Vista de la fachada del Banco Central Europeo (BCE). EFE
El 80% estaría invertido en deuda soberana de corto plazo
Libra, el proyecto de criptomoneda estable que está intentando impulsar Facebook con la colaboración de otras grandes empresas, tiene visos de ser titánico y podría representar riesgos para la estabilidad del mercado, según el Banco Central Europeo. La máxima autoridad monetaria del Viejo Continente ha realizado un estudio con simulaciones y, en el más extremo de todos los escenarios, el BCE calcula que el proyecto liderado por Zuckerberg podría llegar a “gestionar” hasta tres billones de euros. Para hacerse una idea de lo que supone este tamaño en una divisa, la suma total del valor de todos los euros en circulación y los depósitos a la vista alcanzó a finales de marzo los 9,33 billones de euros.
Las criptomonedas de tipo estable como libra, conocidas como stablecoins, pretenden erigirse como una alternativa al dinero tradicional y extender el acceso al sistema financiero. Con el fin de convertirse en un sistema de pago global, este tipo de divisas dejan de lado la volatilidad de otras monedas virtuales como el bitcóin. Para lograr esa estabilidad en su tipo de cambio una especie de autoridad central de la stablecoin respalda el valor con una cesta de divisas y crea o destruye las monedas en función de la demanda.
En el ejemplo de libra de Facebook, cada vez que un usuario solicite una libra, la Asociación Libra, la autoridad central creada por Facebook y otras empresas, emite una moneda y guarda el dinero recibido a cambio en su reserva. Esta reserva está conformada por efectivo o depósitos bancarios (20% según el último dato de la propia asociación) o activos de inversión de bajo riesgo, como puede ser deuda a corto plazo de países (el 80% restante).
Aunque se apoye en divisas, el BCE tiene miedo a los efectos de una pérdida de confianza de los usuarios finales en la stablecoin. “Esto podría ocurrir por ejemplo en el caso de ciberataques, robos o si los usuarios se dan cuenta de que la cesta de activos de la reserva está perdiendo valor”, ilustra. “Al contrario que las stablecoins, los depósitos bancarios están cubiertos por el sistema de garantía apropiado”, remarcan incidiendo en que en caso de problemas, el usuario de la divisa sería el que principalmente asumiera los costes salvo que lo hiciera la Asociación Libra.
En su simulación, el BCE calcula que libra significaría una inyección de 527.100 millones de euros más en activos de inversión denominados en euros. Si los usuarios vendieran de forma abrupta la stablecoin, podría presionar la deuda soberana de los países al venderse de golpe los activos que conforman la reserva.
“Si los ingresos procedentes de la venta de criptomonedas no se guardan en depósitos y en su lugar se invierten en activos financieros que no son de riesgo cero, el valor de la moneda estaría expuesto a los riesgos inherentes de esa inversión”, explica el BCE. A ojos de la institución, el valor de la moneda no sería fijo, sino que dependería del de la cesta de activos que conforman la reserva y, en ese caso, tener una de estas monedas sería comparable con tener una participación en un fondo de inversión.
NECESIDAD DE NUEVA REGULACIÓN
El BCE concluye su documento haciendo un llamamiento a que si el mundo quiere beneficiarse de las ventajas de las criptomonedas estables sin afrontar sus riesgos para la estabilidad financiera, debe evitar que operen en un vacío legal.
Según el BCE, los promotores de las monedas estables deberían cumplir con algunas partes de la legislación existente. Pone de ejemplo la directiva de dinero electrónico (EMD), la directiva que regula inversión de los fondos (UCITS), la directiva de gestión de fondos alternativos (AIFMD) y la regulación sobre fondos que invierten en activos líquidos (MMF). Además, el BCE cree que debería impulsarse una nueva ley “comprensiva, holística y coordinada a nivel internacional”.
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