La mayor parte de los conflictos de pareja se deben a la falta de comunicación sobre un puñado de problemas recurrentes (PeopleImages / Getty Images)
Los conflictos suelen ser por problemas recurrentes y conviene saber cómo gestionarlos
Cada pareja es un mundo y la comunicación entre sus miembros depende mucho de las habilidades sociales de cada uno de ellos: empatía, escucha activa, refuerzos positivos, etcétera. Es cierto que hay mil temas que pueden generar discusiones, pero hoy hemos recogido los diez más típicos, los que acostumbran a suscitar más conflictos y peleas, y de forma más recurrente.
1. La familia de origen
El tema de la familia de él o de ella es un motivo frecuente de discusión, sobretodo en parejas que acaban de empezar y que tienen que crear las primeras normas y hábitos de pareja: toca decidir si vamos en Navidades a casa de una familia u otra, qué cosas se pueden decir o hacer en cada casa, etcétera.
2. El dinero
Las discusiones por el dinero aparecen a lo largo de toda la historia de la pareja: no importa la edad ni si están casados, y tampoco los años que llevan conviviendo. Es por esta razón que recomiendo crear unas reglas iniciales sobre cómo queremos llevar la parte económica.
¿Qué es menos conflictivo, mantener cuentas separadas o hacer un fondo común? Depende. Existen los que mantienen cuentas separadas y cada uno se hace cargo de determinados gastos. Y, por otra parte, también existen los que ponen en común ambos sueldos y lo administran juntos. Cualquiera de los dos sistemas u otros intermedios servirá por igual. No hay un modelo mejor que el otro, loimportante es que los dos miembros de la pareja se sientan satisfechos y cómodos con la decisión tomada.
3. El trabajo y la carrera
En muchas parejas, más allá de quien gane más, la discusión puede venir por el lado de quién tiene una posición más importante a nivel laboral y eso hace que dedique más tiempo a su carrera profesional que a la vida en pareja y a las obligaciones familiares. Los desequilibrios en el ámbito laboral y del hogar generan muchastensiones en la pareja.
4. Los hijos
Las discusiones con respecto a los hijos son inevitables y necesariaspara acordar temas fundamentales como la educación, los permisos y los límites. Si los dos están involucrados, habrá diferencias y habrá que negociar. Es lógico que surjan diferencias porque cada uno viene de familias diferentes, con valores y percepciones diferentes.
¿Cómo se negocian estos temas cuando la pareja está separada? La negociación es válida tanto para parejas que viven juntas como para las que están separadas. A medida que los hijos crecen, llevan diferentes problemáticas. Primero es la escolaridad, después las salidas, el dinero, etcétera, y cada una de esas dinámicas exige a la pareja ponerse de acuerdo y genera tensiones.
5. Las tareas domésticas
Las discusiones por las obligaciones domésticas son inevitables, pero lo que podemos controlar es cómo plantear el malestar. Siempre tenemos que intentar transmitir una demanda positiva, no un reproche.
¿Y cómo sería una forma positiva de plantear las cosas? Primero, tenemos que describir la situación; segundo, decir lo que sentimos; y, en tercer lugar, proponer cómo se podría solucionar. No pensar que el otro tendría que darse cuenta o saberlo si no se lo decimos. El otro puede no darse cuenta, aunque resulte obvio.
6. Los celos
¿Cuándo son normales y cuándo pueden destruir a la pareja? En toda relación, una dosis de celos significa interés hacia el otro, un interés por cuidar a alguien a quien consideramos valioso. Pero, cuando los celos se vuelven exagerados o enfermizos acaban destruyendo la relación.
¿Cómo podemos evitar que arruinen la relación? Desde el principio de la relación se tiene que intentar n o dar pie a demandas que provoquen un intento de control; se tienen que establecer muy bien los límites.
7. El tiempo libre
¿Por qué los fines de semana o las vacaciones pueden ser una pesadilla para la pareja? En general, hay muchas discusiones en relación a qué se hace cuando tenemos tiempo libre y cuánto tiempo se dedica a la pareja o a la familia y cuánto tiempo nos dedicamos a nosotros mismos.
En una pareja tiene que existir el espacio para uno mismo y el espacio compartido. Si todo es compartido, uno de los dos se está anulando, o incluso los dos. Si solo se unen por un punto que ni se roza, entonces, hay poco contacto. La línea entre el exceso y el desinterés, a veces, es muy fina. Por lo tanto, el equilibrio no es fácil.
8. Los intentos de cambiar al otro
¿Por qué si elegimos a alguien por lo que es después queremos cambiarlo? Los terapeutas de pareja solemos decir que la gente se separa por lo mismo que se enamora. Muchas veces, elegimos lo opuesto, alguien que nos complementa y, por lo tanto, nos fascina. Y, mientras no convivimos con ese alguien, es fácil admirar sus rasgosdiferentes, pero cuando generamos compromiso e implicación empezamos a desear que las cosas sean diferentes. Debemos tener claro cómo es el otro y no esperar un cambio.
9. Los detalles
Las discusiones por los temas más pequeños y nimios son muy frecuentes. Estas peleas revelan luchas de poder, inflexibilidad e intolerancia. Los detalles dicen mucho sobre la consideración que se tiene hacia el otro.
Pero, ¿vale la pena discutir por estos detalles? Vale la pena hablarsobre ellos, porque son cosas que nos molestan y que perturban la relación. Siempre hemos de seguir las reglas de plantear el tema de forma positiva, en primera persona y no como una acusación, y dejando claro cuál es nuestra propuesta o qué es lo que necesitamos.
10. La necesidad de ganar o tener razón
¿Cuándo conviene ponerse firme y cuándo es mejor decir “no vale la pena discutir” en un conflicto? Es importante hablar, pero hay que ir con cuidado a la hora de plantear la discusión. Muchas veces queremos convencer al otro de que tenemos la razón, pero deberíamos preguntarnos si realmente queremos resolver el problema o simplemente ganar al otro.
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