para el resto, asegura el doctor Conejo-Mir, añaden muy poco: «Solo aumentan el factor de protección solar entre 3 y 5 puntos. Si se utiliza un FPS de 30, con las pastillas se convierte en un 35», aclara. Y añade que ya hay cremas solares inteligentes que se están empezando a comercializar que incluyen esa opción reparadora: «Evitan la aparición de cáncer, contrarrestando el daño de los radicales libres y potenciando la reparación de la mutaciones. Incluso si aparece un cáncer de piel ayudan al organismo a eliminarlo».
La piel también tiene memoria
Los efectos dañinos de la radiación UV son acumulativos e irreversibles, ya que permanecen en la «memoria de la piel» a largo plazo. Una exposición solar intensa durante las dos primeras décadas de la vida se relaciona con la aparición de cáncer de piel. De hecho, el principal factor de riesgo es la exposición a la radiación UV durante infancia, así como haber sufrido quemaduras solares en esa etapa. Y es que niños y adolescentes pasan más tiempo al aire libre y como media reciben el triple de radiación solar que los adultos. Se calcula que entre un 50% y un 80% del daño inducido por la exposición solar a lo largo de la vida tiene lugar en la infancia y adolescencia, etapas críticas con mayor riesgo de sufrir quemaduras, que incrementan el riesgo de melanoma en la edad adulta.
El 80 por ciento de los cánceres del piel podrían evitarse con medidas preventivas desde la infancia.
Dudas frecuentes
¿En la sombra o bajo una sombrilla hay que utilizar fotoprotector?
Sí, porque las radiaciones solares se reflejan en la arena o el césped y pueden incidir sobre la piel aun sin exposición directa al sol.

¿Y en días nublados?
También, porque el 90% de las radiaciones ultravioleta atraviesan las nubes.

¿Cuándo la piel está bronceada hay que seguir protegiéndola?
Sí, porque el bronceado natural tiene una baja capacidad de protección frente a los rayos ultravioleta B y ninguna frente a los efectos de los A.
¿Un índice de protección elevado impide broncearse?
No. Aunque se tarde más en conseguir el bronceado, éste se mantiene más tiempo sin riesgo de quemaduras.

¿Las radiaciones solares son igual de nocivas a todas las horas?
No. Las radiaciones UVA son más constantes a lo largo del día y del año, pero las UVB son más intensas en primavera y verano y en las horas centrales del día (entre las 12 y las 5). Entre esas horas debe evitase la exposición al sol. Cuanto menos alargada es nuestra sombra más dañina es la radiación. El máximo tiene lugar a mediodía, cuando la sombra queda debajo de nosotros.
¿Las radiaciones solares atraviesan los cristales?
Sí, fundamentalmente las UVA.

¿Los niños menores de 3 años pueden exponerse al sol?
No. Su piel es aún muy sensible e inmadura y no tiene capacidad de respuesta frente a las radiaciones ultravioleta.

¿Los niños son una población de riesgo frente al sol?
Sí. Por sus hábitos de juego al aire libre reciben el triple de radiación solar que los adultos y por tanto requieren especial protección. Deben utilizar crema con un factor alto de protección, resistente al agua y al sudor.
nota
La información médica ofrecida en esta web se ofrece solamente con carácter formativo y educativo, y no pretende sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional sanitario. Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.
Por Pilar Quijada from ABC.es  18/07/2011

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