miércoles, 3 de junio de 2020

Por qué todo el mundo sigue a las masas, explicado científicamente

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¿Por qué nos influyen tanto los grupos? ¿Es fácil manipularnos? ¿Por qué las masas tienen comportamientos violentos?


La próxima vez que vayas a un cine o a un teatro haz la prueba: sé el primero en comenzar a aplaudir, y comprobarás que poco a poco todo el mundo te sigue. Igual que ahora asistimos al espectáculo de ver cómo poblaciones de todo el mundo aplauden a los sanitarios o hacen caceroladas, con una hora fijada para ello, las masas siempre han estado ahí. Ya sea en un concierto, un partido de fútbol, una manifestación o asistiendo a un mítin político, el comportamiento gregario parece estar en la naturaleza del ser humano.
Con razón, muchos gobiernos dictatoriales se han servido de esa facilidad para manejar a las masas y mover los corazones de la gente. Pero no seamos tan inocentes de pensar que solo las dictaduras saben la importancia de esta manipulación, como escribió Edward L. Bernays en su libro 'Propaganda': "La manipulación deliberada e inteligente de los hábitos estructurados y de las opiniones de las masas es un elemento importante en las sociedades democráticas. Aquellos que manipulan este oculto mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder dirigente de nuestro país".
Por mucho que pensemos que somos plenamente conscientes de nuestras acciones y pensamientos, la psicología social dice otra cosa. Somos animales sociales, al fin y al cabo, y los demás ejercen su influencia sobre nosotros. Y esa influencia, contra la que no podemos luchar porque no nos percatamos de ella, a veces puede llevarnos a cometer actos peligrosos: violencia y psicología de masas están muy relacionadas, y desde siempre han existido revueltas, guerras y revoluciones donde han cobrado un papel importante.

Cómo y por qué nos influyen tanto los grupos

Ya sea en la pandilla del barrio, el grupo religioso o por simple nacionalismo, muchas personas se sienten agusto en ese ambiente gregario. El concepto se llama 'polarización grupal', y, según informa la revista 'Psychology Today', hay un motivo por el que se produce: en un estudio realizado por los psicólogos franceses Serge Moscovici y Marisa Zavalloni se hicieron varias preguntas a los participantes, relacionadas con la percepción que se tenía de Estados Unidos y del presidente francés. Mientras que el segundo era simpático a la mayoría del grupo, existía cierto rechazo hacia los americanos, que fue haciéndose más extremo conforme los participantes intercambiaron opiniones. Cuando vemos reflejadas en otros nuestras opiniones vacilantes, nuestras creencias se fortalecen.
La manipulación de las opiniones de las masas es un elemento importantes y fundamental en las sociedades democráticas

Los grupos nos influyen tanto porque, como decíamos antes, somos animales sociales y gregarios y las opiniones de los demás nos afectan. Por ejemplo, varios estudios han demostrado que en muchas ocasiones compramos un producto concreto no porque se haya publicitado más sino porque muchas personas dicen que es mejor o más efectivo. Los consumidores suelen usar una heurística simple: popular es igual a bueno, si todo el mundo habla de algo tiene muchas más probabilidades de llamar nuestra atención. La razón es que nuestros antepasados, los humanos primitivos, ya cooperaban y sabían que al formar grupos tenían más posibilidades de sobrevivir.

Si los demás lo hacen, significa que está bien

Según el principio de la evidencia social, para saber lo que es correcto nos fijamos en los demás. Este principio sirve para muchas cosas en la vida, por ejemplo, en el Parque Nacional de Arizona se colocó un cartel que advertía de no robar, pues en aquella zona anualmente se hurtaban hasta 14 toneladas de madera petrificada. En la parte en la que estaba colgado el cartel se descubrió que se producían muchos más robos que en la zona donde no se había colgado ninguno.
Cuando vemos reflejadas en otros nuestras opiniones más inseguras, esas mismas creencias se fortalecen

Y la evidencia social también sirve en psicología para erradicar el miedo. En un estudio, Albert Bandura y sus colegas trabajaron con un grupo de niños pequeños a quienes les asustaban los perros. Los niños vieron a otro chaval de cuatro años jugar felizmente con un perro por 20 minutos al día por cuatro días. Después del periodo de cuatro días, el 67% de los críos que habían visto la escena estaban dispuestos a entrar a un corralito con un perro. Una reflexión cuidadosa sobre la influencia social podría llevarnos a tener una mayor consciencia de nosotros mismos y nuestras relaciones con los demás.


AUTOR
ADA NUÑO   02/06/2020 05:00

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